Con los 64º centígrados registrados en Kuwait el 8 de junio de 2019, el termómetro alcanzó una cifra récord en el mundo, hecho que ha vuelto a encender las alarmas sobre la difícil situación ambiental que se vive en el planeta.
Al convertirse en una noticia alarmante, varios sitios de internet difundieron algunas imágenes donde aparecen automóviles supuestamente derretidos por esta onda de calor. Frente a esa "evidencia", muchos la han avalado como cierta, pero más de uno se ha cuestionado si ¿es posible que las altas temperaturas del ambiente puedan derretir un automóvil?
Para claridad de los interesados, la respuesta es un rotundo “No”. En primer lugar, las imágenes que circularon con el parachoques trasero y las luces derretidas provienen de un incendio en Estados Unidos, donde los vehículos que estaban muy cerca al incidente fueron afectados directamente por la onda de calor.
Se debe precisar que un automóvil está compuesto en su mayor parte por acero, plástico y aluminio, así que si se considera este último material como el más dócil ante el calor es imposible que los rayos del sol puedan derretirlo, teniendo en cuenta que este elemento se funde a no menos de 660 °C.
Obviamente, el plástico es mucho más vulnerable al calor y de acuerdo con la ciencia, según el tipo de plástico, se necesitan alrededor de 150º centígrados para derretirlo. Aún considerando el plástico que requiere menos calor, como el polietileno, que no se derrite a menos de 85º centígrados. En el caso del policarbonato, el tipo de material que se emplea en las unidades ópticas de los automóviles, es necesario exponerlo a más de 125 ºC para que se derrita.
Ahora bien, el ejercicio hipotético con el acero y la fibra de carbón es una fantasía, pues son materiales que requieren más de 1.300 ºC para fundirse. En conclusión, es imposible que cualquier material que compone un vehículo se derrita por el calor del ambiente.