La subasta o venta pública de bienes que se hace al mejor postor, regularmente con mediación de alguna autoridad judicial, es un procedimiento muy extendido a nivel global para rematar todo tipo de activos. En nuestro país, las subastas se miran con recelo, pues se han generado erróneamente muchos mitos en torno al tema, en particular cuando se refiere a vehículos.
Contrario a lo que muchos suponen, no todos los vehículos subastados están dañados o son viejos; muchos de ellos son usados en buen estado y “se pueden encontrar descuentos de hasta el 50%, frente a los precios del mercado. Esta ventaja económica brinda oportunidades atractivas para quienes buscan adquirir un vehículo sin comprometer su presupuesto”, señala Martha Gómez, Gerente General de Subastas y Comercio.
Otra ventaja de este modelo de adquisición es que se trata de una buena oportunidad de inversión, puesto que tales automotores tienden a perder menos valor. En ese sentido, la competencia en las subastas electrónicas fomenta precios competitivos y, a menudo, permite adquirir vehículos a un costo más favorable, frente a las opciones tradicionales de compra.
A continuación, aclararemos algunos de los mitos más recurrentes sobre las subastas de vehículos:
Todos los vehículos que se subastan están dañados o defectuosos
No es cierto. En el caso de las subastas electrónicas, se ofrece una amplia gama de vehículos en diversas condiciones. No todos los automóviles subastados están dañados; de hecho, muchos son automotores usados en buen estado que simplemente se intercambiaron por modelos más recientes.
Los vehículos subastados son viejos
Este mito no tiene fundamento, puesto que en las subastas se presenta gran variedad de vehículos, desde modelos recientes hasta clásicos bien conservados. Algunas unidades simplemente llegan a la subasta debido a actualizaciones de flotas o cambios en la propiedad.
El proceso de compra es complicado
A medida que las subastas evolucionan, las plataformas en línea han simplificado significativamente el proceso. La información detallada sobre cada vehículo, junto con los recursos de asistencia permanente al cliente, hacen que la experiencia sea más transparente y accesible.
El precio final de la subasta siempre es más alto que el valor de mercado
Aunque algunas subastas pueden generar ofertas competitivas, no siempre resultan en precios inflados. La competencia en las subastas electrónicas puede variar; de hecho, los compradores más astutos pueden encontrar verdaderas gangas. Algo fundamental es investigar el valor de mercado del vehículo antes de participar en la subasta y establecer un límite de oferta razonable.
Menos kilómetros siempre significa mejor calidad
Aunque un bajo kilometraje a menudo sugiere menor desgaste, ello no garantiza la calidad del vehículo. Factores como el mantenimiento adecuado, las condiciones de conducción y el tiempo de inactividad también influyen en la valoración integral del estado del automóvil. Un historial de mantenimiento sólido puede ser una opción más fiable así el auto tenga más kilómetros.
Para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen las subastas de vehículos usados en Colombia, resulta imperativo investigar convenientemente sobre el modelo que se desea subastar y hacer el proceso a través de empresas que demuestren idoneidad, seriedad y transparencia; además, es clave poder resolver dudas y tener una guía que acompañe al interesado en todo el proceso.
