Sin duda, de todas las personalizaciones que existen del popular Volkswagen “Escarabajo” a lo larga de la historia, una de las más extravagantes y particulares es la creación de un ornamentador y soldador mexicano.
Tal vez existan varias propuestas similares, pero el original surgió en la década de 1960, gracias a la creatividad de Rafael Esparza-Prieto, un talentoso soldador y herrero de la Ciudad de México.
Todo comenzó en 1968, cuando este artesano, que trabajaba en un negocio de repuestos, tuvo que crear a petición de su jefe la carcasa de un Volkswagen Beetle, única en su tipo, con el fin de exhibir y atraer más clientes.
Ante esa tarea, Esparza-Prieto construyó una carrocería con hierro forjado blanco y rellenó artísticamente los huecos con motivos florales únicos y remolinos decorativos.
Luego de terminar esta obra de arte, su jefe quedó tan impresionado con su trabajo que exhibió el producto terminado en una plataforma giratoria en la parte externa de su negocio.
Fue tanta la popularidad de este “Escarabajo” que no solo llamó la atención de los clientes y personas que pasaban frente al negocio de repuestos, sino también interesó a los ejecutivos de Volkswagen, en la planta que la marca recién había construido en el estado mexicano de Puebla.
Impresionados por el trabajo, los directivos de Volkswagen le encargaron a Esparza-Prieto que creara dos unidades más de este Beetle antes de los Juegos Olímpicos de 1968, que se realizaron en la Ciudad de México.
Lo increíble de esta creación es que no solo era de exhibición, puesto que el vehículo funcionaba a la perfección, lo único era que el armazón de hierro dejaba al descubierto toda la mecánica del vehículo.
A medida que ganó popularidad en las olimpiadas, Volkswagen encargó a Esparza-Prieto que construyera unas 20 unidades adicionales para exhibir en diferentes concesionarios en todo el mundo.
Después de que Esparza-Prieto emigró a California (EE. UU.), construyó dos “Escarabajos” más por su cuenta. Junto con su creación original, se estima que hay 23 unidades de hierro creados por este artista.
Desde entonces, otras personas han imitado el trabajo de Esparza-Prieto y han construido sus propias versiones de hierro forjado del automóvil, utilizando diferentes colores y patrones.
Aunque fueron muchas las réplicas, actualmente es extraño ver un “Escarabajo” como este, que resulta muy codiciado por los coleccionistas.