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Industria

Planta de BYD en Brasil envuelta en escándalo por descubrimiento de esclavos chinos

Se supone que los obreros trabajaban para el Grupo Jinjiang, una de las empresas que contrató el fabricante para la construcción de su nueva planta en Camaçari.

Planta de BYD en Brasil envuelta en escándalo por descubrimiento de esclavos chinos

BYD vive una fuerte etapa de expansión en Brasil. En julio del año pasado oficializaron la compra de la planta de Ford en Camaçari, donde se fabricaban hasta entonces el Ford Ka y el popular Ford EcoSport. La multinacional china desembolsó más de 3.000 millones de reales para ampliar tales instalaciones, para instalar dos fábricas más. Hasta aquí, todo bien.

Pero durante estos días, y con las obras en plena marcha, se descubrió un insólito hallazgo por parte de un equipo de inspección del Ministerio Público del Trabajo (MPT) de la región de Salvador de Bahía. 163 trabajadores chinos fueron rescatados tras percatarse que su situación laboral se ejercicía prácticamente en condiciones de esclavitud. Los obreros, hasta entonces, trabajaban para el Grupo Jinjiang, una de las constructoras contratadas por BYD. Esa noticia, que divulgó la agencia EFE, no solo tuvo repercusiones en el mundo automotor, sino que también fue ampliamente difundida por canales y medios locales de comunicación.

Precarias y degradantes condiciones de trabajo

El MPT emitió un comunicado oficial para informar algunas de las condiciones en las que los trabajadores se encontraban. Se allanaron cinco albergues, de los cuales cuatro fueron clausurados.

En los alojamientos, los trabajadores dormían en camas sin colchones y, en unos pocos casos, sobre un "enchape" de 3 cm de espesor. Tampoco habían muebles, por lo que la ropa de los operadores se mezclaba con artículos de aseo y comida.

La situación sanitaria era critica. Para iniciar, solo existía un baño por cada 31 trabajadores y el mismo era único para hombres y mujeres. La infraestructura del baño era precaria, sin asiento para la taza, entre otros. Como no había un recinto para lavar la ropa, los trabajadores terminaban lavándolas en el mismo baño.

Luego, en las cocinas se encontró que no contaban con la infraestructura necesaria para la preparación y almacenamiento de alimentos. Según el reporte, se encontraron materiales de construcción cerca de donde se guardaban los alimentos y, así mismo, se encontró comida cerca de los baños. En una de las habitaciones, una de las cocineras guardaba ollas abiertas con alimentos preparados en el suelo. Por otro lado, el agua para consumo no tenía tratamiento de potabilidad. Finalmente, los trabajadores terminaban comiendo en sus camas o en un comedor improvisado.

Las condiciones de trabajo en el sitio de construcción seguía el mismo estándar: solo ocho baños portátiles para 600 trabajadores, sin papel higiénico o agua, sin limpieza, sin mantener las distancias mínimas y nulas condiciones de seguridad personal para los obreros, sin indumentaria que los proteja de la radiación solar o medidas de protección ante el uso de herramientas.

Por las fallas anteriores se registraron accidentes laborales, culpa del cansancio y el estrés que generaron las condiciones ambientales. Además, un trabajador sufrió una lesión ocular y nunca recibió un tratamiento médico adecuado, mientras que otros trabajadores llevaban 25 días sin descanso.

Lo peor es que la empresa retenía los pasaportes y parte del sueldo de los operarios. Si los trabajadores renunciaban, podían perder hasta el 40% del sueldo retenido como castigo y tendrían que pagar de su bolsillo el pasaje de regreso a China, además de restituir el costo del pasaje con el que llegaron a Brasil.

Para que nunca más...

Los operarios rescatados no volverán a sus trabajos y sus contratos serán cancelados. Los alojamientos y las obras de construcción, por ahora, permanecen clausurados hasta que las condiciones de trabajo se regularicen de acuerdo con lo que estipula la ley y a lo que se considera digno para un ser humano y profesional para cualquier obrero.

Por ahora, BYD, Jinjiang y el MPT están en audiencias para esclarecer esta situación y garantizar las condiciones necesarias para continuar las obras.

Según la agencia AP, un vocero de BYD, Li Yunfei, se dirigió a la red social Weibo declarando que las acusaciones solo buscan "difamar" a la industria china: “En el asunto de difamar a las marcas chinas, difamar a China e intentar socavar la amistad entre China y Brasil, hemos visto cómo fuerzas extranjeras relevantes asocian maliciosamente y difaman deliberadamente”.

Por su parte, Reuters, via CNN, también tuvo acceso a declaraciones de la empresa Jinjiang en Weibo: “Ser calificados injustamente de ‘esclavizados’ ha hecho que nuestros empleados sientan que su dignidad fue insultada y sus derechos humanos violados, hiriendo gravemente la dignidad del pueblo chino. Hemos firmado una carta conjunta para expresar nuestros verdaderos sentimientos”.

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