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Video - Mercedes-Benz recurre a los rayos X para analizar las pruebas de choque de sus vehículos

Gracias a este método pueden apreciar en detalle cómo afectan los impactos la estructura del vehículo y a los pasajeros.

Video - Mercedes-Benz recurre a los rayos X para analizar las pruebas de choque de sus vehículos

El 10 de septiembre de 1959 tuvo lugar la primera prueba de choque en la historia de Mercedes-Benz, cuando un auto de pruebas impactó de frente contra un obstáculo sólido en un terreno abierto cerca de la planta de Sindelfingen.

Este hecho marcó un nuevo capítulo en la investigación de seguridad para los productos de la marca, puesto que les permitió estudiar el comportamiento en caso de colisión, tanto de los vehículos como de sus ocupantes en condiciones realistas, al utilizar autos de prueba y maniquís.

Actualmente, Mercedes-Benz realiza hasta 900 pruebas de impacto al año y alrededor de 1.700 "pruebas de trineo" (aquellas que miden el desempeño de componentes como los cinturones de seguridad) en el Centro Tecnológico de Seguridad de Vehículos de Sindelfingen. Pero ahora el equipo de ingeniería fue más allá al convertirse en el primer fabricante de automóviles en realizar una radiografía del impacto de un vehículo.

Como una radiografía estándar necesita un tiempo mínimo de exposición en el que el objeto debe permanecer inmóvil, el fabricante se asoció con el Instituto Fraunhofer de Dinámica de Alta Velocidad y el Instituto Ernst Mach para crear una cámara que puede tomar hasta mil imágenes por segundo.

Este dispositivo no crea un video completo, puesto que es imposible por el momento mediante tecnología de rayos X, pero permite unir miles de fotografías para crear una cámara lenta del accidente.

Dicho prototipo tiene hasta nueve megaelectrones de energía fotónica, pero la velocidad con la que puede disparar los rayos X es de apenas unas mlésimas de segundo.

Además, la máquina tiene un detector en el suelo debajo del vehículo y la energía pasa a través del auto. El detector sirve como receptor para generar una imagen digital en la que cada píxel se vuelve más o menos gris, dependiendo de los niveles de radiación que pasan a través del vehículo.

La prueba de impacto lateral estuvo protagonizada por un Mercedes-Benz Clase S con un dummy femenino en el asiento del conductor, el acelerador lineal se suspendió sobre el automóvil y funcionaba como un cámara de rayos X, muy parecida a la que se usa en el aeropuerto o por un médico.

Las primeras imágenes grabadas ayudan a detectar las deformaciones internas como el desplazamiento de los componentes del vehículo, permitiendo conocer en detalle qué sucede en el interior con los pasajeros.

Como la máquina utiliza una cantidad elevada de radiación, Mercedes-Benz construyó paredes de cemento de 40 centímetros de espesor y una puerta de 45 toneladas desde donde los trabajadores controlan el aparato para no exponerlos a los niveles radiación. De acuerdo con la marca, los niveles de radiación no interfieren con las demás herramientas de análisis, por lo que pueden combinar la máquina de rayos X con otras pruebas de choque en lugar de utilizar dos vehículos en escenarios diferentes.

Paul Dick, director de seguridad de vehículos de Mercedes-Benz asegura que la tecnología de rayos X permite comprender qué sucede dentro de un vehículo y cómo afecta realmente el impacto a los maniquís. Las imágenes de rayos X también abren una nueva posibilidad para ajustar la calidad de los modelos de impacto sobre los que trabajan los fabricantes.

Mercedes-Benz X-ray crash-test

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