Desde hace tiempo que las cosas entre Renault y Nissan no están tan fluidas y esto provoca varios movimientos financieros a alto nivel para mantener esta relación lo más saludable, hablando en términos financieros.
Cuando se trata de alianzas, usualmente las partes a convenir compran acciones entre sí para solidificar la unión y ordenar los poderes o responsabilidades dentro de la misma.
Hasta el 2023, Renault era dueña del 43,4% de las acciones de Nissan. 15% corresponde a acciones directas y el 28,4% restante hacen parte de un fidecomiso francés. Decimos hasta el 2023, porque ambas partes recurrieron a un programa de recompra de acciones, que se realizaría en tres partes; el 13 de diciembre del 2023 y el 28 de marzo del 2024.
Esta última transacción del programa coloca a Renault como vendedor de 195.473.600 acciones de Nissan, que representan el 5% del capital de la marca japonesa. Es decir, Renault le vende a Nissan sus propias acciones que previamente compró, lo que le significa a Renault un ingreso de 494 millones de euros. Por otro lado, Nissan cancelará todas las acciones recompradas, lo que revaloriza las inversiones de los accionistas de Nissan. Esta cancelación se llevó a cabo el pasado 3 de octubre.
Con el cierre de este programa de recompra, en la actualidad, las acciones que forman el capital de Nissan quedan en 3.717.231.327. De ese enorme valor, 35% están en poder de Renault; 17,05% de manera directa y 18,66% en manos de un fidecomiso francés, que fue el mismo agente del que se obtuvo la venta.
Por su parte, Nissan mantendrá un 15% de participación en el Grupo Renault, aunque los derechos de voto de Renault Group y Nissan seguirán limitados al 15%. Al final, Nissan se revaloriza (lo que supone alegría para los japoneses, que no son muy amigos del poder que tiene Renault sobre la compañía) y Renault gana dinero para poder seguir impulsando su estrategia de autos eléctricos.
