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Test drive

Prueba de manejo al Mitsubishi Outlander PHEV, innovador en la movilidad híbrida

Un vehículo que privilegia la conducción eléctrica y sorprende con su exclusivo Super All Wheel Control (S-AWC).

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Considerando el buen momento que atraviesa el sector de los vehículos eléctricos en Colombia, con un extraordinario crecimiento del 291% durante el primer semestre del año, la presencia del Mitsubishi Outlander PHEV (por Plug-in Hybrid Electric Vehicle) en nuestro país, desde hace un par de meses, es más que oportuna. Este modelo se comercializa en una sola versión y con un precio de $172.000.000.

Como referente, digamos que este modelo es el primer SUV híbrido enchufable que superó las 200.000 unidades comercializadas en más de 50 países, desde que se lanzó en 2013. Este Mitsubishi es un 4x4 híbrido de última generación que presta la misma funcionalidad y bienestar que la versión a gasolina, pero añade un gran compromiso ecológico, al privilegiar la conducción eléctrica sobre la de combustión interna.

En su exterior se destaca la solidez de su conjunto, de 4,69 metros de largo, caracterizado por los detalles cromados del frontal, los rines bitono de 18”, la parrilla Dynamic Shield y los faros delanteros con sistema de autonivelación. En cualquier caso, las principales virtudes de esta camioneta no están fuera sino dentro de su carrocería.

En la cabina, el buen nivel de los acabados y los tapizados reflejan el refinamiento que se quiere proyectar. Dentro de su equipo de serie se cuenta, entre otros, con silla del conductor con ocho reglajes, sunroof, sistema de infoentretenimiento con pantalla touch, encendido sin llave, apertura por proximidad, freno de estacionamiento eléctrico, puerta del baúl eléctrica y levas en el timón, que le dan un tono de deportividad; es clave advertir que este recurso no se usa para “subir” o “bajar” los cambios, como en otros vehículos, sino para escalar o reducir el grado de gestión del sistema de frenado regenerativo.

Potencia de tres motores

El Mitsubishi Outlander PHEV es uno de los vehículos híbridos más avanzados en tecnología que existen en el mercado mundial y tiene una configuración motriz única: dispone de tres motores: un propulsor dos litros de gasolina (de 16 válvulas y 121 hp de potencia) que trabaja solidario con dos motores eléctricos (uno para cada eje), los cuales se alimentan con una batería de iones litio de 80 celdas. Con un nada despreciable peso de 1.860 kilos, la Outlander híbrida tiene una relación peso/potencia en la que cada caballo debe hacerse cargo de 9,44 kilos.

Una de las ventajas de esta batería es que se puede cargar con la gestión del motor de gasolina o la otra posibilidad es conectar el vehículo a la red eléctrica; en ese último caso, con un cargador de 220 V el tiempo de carga es de poco más de cuatro horas y si se dispone de un cargador dedicado y ultrarrápido, el 80% de la carga de la batería se puede obtener en solo 25 minutos.

El fabricante anuncia que en modo de conducción completamente eléctrico, el más conveniente en uso urbano, es posible desplazarse en este Outlander a un máximo de 120 km/h y con una autonomía de hasta 54 kilómetros. Importante señalar que este híbrido genera apenas 40 g/km de CO2.

La Outlander siempre privilegiará la conducción eléctrica, por ello mantener un buen nivel de carga es clave para sacar el mejor provecho a esta camioneta. En todo caso, su naturaleza híbrida le permite ofrecer otros dos esquemas de manejo. El modo “Híbrido en Serie” se presenta cuando la batería está por debajo del 30% de su nivel de carga y si el vehículo se somete a una exigencia de aceleración; en ese caso, el sistema permite que se accione el motor de gasolina, pero principalmente para generar energía que impulse a los motores eléctricos.

La otra opción es el modo “Híbrido Paralelo”, que se presenta cuando las condiciones de marcha exigen mayor demanda de torque, como al superar una pendiente o en un adelantamiento; entonces, el sistema de control acciona el motor de gasolina (si estuviese apagado) y conecta el eje delantero, para que la gestión de dicho motor no solo se oriente al generador, sino también para que su torque se sume con el de los propulsores eléctricos.

S-AWC, un recurso de lujo

La potencia conjunta de los tres motores de la Outlander híbrida es de 197 caballos y para regular ese poderío se dispone del Super All Wheel Control (S-AWC), un sistema inteligente de tracción a las cuatro ruedas que procede de la exitosa experiencia que tiene la marca en el mundo de los rallies.

El S-AWC es un avanzado control integral que viene a cumplir las labores de la transmisión, en la medida que permite gestionar las fuerzas de avance y de frenado de cada rueda en forma independiente. A su vez, el sistema cuenta con otros recursos, como el Control Activo de Desvío (AYC), que a partir de información como el ángulo de la dirección, la velocidad de giro, el torque, la presión de frenado y la velocidad de desplazamiento, puede repartir el nivel de torque, pero considerando las demandas puntuales entre las ruedas de la izquierda y las de la derecha.

Además, este SUV cuenta con el Twin Motor 4WD, unidad de control que regula las fuerzas de avance y de frenado regenerativo, pero esta vez considerando las necesidades de cada eje. A estos recursos se suma el sistema de carga regenerativa con el frenado, regulable hasta en cinco niveles (que ya vimos, se puede accionar desde las levas en el timón o con la palanca de cambios); aquí la idea es recuperar y almacenar parte de la energía cinética que produce la gestión del freno.

Como si fuera poco, esta camioneta cuenta con múltiples asistencias que hacen más segura y cómoda la conducción, como Sistema de Mitigación de Colisiones Frontales, Sistema de Control Crucero Adaptativo, Sistema Preventivo de Aceleración Errática (da unos segundos para corroborar el avance cuando el sistema detecta un obstáculo), Alarma de Objeto de Punto Ciego y Monitor Perimetral, entre otros.

El Mitsubishi Outlander PHEV no solo presume su espíritu ecológico, por su apuesta híbrida, sino también alardea con su tecnología, debido a los selectos recursos que lo gestionan y lo asisten sin reproche en cualquier condición de terreno. Al final, conducirlo es una delicia, siempre obediente, siempre con torque a disposición y con una nobleza que lo anima a uno a enfrentar cualquier desafío.

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