En medio de la cada vez mayor incursión de los fabricantes en la movilidad ecológica, son varias las marcas que se han propuesto trabajar en la generación de energía a través de paneles solares. Sin embargo, apenas algunas plasmaron sus desarrollos en vehículos, tal como sucedió con el Sono Sion y con el Lightyear One, hoy renombrado Lightyear 0.
Mientras la industria continúa trabajando, en Australia se registró el récord de autonomía para un auto equipado con paneles solares. El hito lo alcanzó un grupo de estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), quienes alcanzaron los mil kilómetros de recorrido sin necesidad de recargar energía.
Sunswift 7, el auto del récord
Denominado Sunswift 7, es un vehículo hecho con el fin de participar en la World Solar Challenge, prueba de más de 3.000 kilómetros de recorrido, que atraviesa al país oceánico de norte a sur, y en la que solo participan vehículos impulsados por energía solar. El 7 es el último Sunswift desarrollado por los estudiantes australianos, quienes desde hace años trabajan en el tema. Para tener en cuenta, el modelo antecesor, el Sunswift 6, culminó segundo en la edición 2019 de la mencionada competencia.
El auto eléctrico cuenta con un chasis monocasco de fibra de carbono y se impulsa por la gestión de dos motores eléctricos (ambos ubicados en el tren trasero), que reciben energía de una batería de 38 kWh. Esta se carga no solo con los paneles solares, sino también de forma externa.
En declaraciones al medio local Drive, Richard Hopkins, director del equipo universitario Sunswift Racing, aseguró que “cuando el vehículo está en marcha, los motores obtienen energía de los paneles solares y de la batería, mientras que, cuando se detiene, los paneles cargan la batería”.
La carrocería es de fibra de carbono, está compuesta por 4,6 m2 de paneles solares (por lo que la batería se alimenta con 2,5 kWh) y tiene un diseño poco ortodoxo, pero muy aerodinámico, que le permite tener un coeficiente de 0,09 Cx; es decir, menor al del Mercedes-Benz EQS, que al momento de su lanzamiento era el más bajo del mundo para un vehículo de producción (0,20 Cx).
Si bien el Sunswift 7 cuenta con capacidad para cuatro ocupantes, lo cierto es que no está homologado para la vía pública, porque le faltan sistemas y elementos de seguridad básicos, como por ejemplo airbags.
El récord
El récord de autonomía se llevó a cabo en una pista de pruebas, cercana a la localidad de Geelong. A una velocidad promedio de 84,17 km/h (puede llegar a los 140 km/h), el Sunswift 7 demoró 11 horas, 53 minutos y 32 segundos en alcanzar los 1.000 kilómetros.
Durante el medio día de manejo, fueron cinco los estudiantes que se turnaron al volante. Un detalle: previo al intento del récord, el evento tomó mucha relevancia en Australia, por lo que figuras del deporte local, como el exnadador olímpico Ian Thorpe y el piloto de supersutos Chaz Mostert, se ofrecieron para manejar el vehículo.
El recorrido de casi doce horas solo se retrasó en dos ocasiones: la primera, por el pinchazo de una llanta; la segunda, por una falla en el software del vehículo. En ambos casos, la pérdida de tiempo rondó los 15 minutos.
Hopkins aseguró que, con este nuevo récord “demostramos lo que es posible con esta tecnología”, antes de asegurar que el auto “no se diseñó para rendir al máximo en términos de aceleración, sino que se pensó para ser eficiente”. En ese sentido, “nuestro auto no acelera de 0 a 100 km/h como un Tesla”, expresó.
Por lo pronto, los estudiantes y Hopkins enviaron una solicitud a los Guinness World Records, con el fin de que se les valide el mencionado récord. Para ello, la entidad especialista en hitos debe crear una categoría, puesto que no existe ninguna que contemple este tipo de logros.
