Más amplio, atractivo, potente y fácil de manejar, son algunas de las ideas que se vienen a la mente al pensar en el nuevo MINI Cooper Countryman, que acabamos de tener en prueba durante algunos días.
Subirse en un MINI es hacer contacto con toda una cultura que gira alrededor de esta emblemática marca que cada vez gana más adeptos y pone en el mercado productos acordes a las necesidades de los clientes que quieren desplazarse en un modelo seguro, ágil y diferente a las demás propuestas del mercado.
Regresando al modelo probado, tenemos que decir que se trata de la segunda generación del MINI Countryman, con la cual la marca británica quiere seguir conquistando el segmento premium compacto. Esta camioneta se convierte así en el vehículo de mayor tamaño en los 57 años de historia de la marca.
La nueva versión, más versátil, incluye cambios estéticos y de diseño que le ofrecen a los ocupantes una mejor habitabilidad, no solo por la comodidad, sino por los elementos de tecnología y seguridad.
En su exterior, por ejemplo, sobresalen las luces traseras en vertical, la rejilla hexagonal del radiador y los faros LED de gran tamaño que cuentan con aros conductores de luz a su alrededor. También se destacan las barras de techo, elaboradas en aluminio satinado y combinadas con esmaltados en color plata.
Este modelo es 20 centímetros más largo que su antecesor y el ancho lo supera en aproximadamente tres centímetros que se notan en la comodidad de los ocupantes a la hora realizar viajes largos. Los puestos traseros se pueden desplazar un máximo de 13 centímetros en sentido longitudinal y se puede modificar su inclinación para conseguir mayor comodidad y más espacio de almacenamiento en el baúl.
La capacidad del baúl es de 450 litros y se puede ampliar hasta 1.390. Comparado con el modelo anterior, presenta un aumento de hasta 220 litros en su capacidad.
Uno de los aspectos que llama la atención al interior de la MINI Countryman es la optimización de espacios y la funcionalidad de todos los elementos. Se puede decir que todo está en el lugar que corresponde para evitar distracciones mientras se conduce, ya que permite manipular todas las funciones del vehículo, sin perder de vista la vía.
La versión que probamos, MINI Cooper S Countryman, cuenta con radio MINI Boost con pantalla de cuatro líneas en el instrumento central, sistema telefónico Bluetooth de manos libres, radio MINI Visual Boost con pantalla a color de 6,5 pulgadas, sistema de altavoces de alta fidelidad Harman Kardon y sistema de navegación. Todos estos sistemas se pueden controlar desde el Touch Controller de la consola central y también desde una pantalla táctil a color de 8,8 pulgadas.
Debajo del capó de la Countryman se encuentra un motor a gasolina de cuatro cilindros, con una cilindrada de 1.998 cm3, capaz de desarrollar 192 caballos de fuerza y un torque de 142 libras-pie. Este motor se combina con una caja de cambios Steptronic de ocho velocidades que se pueden manipular desde la palanca de cambios, así como desde las paletas de cambios (paddle shift), ubicadas en el volante, las cuales permiten subir o bajar los cambios con mayor facilidad.
A pesar de estar catalogada como una camioneta, al conducir la Countryman se percibe la sensación de estar en un automóvil deportivo en todo momento, gracias a la combinación de elementos como el control electrónico de los amortiguadores, dirección electromecánica con función Servotronic, frenos potentes y el sistema de conducción dinámica DSC.
La versión S del MINI Countryman cuenta con control electrónico de amortiguadores, que se puede activar mediante un interruptor giratorio ubicado en la base de la palanca de cambios y permite seleccionar la adaptación del vehículo en los tres modos MID, SPORT y GREEN. Esto influye también en la línea característica de la dirección y el pedal acelerador, el modo de cambio de equipamientos de confort de funcionamiento eléctrico así como el sonido del motor y la característica de conmutación de la caja de cambios Steptronic en función de la motorización y el equipamiento.
Como tuvimos la oportunidad de salir a carretera, la mayoría del tiempo utilizamos el modo SPORT, que nos permitió disfrutar una forma bastante agradable la conducción de este modelo que se transforma en un vehículo más brioso, pero seguro. Fuera de las vías urbanas se pueden apreciar mejor las bondades de este vehículo, cuyas características son una permanente invitación a emprender viajes largos. El potente motor permite adelantar vehículos o circular por vías con pendientes pronunciadas sin sobresaltos, ni inconvenientes.
Al exigir una respuesta inmediata de aceleración al vehículo, se percibe sutilmente, pero si se quiere incrementar la sensación de manejo a un modo más fuerte, se puede activar la función sport que puede hacer más reactivo el comportamiento de la camioneta.
Manejamos la Countryman en condiciones de lluvia, en el día, en la noche, en pavimento y en terrenos destapados, los cuales se transitan de forma agradable gracias a los rines de aleación ligera de 17 pulgadas y el comportamiento fue óptimo en todos los casos. Además exigimos al máximo los sistemas de frenos y estabilidad de la Countryman notando que en ningún momento se pierde el control del vehículo y por el contrario, da la seguridad y confianza para continuar la marcha sin dificultad.