Škoda es de esas marcas progresistas, quizás pensada para aquellos viudos de Saab o para quienes un Volvo les quedó un poco caro. Siempre apelando por la simpleza, la racionalidad y los detalles prácticos, de un tiempo para acá, Škoda también ha mostrado que puede entregar una estética más moderna y contemporánea, incluso a ratos coqueteando con las formas filosas de sus cercanos en el Grupo Volkswagen, el Octavia, uno de los modelos más reconocidos de la firma checa, no es la excepción y de hecho, será quien lidere la oferta de Škoda de aquí a los próximos años.
Esta cuarta generación arriba en sus dos formatos clásicos, un fastback de cinco puertas que disfraza su portón en una silueta más tradicional, aparte de una inoxidable variante station wagon; la famosa Combi.
La parrilla frontal, como es tendencia, hoy es más dominante, ubicándose en un nivel más central y con un perfil más vertical, dejando los faros en la parte superior, los cuales ya no están separados como en el facelift de la fase anterior. El diseño general del Octavia es bastante evolutivo, al margen de los elementos nuevos que la marca presenta en materia de lenguaje de diseño. La parte trasera presenta la palabra Škoda en letras y no con un logo. El portón se alza discretamente, insinuando un spoiler. Las calaveras tridimensionales, también son un bonito detalle que, en conjunto con lo ya mencionado, son la parte más rupturista del auto en su exterior. La silueta station wagon se integra muy bien a este diseño, sin mayores modificaciones.
De tamaño, el Octavia mide 4,689 mm de largo, con una distancia entre ejes de 2,690 mm. Es 19 mm más largo que su antecesor y mientras que la Combi es 22 mm más larga. También su ancho crece en 15 mm. La cajuela de ambas variantes se postula para ser de los más grandes en su segmento, con 600 y 640 litros respectivamente.
Puertas adentro jamás pensaras que se trata de un Škoda, por su estética tan moderna. Dos pantallas digitales se alinean en un primer nivel, una tras el volante con el cuadro de instrumentos digital y la segunda en el centro, para el sistema multimedia, que toma influencias de la interfaz vista en Touareg y en el nuevo Golf. El volante de dos brazos y el minúsculo "interruptor" que hace de selector de cambios, hablan de como se ha puesto énfasis en el minimalismo y en la reducción de botones, lo que no quiere decir que el Škoda sea un auto sencillo. Al menos en las imágenes, los materiales lucen bastante cuidados, sin ser ostentosos.
Diésel, híbrido, gas, lo que quieras
Motores hay para regodearse. Esto es culpa de la plataforma modular de Volkswagen, tan masificada que permite incorporar de todo, propulsores a gas natural, híbridos enchufables, Diesel y gasolina.
Partiendo con el primero, es un 1.4 TSi "IV" asociado a un motor eléctrico, suficientes para 201 Hp y 258 libras-pie de torque, asociado a una caja DSG y permitiendo un rango de hasta 55 kilómetros solo con las baterías.
Con los gasolina, tenemos un 2.0 TSi de 187 Hp y 236 libras-pie de torque, un 1.5 TSi de 148 Hp y 184 libras de torque y un pequeño motor de un litro TSi con 108 Hp y 148 libras de torque, estos dos últimos disponibles como semi-hibridos y con caja manual. El 2.0 lleva tracción a las cuatro ruedas y caja DSG de siete relaciones.
Por los diesel, tenemos un motor 2.0 TDi de 197 Hp y 295 libras-pie de torque, más versiones con menos potencia, de 148 Hp y 251 libras de torque o un económico propulsor de 114 Hp y 221 libras de torque. Finalmente, un motor 1.5 G-TEC a gas natural, ofrece 128 Hp y 148 libras de torque.
Para cerrar, Octavia ofrecerá según versión, distintos e interesantes elementos de tecnología y confort, entre los que podemos contar, faros con matriz de LED, head-up display, asientos ergonómicos y una poderosa suite de radares y asistencias de manejo, incluyendo control crucero predictivo con función de detención y arranque automática, detección de peatones con programa de maniobra evasiva, detección lateral de movimiento, para que no abras la puerta si viene algún vehículo, frenado multicolisión y más.