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Seguridad digital, factor clave que cada vez tienen más en cuenta los compradores de autos nuevos

Un estudio realizado en Estados Unidos y Europa, entre dos mil propietarios de autos, arroja datos alarmantes.

Seguridad digital, factor clave que cada vez tienen más en cuenta los compradores de autos nuevos

Es casi seguro que al evaluar la compra de tu primer auto o la renovación del que posees en la actualidad, habrás puesto atención a factores relevantes como: diseño, comodidad abordo, espacio, equipamiento, prestaciones o seguridad activa y pasiva. Sin embargo, desde hace un tiempo, al menos en mercados desarrollados, los potenciales compradores de autos nuevos están atentos a otro elemento no prioritario para algunos, pero que cada vez cobra mayor vigencia: la llamada ciberseguridad del auto. es vital en los tiempos actuales, donde vemos cada vez más autos definidos por software.

La industria automotriz está en un punto de inflexión: los autos se han convertido en computadores móviles, con más de 100 millones de líneas de código que impulsan todo, desde los sistemas de frenos hasta las pantallas de infoentretenimiento. Sin embargo, a medida que los vehículos se convierten en máquinas definidas por software, las protecciones de seguridad que los rodean no han seguido el ritmo.

Según se desprende de un estudio realizado por la empresa Runsafe Security, empresa especializada en ciberseguridad, a más de dos mil propietarios de autos conectados en Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido, un 65% de los encuestados cree que es posible hackear un auto de manera remota, mientras que solo un 19% de los consultados señaló sentirse "muy seguro" de que su auto está protegido.

Los revelan una profunda falta de confianza, percibiendo que sus autos son más vulnerables que otros dispositivos, como los teléfonos celulares inteligentes, que periódicamente son actualizados. Lo anterior se ratifica por el hecho de que durante los últimos años hemos sido testigos de retiradas masivas de vehículos. También se ha documentado el uso de códigos maliciosos para realizar acciones no autorizadas, aprovechando vulnerabilidad del sistema informático, permitiendo a los ciberpiratas tomar el control del auto o de ciertas funciones estando a kilómetros de distancia.

Otro hallazgo sorprendente que arrojo la investigación, es que proteger las funciones críticas del vehículo frente a ciberataques les parece más importante que salvaguardar los datos personales almacenados en él. 

A diferencia de las brechas de ciberseguridad tradicionales que exponen datos confidenciales, los ataques informáticos en el sector automotor pueden comprometer directamente sistemas críticos para la seguridad, como la dirección, el frenado y la aceleración. Los consumidores comprenden este riesgo y esperan que los fabricantes de automóviles lo traten con la seriedad que merece.

Los vehículos modernos no son fabricados por una sola empresa, son el producto de un complejo ecosistema de proveedores. En ese contexto, la encuesta reveló que el 77 % de los conductores reconoce los componentes de terceros como riesgos de ciberseguridad y el 83 % exige transparencia sobre el origen del software.

Quizás el hallazgo más importante de todos: la ciberseguridad ahora tiene el poder de favorecer significativamente una venta. El 87 % de los consumidores afirma que una protección sólida influye en sus decisiones de compra y el 35 % está dispuesto a pagar precios superiores por tener mayor seguridad.

Este es un cambio sorprendente en la forma en que los conductores ven sus autos. La ciberseguridad dejó de ser una característica técnica discreta a un factor diferenciador fundamental, al mismo nivel del rendimiento, la comodidad y el ahorro de combustible.

Los fabricantes de automóviles que ignoran esta realidad se arriesgan a perder clientes ante competidores más preocupados por la seguridad o, peor aún, a inclinarlos hacia vehículos más antiguos y menos rentables. De hecho, el 70 % de los conductores afirmó que consideraría comprar un auto más antiguo y menos conectado solo para reducir el riesgo cibernético.

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