Aunque esto ya estaba cocinado desde el 2018, finalmente se hace oficial la primera acción tras el apretón de manos de Great Wall y BMW, quienes acordaron invertir casi US$ 715 millones en una nueva planta en China, donde se fabricarán 160.000 vehículos eléctricos al año, incluyendo los modelos eléctricos de la marca Mini.
Ambas empresas firmaron el primer “joint venture” en el mundo para fabricar vehículos eléctricos a batería en el que cada una tiene una participación del 50%.
La nueva sociedad, llamada "Spotlight Automotive Limited" construirá una fábrica con tecnología de punta en Zhangjiagang, en la provincia de Jiangsu, que debería estar funcionando en 2022 y en la que trabajarán unos tres mil operarios.
En ella se fabricará el nuevo Mini Cooper SE (que también se producirá en Inglaterra), entre otros modelos eléctricos de la marca, orientados al mercado global.
Además, se desarrollarán y producirán otros vehículos cero emisiones para Great Wall Motors, los que de seguro contarán con tecnologías derivadas de BMW.
Esta alianza establece un gran hito en la industria automotriz, reforzando la globalización de la estrategia de ambos grupos automotores e integrando las ventajas de tecnologías, recursos y administración de ambas partes para desarrollar una nueva generación de vehículos eléctricos.
Si bien es cierto que las ventas de vehículos eléctricos cayeron el año pasado en China, pues de los 25,8 millones del total de automotores vendidos en 2019, 1,2 millones corresponden a unidades electrificadas; registro 4% inferior al reportado en 2018. En todo caso, el gigante de Oriente es, de lejos, el mercado más grande del mundo en la comercialización de BEV y PHEV, por algo BMW se fue a buscar un socio a esas latitudes.