Nos encantan estos desafíos de la ingeniería automotriz. No tiene lógica alguna generar un tractor deportivo, así como Honda no tenía porque ponerle el motor de la Fireblade a su cortadora de pasto; "lo hacemos solo porque podemos", es el mantra.
Y así como Honda, es el fabricante británico de maquinaria pesada, JCB, quienes tomaron un tractor Fastrac 8000 y se lo entregaron a Williams F1, de la misma manera en la que un cliente de Lamborghini le deja su auto a Novitec. Y en Williams han hecho locuras, siendo la más famosa, la vez que le pusieron un motor Renault V10 a la minivan Espace. Desafortunadamente, aquí no hay un motor de F1.
En este caso, asistieron a JCB en la tarea de alivianar y mejorar la aerodinámica del tractor, que en el fondo es lo que motiva la excusa oficial de este ejercicio: "queremos hacer tractores un poco más rápidos para su traslado y eventual manejo fuera del campo".
JCB construyo una versión mejorada y robustecida de este motor (un Turbodiésel de 7.2 litros), con metales reforzados, mejoras en la inyección y hasta una transmisión ZF de seis velocidades que reemplaza a la CVT que lleva originalmente.
Una locura como esta, se le encarga solamente a gente que no tenga mucho apego por la vida, como es el caso del piloto Guy Martin, quien se conoce la Isla de Man de memoria. Él fue quien alcanzó 166.7 km/h en la pista de aterrizaje de un aeródromo en York, superando el Record Guinness anterior de 140,3 km/h. Y a que no saben quién lo tenía... The Stig de Top Gear, con un tractor fabricado por Matt LeBlanc.
Las imágenes y videos escasean de esta hazaña, pero para pronto se viene un breve documental que cuenta todo y que se estrenará en el Canal 4 de la televisión británica.
