La gran discusión con los autos eléctricos se basa en la poca autonomía que ofrecen, especialmente relacionada con el tiempo de carga para poder seguir en el camino.
Si bien los primeros vehículos eléctricos (EV) tenían prestaciones pobres, la evolución de las baterías fue permitiendo más potencia y recorridos más largos, pero también se trabaja cada vez más en la otra variante, la recarga rápida. Es en el segundo factor donde Ford pone su foco.
Menos autonomía, pero también menos tiempo de carga
Recientemente Jim Farley, Ford CEO, declaró que las nuevas generaciones de vehículos eléctricos tendrán las siguientes características
- Plataformas desarrolladas especialmente para ese tipo de mecánica
- Mayor simpleza de producción
- Diseños estéticos exteriores e interiores mucho más específicos
- Baterías más pequeñas
En general, estos cuatro lineamientos apuntan a ofrecer mejores prestaciones con precios más asequibles; sin embargo, la duda queda en el aspecto de la autonomía.
Sobre el rendimiento en kilómetros Farley fue claro: lo ideal en un viaje es parar cada 300 o 400 kilómetros. Si el auto puede alcanzar esa meta, entonces lo importante es tener una recarga lo suficientemente rápida para "estirar un poco las piernas", tomar un cafecito y volver al ruedo con la batería completa y el "cuerpo relajado".
En palabras del CEO de Ford: “…si puede cargar rápidamente y obtener otras 200 millas (unos 320 kilómetros) en 10 minutos, eso sería mejor que tener una batería de 500 millas (unos 800 km) de alcance, que cuesta como USD 30.000 adicionales.”
Una buena propuesta, pero…
El argumento parece muy lógico, además de costos que se traducen en precio de venta se ahorra espacio y peso, que se traducen en mejor comportamiento y mayores prestaciones.
Los inconvenientes que podrían presentarse son:
- La duración de la batería
- El estado la capacidad de la red de recarga
El primer aspecto solo sería un problema si las baterías se alimentaran constantemente con sistemas ultrarrápidos y el segundo es más complejo, especialmente en grandes zonas despobladas.
Olvidate de países como los nuestros que aún tienen casi todo el camino por delante en desarrollo de infraestructura, pero piensa que quizás estos centros de carga podrían traer prosperidad a pequeños centros urbanos por los que antes nadie se detenía.