Con la aparición del automóvil, también surgieron los vehículos dedicados a las labores de la agricultura, los cuales son popularmente conocidos como tractores.
Diseñados como si fueran unas locomotoras, los primeros tractores de la historia tenían enormes máquinas de vapor dotadas de gran torque que les permitiera lograr las labores agrícolas.
Para cumplir con su trabajo, los tractores recibieron enormes ruedas en la parte trasera y unas diminutas en el eje delantero.
Aunque esta configuración sigue en la actualidad, lo que evolucionó fue la adaptación de las llantas, puesto que, en sus inicios, las ruedas eran simplemente aros de acero con bordes para obtener tracción en la tierra o el lodo.
Al igual que sucede con los automóviles antiguos, los tractores viejos pueden alcanzar precios estratosféricos, como es el caso de este Avery 40-80 de 1920, valuado en 157.000 dólares (cerca de 590 millones de pesos).
Esta verdadera máquina sobre ruedas, destaca por su enorme motor de cuatro cilindros de 24,7 litros, capaz de producir de 40 a 80 hp (de ahí su nombre) a partir de ser alimentado por gasolina y querosene.
Algo que también llama la atención en este Avery 40-80 y demás tractores de la época era el enorme peso. Es que, además de la voluminosa máquina, todo el vehículo estaba construido en acero.
Esto hacía que pesaran bastantes kilogramos, tanto así que este modelo de Avery, que era uno de los tractores compactos de la época, pesa nueve toneladas.
Otro punto a destacar son los tres metros de altura, los 5,4 metros de longitud y los 2,8 metros de ancho.
