A no ser que se estalle por completo, las llantas pinchadas tienen reparación, sin embargo, esto no quiere decir que sea seguro volver a rodarlas como antes.
Si es que la llanta perdió presión de aire por el rebote o por la perforación de un tornillo, clavo u otra pieza de metal incrustada, se puede reparar por medio de un sellador, o bien llevándola a reparar a un taller.
Después de un tipo de pinchadura de este tipo, no existe problema para usarla de manera cotidiana, siempre y cuando la perforación halla sido en la banda de rodamiento, es decir, en la parte de la llanta que tiene contacto con el suelo.
Cuando si se debe cambiar la llanta ponchada por una nueva es en los siguientes casos:
- La perdida de aire proviene del lado de la llanta
- Está excesivamente agrietada
- Tiene un desgaste profundo
- Se desinfló debido a una explosión
- Si se rodó varios kilómetros desinflada
- Los cables o cuerdas están visibles
En el caso específico de las pinchaduras en uno de los costados, es vital hacer el cambio de llanta de inmediato, ya que una reparación no es la mejor opción a largo plazo.
Esto se debe a que esta parte de la llanta sufre una tensión considerable, así que cualquier reparación puede debilitar la integridad estructural.
Otro motivo por el cual se debe cambiar la llanta, ya que cualquier reparación eleva el riesgo de un accidente es cuando surge un chipote en alguno de los costados.
Al estar en el lado de la llanta, esta situación hace que la llanta tarde o temprano explote cuando el vehículo está en movimiento.
Considerando lo anterior, es importante evaluar el tipo de daño de la llanta para de ahí cambiarla, y con ello disminuir el riesgo de un accidente.