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Suzuki S-Cross en prueba de manejo, evolución que convence

Si bien no es propiamente una nueva generación, los cambios que recibe este modelo lo favorecen: motor 1,4 turbo, un diseño más moderno y un salto en calidad interior.

Suzuki S-Cross en prueba de manejo, evolución que convence

Suzuki trajo a Colombia la nueva S-Cross 2023 al cierre del primer semestre del año, un modelo que está a medio camino entre una nueva generación y un facelift profundo, si se consideran los cambios que ostenta. Estas modificaciones eran más que necesarias para permitirle competir en un segmento muy reñido (SUV-B), en donde debe enfrentar rivales de mucho peso, como Mazda CX-30, Chevrolet Tracker y Renault Captur, entre otros.

Mientras el Suzuki Vitara queda como el SUV más asequible dentro del portafolio de la marca en Colombia, la renovada oferta de la S-Cross le permite al fabricante seducir a un grupo más amplio de familias, con una propuesta fresca, más potente y mejor dotada. Por lo anterior, este modelo se comercializa con la especificación más equipada: GLX, que se puede escoger en configuración 4x2 o 4x4 All-Grip, con transmisión manual o automática de seis marchas.

Vale recordar que la S-Cross 2023 debutó a escala global en noviembre del año pasado y se fabrica en Hungría.

Suzuki S-Cross: exterior

Para la evolución de esta camioneta, el fabricante trabajó globalmente bajo los conceptos "Bold, Sophisticated, Versatile", ideas clave en la concepción de este modelo, que no pierde su versatilidad, pero que ahora muestra una imagen más sofisticada y con mayor carácter. De hecho, tiene mucho más de SUV que de crossover, con un frontal más elevado y una fascia que toma algunas ideas prestadas del XL7, con una parrilla poligonal y una barra cromada que la atraviesa en la parte superior, uniendo las luces frontales.

En general, ahora la S-Cross ofrece un aspecto mucho más moderno y estilizado, a la vez que luce más grande y robusta que la versión anterior. Por su parte, la vista lateral deja ver que los pasos de rueda son ahora algo más cuadrados y se resaltan con protectores plásticos que se extienden por la parte baja; a su vez, la línea de cintura ascendente remata a la altura de las nuevas lámparas posteriores, las cuales cuentan con cubiertas traslúcidas que añaden modernidad y acentúan una posición más alta del parachoques.

El único detalle que hace referencia al modelo anterior son las puertas, las cuales estructuralmente son idénticas.

Como parte del equipamiento exterior, la nueva S-Cross cuenta con barras de techo longitudinales, espejos con direccionales (eléctricos y con desempañador), manijas del color de la carrocería, rines bitono de 17”, luces LED frontales y traseras, faros antiniebla delanteros y techo panorámico, exclusivo de la versión All-Grip, que fue la que tuvimos a prueba.

Dimensiones

  • Largo: 4.300 mm
  • Ancho: 1.785 mm
  • Alto: 1.585 mm
  • Distancia entre ejes: 2.600 mm

Suzuki S-Cross: interior y equipamiento

En el habitáculo, se aplicó la misma receta que en el exterior; es decir, se tomó lo que había y se mejoró en puntos clave. Por ende, algunas zonas del tablero (que combina recursos análogos con digitales), así como su ergonomía principal, son exactamente las mismas que en el modelo anterior: las salidas de aire laterales, la guantera, la climatización, el volante o los paneles de las puertas.

Claro que hay importantes y acertadas revisiones en los acabados del tablero, con relieves y costuras visibles, así como un nuevo cuadro de instrumentos, asientos mejorados (tapizados en cuero sintético y tela, aunque se echa de menos el soporte lumbar) y el completo rediseño de la sección central del tablero, donde ahora emerge una gran pantalla multimedia (táctil y de 9”), que relega las salidas de aire a una parte más baja.

Lo mismo podemos decir de las molduras que revisten la sección de la palanca de cambios, entre otros detalles. Precisamente, son esas minucias las que al final ofrecen una sensación muy distinta y más moderna que la de la S-Cross saliente. Como es tradicional en los vehículos de origen europeo, esta camioneta también gana puntos en cuanto a nivel de manufactura, ajuste y calidad percibida en los detalles de la cabina.

Por otra parte, la buena distancia entre ejes ofrece un habitáculo amplio y cómodo para los cuatro ocupantes de los extremos, el de la quinta plaza podría comprometer en algo su bienestar por la extensión de la consola central delantera; además, no hay salida de aire para esta sección de la cabina, si bien el aire acondicionado es de regulación automática dual y cumple adecuadamente su función.

En cuanto al sistema de infoentretenimiento, dispone de un equipo con pantalla multimedia táctil y flotante de 9”, con Bluetooth y conectividad Android Auto y Apple Car Play; así mismo, el equipo de audio incluye cinco parlantes (uno central) y dos tweeters. También se cuenta a bordo con recursos como una muy útil cámara de reversa con vista 360°, computador a bordo (con pantalla monocromática y controles manuales), timón en cuero con comandos, control crucero con limitador de velocidad, sensor de luces, sensores de proximidad (adelante/atrás), encendido sin llave y levas de cambio en el volante, en la versión automática.

Los 430 litros de capacidad básica del baúl son justos para la orientación de este modelo familiar, en donde los espaldares de los asientos posteriores se pueden abatir en proporción 60/40, lo que permite ampliar a 665 litros la capacidad de carga de la nueva S-Cross.

Suzuki S-Cross: mecánica y seguridad

Un aspecto clave de la renovación de la S-Cross es que se reemplazó el motor de 1.586 cc de aspiración normal por un moderno propulsor de 1.373 cc turboalimentado con inyección directa, que entrega 138 caballos de potencia (28 equinos más que el modelo anterior, pero 16 hp menos que la Captur) y 220 Nm de torque máximo (64 Nm de más que la anterior S-Cross, pero 30 Nm menos que su rival de Renault), que se entrega generoso y diligente entre las 1.500 y las 4.000 revoluciones.

La transmisión también cambió, ahora la versión con caja manual escaló a seis velocidades (antes era de cinco), mientras que los modelos automáticos mantienen las mismas seis marchas. En cuanto a la suspensión, se recurre a un esquema independiente, de tipo McPherson y resortes helicoidales, adelante; atrás la configuración se modificó, ahora es semi-independiente con eje deformable.

En cuanto a seguridad, desde la versión GLX 4x2 se incluyen recursos como seis airbags, asistentes de arranque y de descenso en pendiente, frenos ABS + EBD, asistente de frenado de emergencia, ESP y anclajes Isofix. En la versión tope de gama se echa de menos la presencia de asistencias avanzadas a la conducción, considerando además que, en su debut europeo, la S-Cross llegó con frenado autónomo de emergencia, reconocimiento de señales del tránsito, control crucero adaptativo con función "stop & go", sistema de mantenimiento de carril, monitor de punto ciego y tráfico cruzado.

Suzuki S-Cross: desempeño

La animosidad que supone la incorporación del nuevo bloque turbo le imprime un dinamismo a la conducción sobresaliente. Como es norma en los trenes motores de la marca, hay muy buena compatibilidad entre el propulsor y las relaciones de marcha; de tal forma que la aceleración es proporcionalmente progresiva en cuanto a la progresión de los cambios.

Como se dispone de buen poderío desde bajas revoluciones, no hay que ser muy demandante con el pedal del acelerador, cuya respuesta es muy satisfactoria y resulta muy aplicado para hacer sobrepasos o progresar en ascensos; acá la S-Cross nos parece que ofrece las buenas maneras al volante y maniobrabilidad que entrega su hermano, el Suzuki Swift Híbrido; en particular cuando se toman curvas exigentes, pues cruza muy bien y en ello contribuye mucho la presencia de la tecnología 4x4 All-Grip, que la marca asegura es la “evolución del sistema 4x4”.

A través de la perilla que se ubica en la consola central y según las condiciones del terreno, el conductor puede seleccionar entre cuatro modos pre-programados, que configuran diversas variables del vehículo: inyección, tracción, control de estabilidad y caja de velocidades (en los modelos automáticos), entre otros sistemas electrónicos.

En el modo Sport, por ejemplo, se orientan los sistemas para priorizar la potencia del vehículo; en Snow se logra máxima seguridad al circular sobre superficies resbalosas como barro o nieve, mientras que con la opción Lock se complementan las bondades del modo Snow y así el vehículo ofrece máxima tracción. En el caso del modo estándar (Auto), el énfasis se orienta a maximizar el aprovechamiento de combustible.

La nueva Suzuki S-Cross ofrece una favorable relación peso/potencia de 8,84 kilos por cada caballo, lo que justifica su agilidad. En nuestra prueba en trazado mixto, pero con más énfasis en carretera, el promedio de consumo fue de 49 kilómetros por galón, dato conveniente si se tiene en cuenta que para lograr la buena respuesta de su motor se debe recurrir a gasolina Extra.

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