Jeep inaugura un nuevo capítulo en la aventura que inició hace 20 años en el país, cuando el Grand Cherokee Laredo de placas BRD509 se convirtió en el primer y único vehículo en coronar la cima del Santuario de Monserrate en Bogotá, haciendo el ascenso a través del sendero peatonal.
El segundo capítulo de esta historia se vivió a finales de 2024, cuando la marca se dio a la tarea de ubicar dicho vehículo, que ascendió con mucho esfuerzo hasta la cima más famosa de Bogotá. De hecho, a través de redes sociales, convocó a la comunidad de entusiastas y seguidores para que ayudaran a localizar esa emblemática camioneta.
Tras dos meses de averiguaciones y seguimiento de pistas, finalmente la unidad legendaria se encontró en el municipio de Pacho (Cundinamarca). A lo largo de su trayectoria, esta Gran Cherokee pasó por manos de cuatro propietarios, cada uno de los cuales contribuyó a forjar una historia llena de carácter y resistencia. Con un recorrido acumulado de 206.381 kilómetros (que equivalente a dar la vuelta al mundo unas cinco veces) el vehículo ha demostrado una durabilidad excepcional y un espíritu incansable.
Sus años de servicio no se limitaron al asfalto: también fue protagonista en exigentes competencias de rally a nivel nacional y, más recientemente, cambió la pista por el campo, desempeñando labores en el ámbito agrícola, donde su potencia y versatilidad encontraron un nuevo propósito en entornos rurales.
Así se recupera un ícono rodante
La recuperada Jeep Grand Cherokee que conquistó Monserrate y el equipo humano que lo hizo posible.
Otro capítulo se comenzó a escribir desde la recuperación de la camioneta, pues tras una inspección exhaustiva, que abarcó lo técnico-mecánico, lo estético y el equipamiento; la marca designó un equipo de restauración para recuperar cada una de sus funcionalidades originales y devolverla al estado que tenía cuando coronó la cima de Monserrate.
“Aunque estaba muy bien en términos generales, queríamos dejarla perfecta. Le quitamos el sistema de gas que tenía en funcionamiento, se le trabajó la electricidad, le cambiamos la suspensión completa, la pintamos, reparamos los rines, le pusimos llantas nuevas. Pero no hubo necesidad de tocar el motor ni la caja de cambios, ya que estaban funcionando bien”, señala Daniel Pereira, piloto profesional, embajador de Jeep Colombia y líder del equipo a cargo del proyecto.
Como la camioneta ingresó al taller con los parachoques originales, fue preciso fabricar unos nuevos, metálicos y con estructuras para enganchar los cabrestantes, para recrear los que se le adaptaron hace 20 años para subir a Monserrate. “esos parachoques ya no existían y tocó hacerlos. Le pusimos un winche para poder halarlo desde la trompa si se atasca en terrenos difíciles”, explica Pereira.
Al final del proceso de recuperación, esta Grand Cherokee Laredo quedó dotada con los estribos de protección y el anclaje que utilizó para la hazaña; además, se le instalaron faros flotantes en la parte delantera para actualizar su imagen 4x4 y también para destacar su nivel legendario.
El epílogo de esta historia es que esta leyenda rodante, tras superar varias pruebas de ruta, quedó nuevamente preparada para enfrentar cualquier desafío off-road; de hecho, en el más reciente Jeep Academy, actividad para clientes de la marca, realizada en Chía, el Jeep Grand Cherokee superó todos los obstáculos de la pista 4x4, incluyendo el paso por lagunas con barro.
Rescatada del anonimato y reivindicado un legado de aventura, libertad y capacidad off-road, la Grand Cherokee Laredo de placas BRD509 tiene su futuro asegurado como vehículo insignia de la Manada Jeep en Colombia.
