Ford es la primera automotriz en formular y probar nuevos componentes de espuma y plástico utilizando dióxido de carbón como materia prima. Los investigadores esperan ver estos nuevos biomateriales incorporados en la producción de los vehículos Ford dentro de los próximos cinco años.
La espuma formulada con hasta 50% de CO2 basado en polioles cumple con los rigurosos estándares de la industria automotriz. Bajo el capó puede reducir potencialmente la utilización de derivados del petróleo en más de £600 millones de libras anuales -aproximadamente $875 millones de dólares-. La espuma derivada de CO2 va a contribuir a reducir aún más el uso de combustibles fósiles en los vehículos de Ford y, al mismo tiempo, incrementará la presencia de espuma sustentable en las plataformas globales de la compañía en todo el mundo.
Ford está trabajando agresivamente para disminuir su impacto ambiental a través de la reducción del uso de plásticos y espuma derivados del petróleo, manifestó Debbie Mielewski, Líder Técnica de Sustentabilidad de Ford.
Las emisiones de carbón y el cambio climático son una creciente preocupación para los líderes mundiales, ya que se emiten 1.133.980 millones de kilogramos de CO2 a la atmósfera por segundo. Durante cerca de dos décadas los investigadores han trabajado satisfactoriamente en el desarrollo de materiales sustentables para los productos de Ford. En Norteamérica la espuma desarrollada a partir de la soya ya se encuentra presente en cada uno de sus vehículos.
Ford comenzó en 2013 a trabajar con varias compañías, proveedores y universidades para encontrar nuevas aplicaciones para el CO2 capturado. Entre ellos se encuentra Novomer, una compañía con base en New York que utiliza el CO2 capturado de plantas de producción para generar innovadores materiales.
A través de un sistema de conversiones, Novomer produce un polímero que puede ser utilizado en una gran variedad de materiales entre los que se incluye espuma y plástico que son fácilmente reciclables.