Recientemente, la Universidad estatal de Carolina del Norte, Estados Unidos, publicó un estudio en el que propone añadir un cuarto color al semáforo, el cual tendría como función indicar a los conductores seguir al auto que tienen en frente a través de una intersección. Ahora Google va más allá y pretende utilizar la inteligencia artificial (IA), así como los datos y las tendencias de Google Maps, para perfeccionar la gestión de los semáforos.
A través del “Project Green Light” de Google Research, buscan modelar patrones de tráfico y crear recomendaciones inteligentes para que los ingenieros de tránsito de la ciudad puedan optimizar el flujo de movilidad.
Si te preguntas cómo funciona, mediante los datos que tiene la compañía de tecnología con el mapeo de ciudades, pueden inferir los parámetros existentes de los semáforos en términos de:
- Duración del ciclo
- Tiempo de transición
- Tiempos de la luz verde
- Coordinación
- Operación de sensores
Con base en esa información, desarrollan un modelo para comprender cómo fluye el tráfico a través de una intersección e identifican posibles ajustes a través de la IA, lo cual le serviría a ingenieros de tránsito de la ciudad para revisar las recomendaciones, que las aprueben y puedan implementarlas fácilmente en tan solo cinco minutos, utilizando las políticas y herramientas existentes en la ciudad.
Como puedes ver, Google quiere optimizar el ciclo semafórico, al tiempo que transcurre desde el cambio de un grupo de semáforos hasta la repetición de la misma situación, en una secuencia de maniobra completa en los semáforos conectados a un mismo regulador. Cada uno de los ciclos se divide en fases, durante las cuales la configuración de colores de todos los grupos permanece invariable (la fase para un semáforo sería, rojo, verde y ámbar, este último sería el nuevo color a implemenar).
El reparto de ciclo es la manera en la que se distribuye el tiempo de un ciclo en todas las fases asociadas a una intersección; para determinar la duración se tiene en cuenta la psicología del conductor, según la cual, los ciclos menores de 35 segundos o mayores de 150 segundos se acomodan difícilmente a la mentalidad del usuario de la vía pública.
Generalmente, en el reparto del ciclo se busca obtener un ciclo lo más corto posible para reducir los tiempos de espera y también se considera la seguridad vial en situaciones específicas, como el horario, aunque algunos semáforos no están sincronizados por la noche para evitar que se termine circulando a grandes velocidades.
La iniciativa Green Light está operando en 12 ciudades (Abu Dhabi, Bali, Bangalore, Budapest, Haifa, Hamburgo, Hyderabad, Jakarta, Kolkata, Manchester, Rio de Janeiro y Seattle) y de acuerdo con las primeras cifras reveladas por la compañía, hay un potencial de reducción de hasta el 30% en las paradas y del 10% en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Project Green Light
