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La estricta normativa Euro 7 tendría serias consecuencias en Europa

Los fabricantes señalan que la futura regulación limitaría la opción de comprar auto nuevo a eléctricos e híbridos, que aún son muy costosos.

La estricta normativa Euro 7 tendría serias consecuencias en Europa

Desde 2025, Europa sumará una nueva serie de normas que tienen como fin continuar con la regulación de la contaminación ambiental generada por los vehículos terrestres. Hablamos de Euro 7, un paquete de medidas en las que aún estudia la Unión Europea para reemplazar a Euro 6, siendo continuidad de los trabajos iniciados por la organización continental en 1993, cuando apareció Euro 1.

Si bien todavía faltan algunos años para la renovación de las normas, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ya alerta sobre las consecuencias que tendrían en el mercado automotor, siendo la principal el final de los motores de combustión interna.

De acuerdo con lo informado por Noticias Automotivas, la entidad que integra a firmas como BMW Group, Daimler, Stellantis, Groupe Renault, Volkswagen Group, Ferrari, Ford, Toyota y Honda, sostiene que las normativas a implementarse en 2025 serán tan estrictas que pocos de los motores actuales podrán permanecer en el mercado.

Quizás te interese saber qué fabricantes están más lejos de cumplir las normas de emisiones europeas.

¿Qué tiene en alerta a las automotrices?

En concreto, las medidas Euro 7 están enfocadas en el desarrollo de los vehículos, por lo que engloban pruebas de todo tipo, tanto de laboratorio como de calle, bajo condiciones reales… y extremas.

Por ejemplo, los test a realizar incluyen remolque en pendiente, arranque a muy bajas temperaturas, manejo bajo climas sumamente calurosos pero también muy fríos, entre otras. En todas, la emisión de gases contaminantes juega un papel clave.

Teniendo en cuenta los posibles escenarios de los ensayos, la ACEA sostiene que muy pocos motores que se venden en la actualidad podrían superarlos con éxito. Especialmente, los más afectados serían los impulsores a combustión, tanto bencineros como petroleros, cuya mayoría no cumplirían con los nuevos requisitos. En consecuencia, las automotrices se verían obligadas a virar hacia la movilidad eléctrica, proceso que si bien ya fue iniciado por la mayoría, resultaría un empujón un tanto brusco e inesperado.

Si bien el resultado mencionado podría ser positivo para la UE, que busca la electrificación del mercado automotriz, ACEA sostiene que dicha situación no llevaría a que los clientes compren de forma inmediata modelos eléctricos, sino todo lo contrario: se mantendrían con sus “viejos” modelos a combustión, producto de la reducción de la oferta del mercado y los altos costos que aún presentan la mayoría de los vehículos eléctricos.

¿Qué propone la ACEA?

Ante lo que sería la muerte de los motores a combustión, la industria prefiere que la transición entre los motores sea más tranquila, por ejemplo, incorporando primero otras tecnologías, como los combustibles sintéticos o el gas natural. Así, no estarían obligadas a dejar atrás proyectos y desarrollos actuales, además que se evitarían posibles rechazos de los clientes, ante una decisión que sería abrupta e impositiva.

Ahora te preguntamos: ¿Qué opinas sobre las alertas de los fabricantes y sobre las medidas Euro 7?

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