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Industria

Toyota y Honda ven en India su aliado para frenar el avance de los autos chinos en Asia

Los fabricantes japoneses creen tener un nuevo aliado estratégico ante la presión de las marcas chinas de eléctricos en el sureste asiático.

Toyota y Honda ven en India su aliado para frenar el avance de los autos chinos en Asia

La reciente rebaja en la proyección anual de utilidades de Honda, reportada por Reuters, pone en evidencia un escenario que va más allá de aranceles o escasez de chips.

Estados Unidos le ocasionará un golpe de 385.000 millones de yenes y la falta de componentes ligados a Nexperia también apretó su operación. Pero el verdadero reto para Honda, y por extensión para Toyota y el resto de la industria japonesa, está en la aceleración del avance chino en el sureste asiático. Un territorio que, hasta hace no mucho, consideraban un bastión seguro.

El problema es claro: precios agresivos, una oferta eléctrica más amplia y la capacidad de reacción de marcas como BYD ha empujado a los japoneses a un rincón incómodo. En mercados como Tailandia, la presión ya se siente en el volumen y en la rentabilidad. Incentivos, descuentos y estrategias defensivas comienzan a sustituir la confianza que antes tenía Honda en la región. Las caídas en la región han sido de 30% en Indonesia, 18% en Malasia y 12% en Tailandia. Además, sin nuevos modelos relevantes en el corto plazo, la ventana competitiva se está estrechando.

Frente a ese escenario, la lógica cambia. Si el sureste asiático se vuelve un territorio adverso, hay que mirar hacia donde todavía existen márgenes, escala y una barrera natural contra el avance chino. Ahí es donde India entra con fuerza.

Tanto Honda como Toyota llevan meses girando el timón hacia un país que, más que un mercado en crecimiento, es un socio estratégico. Uno que permanece prácticamente cerrado para los fabricantes eléctricos de China y que, al mismo tiempo, ofrece una base industrial robusta, costos contenidos y un ecosistema político-económico que valora la inversión japonesa.

Honda ya confirmó que convertirá a India en plataforma de producción y exportación para uno de sus futuros modelos eléctricos. Si la batalla en el sureste asiático se complica, la apuesta debe moverse a un terreno donde la competencia está contenida y el crecimiento sea real. Toyota sigue una línea similar, reforzando operaciones, ampliando capacidad y aprovechando que India busca atraer manufactura de alto valor mientras limita la entrada china.

En un panorama global cada vez más apretado por eléctricos asequibles de China, India se está convirtiendo en la pieza que puede equilibrar la estrategia japonesa. Un socio de negocios que, para Honda y Toyota, deja de ser alternativa y empieza a ser prioridad.

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