El Mercedes-Benz 300 SLR Coupé Uhlenhaut, que Hagerty vendió hace unos días y que se registra en todos los medios del mundo, rompió todos los récords por la elevada cifra que se pagó: 135 millones de euros; es decir, 142 millones de dólares.
En pocas palabras, es hoy el auto más costoso del mundo, cuyo valor supera al del Ferrari 250 GTO de 1963, avaluado en 70 millones de dólares.
El contexto de esta joya
Antes de centrarnos en la exorbitante venta conozcamos un poco la historia de ese vehículo y de su creador.
En la época de la Posguerra, Mercedes-Benz retomó su programa deportivo y empezó a desarrollar vehículos para representar a la marca en el recientemente creado Campeonato Mundial de Fórmula 1 en 1954, donde conquistó, a manos de Juan Manual Fangio, los campeonatos de 1954 y 1955.
Juan Manuel Fangio a bordo del W196 de Fórmula 1
Antes de ingresar a la Fórmula 1, Mercedes-Benz puso su interés en las carreras de carretera más importantes en tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial, y que poco a poco volvían a organizarse, carreras como la 1000 Miglia.
Una carrera nueva, celebrada en un país lejano a Alemania se empezó a celebrar en 1950. Ese país lejano era México y la competencia a la que me refiero es La Carrera Panamericana. En 1952, el equipo comandado por Alfred Neubauer, el rígido mandamás de Mercedes-Benz, llevó un vehículo muy fuera de lo común para esa época, el 300 SL, y como era de esperarse, ese impresionante bólido ganó la carrera, pese a que un chulo de cabeza negra se incrustó en el parabrisas, dejando con heridas leves a sus tripulantes, Hermann Lang y Erwin Grupp.
Hermann Lang y Erwin Grupp en la Carrera Panamericana México 1952
Volvamos al Coupé Uhlenhaut
El famoso Mercedes-Benz 300 SL, además de todos los Mercedes usados en la Fórmula 1 y en las carreras sobre carretera, fueron obra del ingeniero anglo-alemán Rudolf Uhlenhaut, quien empezó a trabajar en la compañía cuando tenía 25 años.
De su mano nacieron modelos como el W196, con el que Juan Manuel Fangio obtuvo dos de sus cinco campeonatos del mundo en la F1; Rudolf también fue el artífice del 300 SLR con el que Stirling Moss ganó las 1000 Millas de Italia y en donde Juan Manuel Fangio quedó en segundo lugar.
Stirling Moss con el famoso SLR número 722 en las 1000 Millas de Italia
Mercedes-Benz ganaba en todo lo que competía, incluso la mítica carrera que todos aspiran a conquistar: las 24 Horas de Le Mans. Mercedes hizo lo propio en 1952 con un Mercedes 300 SL con la dupla de pilotos Lang y Riess.
Con todos estos triunfos y victorias a cuestas, Rudolf Uhlenhaut tenía la consigna de crear un auto invencible, no basado en los SL cerrados ni en los SLR que se usaban en carretera, sino en el W196 de Fórmula 1. Se habían pedido nueve chasises, pero dos de ellos fueron designados para que tuvieran la conformación de cupé, con las puertas de “Ala de Gaviota”, pensando un poco en la comodidad de los pilotos en carreras de larga duración, protegiéndolos de las inclemencias del tiempo y, particularmente, pensado para usarse en la sexta Edición de la Carrera Panamericana de México en 1955.
Lamentablemente, la carrera se canceló y los llamados Coupé Uhlenhaut se sacaron del programa de competencia.
En 1955, durante la celebración de las 24 Horas de Le Mans, ocurrió un terrible accidente en el que murieron más de 80 personas, que se generó cuando el Mercedes 300 SLR de Pierre Levegh chocó con un auto lento.
Mercedes se retiró de todas las competencias automovilísticas y todos los vehículos del programa de carreras se guardaron en una bodega; todos excepto uno de los Coupé Uhlenhaut, que se le asignó como vehículo personal a su creador Rudolf Ulhenhaut, quien desde el retiro de las carreras trabajaba exclusivamente en los desarrollos de autos de calle.
Uhlenhaut usó su 300 SLR “Coupe Uhlenhaut” hasta 1972, año de su retiro
¿Por qué Mercedes-Benz decidió deshacerse de esta joya?
Es prudente comentar que en el Museo de Mercedes-Benz en Stuttgart, está bien atesorado el otro SLR Coupe Uhlenhaut 1955
Las razones son desconocidas. Según el informe de la casa de subastas Hagerty, la puja fue privada y la marca estuvo a cargo de invitar a algunos coleccionistas y posibles compradores del SLR Chasis 0008/55.
Tampoco se sabe quién fue el afortunado (y muy adinerado) comprador que pagó 135 millones de euros, más las comisiones de la casa de subastas.