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Chevrolet Camaro ZL1 Vs. Challenger SRT Hellcat Widebody ¡Batalla de muscle cars!

¿Cuál merece ser coronado como el rey de los muscle cars?

Chevrolet Camaro ZL1 Vs. Challenger SRT Hellcat Widebody ¡Batalla de muscle cars!

Cierre los ojos, imagine, que está a mediados de la década de 1960 y que a su lado se encuentra su máximo rival, ese que se ha encargado de hacerle la vida de cuadritos y que ahora lo reta a bordo de su ocho cilindros. De a poco, siente como al presionar el acelerador para hacer rugir su V8, la rebeldía y la adrenalina se apoderan de usted … ¡llegó el momento de ajustar cuentas!

De pronto, el semáforo cambia a verde, los neumáticos sin tracción rechinan, una nube de humo blanco se levanta del asfalto y el auto comienza su desenfrenada aceleración, primera, segunda, tercera, el motor ruge, todo a su alrededor comienza a pasar muy rápido, cuando observa de reojo a tu rival, este ha soltado el acelerador, es un gallina, un cobarde ¡le ganaste! y de pasó le le demostraste quién es el rey del camino. Ahora, solo tienes que preocuparte por detener su poderoso bólido antes de llegar a la primera curva, si no es que quieres morir…gasolina, adrenalina, potencia y velocidad ¡así era la época dorada de los muscle cars!

Estrictamente hablando, este periodo que duró apenas diez años (entre 1964 a 1974), prácticamente todas las marcas estadounidenses contaban con su propio muscle car, exceptuando a Lincoln y Cadillac, en el que la potencia desmedida de los motores de ocho cilindros estaba completamente enfocada en los piques callejeros y cuarto de milla. La excepción de la regla, son aquellos ejemplares que inspirados en el serial Trans-Am, que también presumian un excelente desempeño en los circuitos.

Es por ello, que, a varias décadas de distancia, el legado de los muscle cars sigue tan vigente, ya que, tras un periodo gris, algunos de estos legendarios deportivos se las han ingeniado no solo para sobrevivir, sino seguir ofreciendo una elevada dosis de potencia y emoción en una época donde el combustible ya no es barato y las normas anticontaminantes son cada vez son más estrictas.

Es cierto, la cantidad de muscle cars en la actualidad, es de apenas un tercio de modelos, pero sin duda, gracias al refinamiento tecnológico, estamos viviendo una “era de plata”, y que mejor manera que explicar esto que enfrentando a dos automóviles que ante la ausencia del Shelby GT500, mantienen una pelea encarnizada, en la que, a su propia manera, buscan coronarse como el rey de los muscle cars modernos. Por supuesto que nos referimos a los todopoderosos Chevrolet Camaro ZL1 y Dodge Challenger Hellcat Widebody.

 

ATRACTIVOS, INTIMIDANTES Y ¿AERODINÁMICOS?

Por derecho de antigüedad comencemos por el Dodge Challenger Hellcat Widebody2019, un automóvil que, aunque no lo crea ya es todo un veterano que cumple una década en el mercado, en el que, a través de diversas actualizaciones de distinta índole, se ha mantenido en el gusto del público y gran parte de ello, se debe al excelso diseño “retro”, inspirado en el modelo original de 1970, de rasgos y líneas completamente atemporales.

Simple y sencillamente, no aparenta su edad, excepto cuando accedes al amplio interior que  además de contar con unos asientos delanteros tan cómodos como un sillón, es capaz de albergar a dos adultos en las plazas traseras, sin que ello quiere decir que vayan tan holgados como en un Chrysler 300. Pese a que el diseño en general denota el paso del tiempo, los materiales, acabados y equipamiento son buenos, destacando el excelente sistema de infoentretenimiento Uconnect con una pantalla de 8.4 pulgadas.

A diferencia del Challenger SRT Hellcat que probamos en el especial de fin de año de 2014, este auto, que añade el apellido Widebody, añade un par de elementos estéticos y funcionales, que además de hacerlo lucir más intimidante, ayudan a mejorar su desempeño dinámico a sobremanera.

De hecho, si tomamos en cuenta que el nombre “Hellcat” está inspirado en un avión caza estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, es fácil intuir, que los ingenieros se basaron en la aviación para dotar a este Challenger de algunas soluciones como de un kit aerodinámico, que, en primera instancia, aumenta el ancho del vehículo hasta los 1,986 mm (contra los 1,923 mm del Hellcat normal). Y para que ¿engordó?, literalmente para alojar unos neumáticos 305/35ZR20 All Season, que, debido a su grosor, parecen unos rodillos. Esto junto, con un esquema de suspensiones mejorado, hacen que teóricamente, el Hellcat Widebody vea aumentada la capacidad de curveo, aceleración, velocidad máxima y frenado.

En esta sintonía, aparece el Chevrolet Camaro ZL1 2019, que a diferencia del ejemplar que sorprendió en el pasado especial del 2017, luce una estética ligeramente actualizada, que adopta parcialmente la nueva estética adoptada por las demás vertientes del legendario deportivo. Aun así, encontramos ciertas reminiscencias “retro”.

¿Qué quieres decir esto? Pues que en el frente es un automóvil prácticamente igual a la edición anterior, sin embargo, es en la trasera donde encontramos que calaveras ahora son transparentes con un acabado ahumado, al mismo tiempo que las fascias y emblemas fueron ligeramente rediseñados.  

Al tratarse de una edición de alto desempeño, destaca la integración de elementos como el emblema de Chevrolet ahuecado en la parrilla, splitter frontal, faldones, toma de aire frontal y el spoiler trasero que ayudan a optimizar tanto el flujo del aire como la refrigeración del vehículo.

Su planteamiento es mucho más moderno y no sólo se nota en el exterior, sino también en el mucho más envidioso habitáculo, que, aunque se anuncia como un cuatro plazas, en realidad es un biplaza con asientos Recaro, cuyas plazas traseras no son mínimamente aptas para adultos claustrofóbicos, ya que el espacio, apenas es suficiente para albergar a niños.

Los materiales y acabados, son de lo mejor de Chevrolet (con piel y alcántara por doquier) además su diseño, es mucho más atrevido y cuenta con detalles que enamoran como los enormes aireadores cromados, que a su vez fungen como perillas que ajustan la intensidad del aire acondicionado. En cuanto a conectividad, no puede faltar la pantalla táctil de 8” con Smartphone Integration con Apple CarPlay y Android Auto, así como el sistema ONStar 4GLTE.

LA HORA DE LA VERDAD

En papel, tanto el Chevrolet como el Dodge, lucen parejos. Vamos, después de todo, ambos son un par de coupés estadounidenses impulsados por un ocho cilindros coronado por un enorme supercargador, que a su vez, traslada una tremenda orgía de caballos de fuerza a las ruedas traseras a través de una transmisión automática. De ahí en más, no hay más parecido, ya que ambos, interpretan toda esta técnica a su manera.

Para atestiguar de primera mano la evolución técnica de los muscle cars, decimos sacarlos de su teórica zona de confort (el ¼ de milla) para llevarlos a la pista, el lugar idóneo para conocer sus límites y capacidades con toda la seguridad posible. No hay que olvidar por nada en el mundo que bajo el capó habitan cientos de caballos de fuerza esperando ansiosos su liberación.

Por cierto, pese a que quien escribe estas líneas tuvo la oportunidad de “retirarles la basura” a estos monstruos, nos apoyamos en Manuel Carrión, piloto profesional y amigo (la verdad es un sacrificio para el dios de la gasolina) para poder explotar al máximo los defectos virtudes de estos deportivos en el Centro Dinámico Pegaso, una pista homologada por la FIA, ubicada en Toluca, Estado de México a 2,580 metros sobre el nivel del mar.

De hecho, tal y como se mencionó al principio, se podría decir que el Dodge Challenger es el heredero directo de aquellos poderosos y rebeldes deportivos devora llantas que dominaban tanto en las calles como en los piques. Sin duda, con solo verlo, este descomunal vehículo impone e intimida, pero, sobre todo, las mejoras del Wide Body hacen que a diferencia del Hellcat a secas, que es inmanejable, esta variante ensanchada, sea mucho más fácil de llevar. Guardando las diferencias, se puede decir que esta fórmula recuerda vagamente al Charger Daytona original, que combinaba poder con aerodinámica.

El corazón del “gato del infierno”, es un V8 HEMI de 6.2 Litros supercargado capaz de entregar la friolera cifra de 717 Hp (una decena extra) y 656 lb-pie de torque, potencia que es trasladada a las ruedas traseras mediante una transmisión automática de ocho velocidades. Con solo leer estas cifras, esta de más decir que la aceleración es alucinante. No importa el consumo de gasolina al volante de este auto, solo quiere sentir como su espalda se estrella al asiento una y otra vez; ¿ya mencioné que el sonido del escape es tan magnífico, armónico y estruendoso, que simple y sencillamente resulta adictivo? Un orgasmo al oído.

Gracias a la mejora en el flujo de aire, acelera mejor y baja su marca en el cuarto de milla, al mismo tiempo que obtiene la ayuda necesaria para tomar las curvas con mayor seguridad. Ojo, es un auto al que los 2.040 kilogramos de peso (y los 10 años a sus espaldas) le cobran factura al momento de atacar curvas complicadas y aunque ya no se va de lado como antes, la dirección de talante suave (útil en el tránsito pesado), no transmite buenas sensaciones en el circuito. Eso sí, los gigantescos discos de freno firmados por Brembo (360 x 32 mm adelante y de 350 x 38 atrás), son eficientes en su labor de detener el vehículo.

Respecto a los tiempos de vuelta, cabe aclarar que hicimos dos ejercicios. En el primero cronometramos el desempeño desde el alto total, mientras que el otro fue con arrancada lanzada. En el primer caso, el Hellcat Widebody marco un tiempo de 1:06.87, mientras que en el otro y ya “encarrerado” logró bajar hasta 1:00.79. Nada mal…hasta que llegó el momento de ponernos tras el volante del rival.

Contrario al Dodge, el Chevrolet Camaro ZL1 2019 no sólo es musculoso, sino también es un ágil y hasta en cierto punto versátil atleta, que puede humillar a cientos de rivales en un pique como en una vuelta cronometrada ¿No lo cree? tenga en cuenta que en el mítico circuito de Nürburgring destacó al marcar 7:29.60, poniéndose por delante de autos como Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio, Porsche Carrera GT, Mercedes-AMG GT S, BMW M4 GTS o Lexus LFA Nürburgring Package.

Aunque el V8 LT4 supercargado de 6.2 litros con 650 Hp e igual número de libras pie, en un principio pudiesen palidecer frente a los siete centenares de caballos de fuerza de su rival, el “camarada” aprovecha mejor el poder en todos los sentidos. No hay que olvidar que mientras el Challenger lleva una década actualizándose, en el igual lapso de tiempo, el Camaro ya vio la llegada de una nueva generación en 2016, misma que inclusive acaba de refrescarse, y es la que tiene frente a sus ojos.

Eso se nota, desde que pisas el pedal del acelerador y sientes como la caja automática de 10 velocidades, realiza los cambios de manera tan rápida, que poco o nada tiene que pedirles a las sofisticadas transmisiones de doble embrague. Su aceleración es igual de bruta gracias al Launch Control, y el motor, como buen V8, grita a todos los cielos “abran paso; quítense de mi camino; que ya llegó el rey” … y esa estética en donde en negro es el color predominante, ayudan a amedrentar a medio mundo.

Sorprende una dirección tan dura, que para moverla necesitarás un buen acondicionamiento de gimnasio previo, pero al mismo tiempo es precisa como ella sola. A donde pongas la mirada, el auto girará, pero lo mejor es que, aunque tiene ese poder, no siente que lo quiera asesinar despiadadamente y gran culpa de ello lo tienen la suspensión Magnetic Ride Control que monitorea continuamente las condiciones del suelo y ajusta la tensión cada 10 o 15 milisegundos, así como el Control Electrónico del Diferencial que distribuye el torque de manera automática.

Otro punto en común con el Challenger, reside en los frenos firmado por Brembo, solo que para el Chevrolet se cuenta con un sistema de rotores delanteros de 390 mm x 36 mm con seis pistones y traseros de 365 mm x 28 mm de cuatro pistones. Puede frenar, una y otra vez, sin preocuparse por la fatiga, ya que su tolerancia es bastante alta.

Esta superioridad técnica, también se ve reflejada en los tiempos de vuelta, ya que, desde cero, el Camaro ZL1 marcó 1:02.25, mientras que, en la lanzada, detuvo el cronómetro en ¡0:56.06! y con ello deja al llamado “gato infernal” como un lindo y delicado minino. No le arruinaré la sorpresa, pero le diré que su desempeño es tan bueno, que se convirtió en el hermano incómodo capaz de poner en aprietos a al Corvette ZR1, un auto de alma racing, nacido por y para las pistas.

¿ES NECESARIO UN VEREDICTO?

Después de hablar entre quienes nos pusimos tras el volante de estas fieras estadounidenses, llegamos a un consenso unánime en el que todos declaramos como absoluto vencedor al Challenger Hellcat Widebody…en lo referente a estilo, espacio interior, sonido de motor y un precio ligeramente menor; porque en todo lo demás, el Camaro ZL1 es un automóvil francamente superior y mejor balanceado.

En Estados Unidos, existen los Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye (un bestia 797 HP), así como el Chevrolet Camaro ZL1 1LE (capaz de volar en el Infierno Verde en 7:16.04). Por lo que puede estar seguro, que con la llegada del nuevo Shelby GT500, no solo tendremos muscle car para rato, sino también seremos testigos de una batalla épica con cifras descomunales de caballos de fuerza… ¡Dios bendiga a la era de plata de los muscle cars!

 

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