Los Ángeles, EU. La pregunta nunca fue si sucedería o no, más bien siempre se trató de cuando, el Chevrolet Corvette eventualmente tendría que evolucionar hacia una arquitectura de motor central, y el momento es ahora, con la llegada de la octava generación.
Ya lo habíamos comentado hace meses cuando probamos el Chevrolet Corvette ZR1 C7, aun con lo poderoso y rápido que es, representaba el pináculo de evolución para un deportivo con motor al frente, el siguiente paso, forzosamente era el radical cambio hacia la arquitectura de motor central.
El Chevrolet Corvette 2020 representa una revolución para el deportivo americano por excelencia, sin embargo, la idea de un Vette de motor central siempre estuvo en la cabeza de uno de los padres del Corvette, el ingeniero belga Zora Arkus-Duntov, en los 60s debutó el CERV I (Chevrolet Engineering Research Vehicle), aquel vehículo de desarrollo ya empleaba construcción de aluminio y un V8 Small Block, ambos, elementos que vemos en este nuevo Corvette C8.
El más reciente estudio de tener un deportivo de motor central por parte de Chevrolet llegó con el CERV III en los 90s, su diseño era espectacular, ya incorporaba un sistema de suspensión adapativo y su V8 de 5.7 litros era biturbo y entregaba 650 hp, así como 655 lb-pie de torque.
La octava generación
La utilización de una arquitectura de motor central trasero le permite al Corvette mejorar algunos aspectos críticos para un auto deportivo, por principio de cuentas, aunque el motor ya estaba en posición central, el estar adelante alejaba mucho al conductor de la dirección, haciéndola menos precisa y rápida, los niveles de rigidez estructural que se pueden lograr son superiores y la distribución de pesos también es mejor. Asimismo, ahora el conductor va sentado prácticamente arriba del centro de gravedad del auto, con lo cual se crea un efecto de que el vehículo gira alrededor del piloto, entregando mejor sensación de control en altas velocidades.
El chasis de aluminio tiene como columna vertebral el túnel de la transmisión, mismo que es extremadamente robusto, esto permitió aumentar la rigidez estructural, y al mismo tiempo mantener el característico techo desmontable.
Corazón de V8
El motor es un nuevo V8 de 6.2 litros denominado LT2 de aspiración natural que entrega 495 hp y 470 lb-pie de torque cuando se trata del paquete Performance Z51 (490 hp en configuración estándar), esta mecánica fue desarrollada para entregar mucho par en baja rotación y mantener los niveles de respuesta sin importar el régimen de giro.
La transmisión desarrollada en México por TREMEC, también representa un hito para el Chevrolet Corvette Stingray 2020, ahora es de doble clutch y ocho velocidades, que promete cambios a velocidades de relámpago, sin dejar de entregar los niveles de confort y refinamiento que todo auto americano debe entregar en condiciones de manejo citadino.
Regresando al paquete Z51, éste adiciona un sistema de frenos más grande, así como diferencial de derrape limitado. Y cuando se equipa, el Corvette Stingray 2020 es capaz de hacer un 0 – 60 mph (96 km/h) en menos de 3 segundos.
Por su parte, la suspensión es una nueva generación de la adaptativa magnética que por cierto debutó a nivel mundial en un Corvette. Se trata de la Magnetic Ride Control 4.0 que es capaz de leer mejor el camino gracias a unos nuevos acelerómetros montados en cada amortiguador, asimismo su electrónica mejorada le permite reaccionar más rápido.
Por otra parte, la suspensión se puede elevar 40 mm cuando es necesario, como al entrar a una rampa y el vehículo es capaz de guardar a través del GPS la ubicación en donde el conductor eligió elevar la suspensión, para que la siguiente vez que circule por ahí, el vehículo se eleve de forma automática. Mas impresionante aun, es que es capaz de salvar hasta 1,000 ubicaciones y accionarlo a velocidades de hasta 24 mph (38.6 km/h).
Diseño agresivo y funcional
Para muchos, este nuevo Chevrolet Corvette Stingray 2020 luce demasiado parecido a un Ferrari, y quizá con un vistazo muy superficial, esto pueda parecer así. Sin embargo, cuando analizamos los trazos con detenimiento, encontramos guiños y elementos visuales típicos de los Corvette.
Mantiene esa inspiración en la aeronáutica, con perfiles marcados y angulosos (Los Ferrari tienden a optar por formas suaves y orgánicas), el perfil ahora es más delgado, pero sin dejar de lucir ser muy atlético. Hay mucha atención al detalle, y se nota en aspectos como las manijas ocultas para no afectar los trazos limpios de los costados, o bien en la forma en que están integradas las tomas de aire, splitters y alerones. Atrás las calaveras dobles están presentes, aunque bastante más estilizadas que antes.
Un detalle interesante es que no solo cuenta con una cajuela frontal suficiente para una maleta carry on y un back pack, sino que atrás tiene otro que permite acomodar el toldo cuando lo desmontas, o bien, dos bolsas de palos de golf. En conjunto, ambos espacios ofrecen una capacidad de 357 litros.
El interior, también representa un salto cuántico, el diseño, materiales y propuesta lo ubican en un nivel completamente nuevo, uno al que ningún otro Corvette había podido acceder. Visualmente es impactante, pero también lo es la atención al detalle y la combinación de texturas que logran una experiencia, por lo menos en una primera impresión, sorprendentemente buena.
Hay una marcada orientación hacia el conductor, con formas envolventes que buscan transmitir una sensación de que se viaja en un jet de combate, sin embargo, es sustancialmente más amplio que antes. El volante ahora tiene un formato casi cuadrado, y detrás de él se encuentra un clúster digital de 12”, mientras que más al costado está la pantalla de info – entretenimiento desde donde se pueden controlar las diferentes funciones del vehículo.
El sistema de audio estándar es un Bose Premium de 10 bocinas, aunque también está disponible uno Bose Performance System de 14 bocinas que promete fidelidad y calidad del más alto nivel.
Por su parte, el Performance Data Recorder también evoluciona, ahora aportará mayor información específica de los circuitos, mientras que la telemetría es más completa que antes y la grabaciones son en alta definición.
¿Cuándo empieza a rodar?
Las ventas en EU darán inicio a principios del año que viene, con un precio inicial que se ubicará por debajo de los 60 mil dólares , una verdadera ganga si consideramos que ahora es de motor central y los tiempos en el 0 – 60 mph que acaba de anunciar. Para poner en contexto, es el mismo nivel de precio de un Ford Shelby Mustang GT350, incluso la variante tope de gama del nuevo Toyota Supra está ligeramente arriba de los 55 mil dólares. Si quisieras compararlo con otro deportivo de motor central, quizá los primeros en la lista serían: el Acura/Honda NSX que tiene un precio cercano a los 160 mil dólares, así como un 0 – 60 mpg ligeramente debajo de los 3 segundos y el otro, el Audi R8 que en su configuración base tiene 532 hp y un precio inicial de 140 mil dólares.
Por otro lado, ¿te parecen pocos 495 hp para el Corvette Stingray 2020, sobre todo considerando que el nuevo Ford Mustang Shelby GT500 2020 tiene 760 hp? Bueno, para poner en perspectiva, este nuevo Corvette hace el 0 – 60 mph en 3 segundos, mientras que el brutal pony car de Ford necesita 3.5 segundos.
Falta manejarlo para poder formarnos una opinión, pero en el papel, el Chevrolet Corvette Stingray 2020 no solo representa una revolución para el modelo y la marca, sino para la industria en general.