De la mano del diseñador francés Romain Bucaille, miembro del departamento de diseño exterior en Škoda Design, se mira hacia el pasado para rendir homenaje a los íconos que forjaron la identidad de Škoda Auto. Inspirados en vehículos legendarios, el equipo de diseño decidió darles una nueva vida bajo el lenguaje estético Modern Solid, el cual define la visión contemporánea de la firma checa.
El primer modelo en ver la luz dentro de esta serie conmemorativa es una reinterpretación futurista de la motocicleta Slavia B, una máquina emblemática que ahora revive con un diseño audaz y vanguardista, evocando sensaciones de libertad y dinamismo, y que parece estar lista para recorrer nuevos caminos.
Este proyecto tiene un profundo significado histórico: antes de fabricar automóviles, los fundadores de la marca, Laurin & Klement, comenzaron su camino construyendo bicicletas y motocicletas a finales del siglo XIX. Por ello, iniciar esta serie con un vehículo de dos ruedas no solo es simbólico, sino que también representa un tributo a los orígenes mismos de Škoda.
La nueva Slavia B luce como una café racer futurista, en la que el cuadro trapezoidal de la motocicleta original sigue presente, aunque sin motor a combustión, dejando en su lugar un espacio hueco en forma de cuña donde parece flotar el logo de Laurin & Klement.
También, el asiento monoplaza parece flotar y para evocar la idea de un viaje en el tiempo se adapta un estuche de cuero, emulando al que, por allá en 1899 permitía llevar herramientas y pequeños repuestos.
En este ejercicio de diseño, el tren motriz es eléctrico y se acomoda en el extremo inferior posterior del chasis, desde donde transmite su potencia a la rueda trasera.
A pesar de que la marca no proporciona cifras, este prototipo evoca el carácter deportivo de la Slavia B original y, por consiguiente, sus éxitos en las pistas entre los siglos XIX y XX.
