
El grupo francés LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton SE sigue ampliando su presencia en la Fórmula 1; primero fue el anuncio de que los artesanos de Louis Vuitton harán las cajas para transportar y exhibir el trofeo del ganador; ahora se confirma que Moët & Chandon volverá a la Máxima Categoría como la champaña oficial para las celebraciones en el podio (y seguramente también para servirse en los lounge VIP del Paddock Club).
Al igual que TAG Heuer, Moët & Chandon ha estado vinculada a la Fórmula 1 desde sus inicios, siendo su momento más icónico cuando Paul Chandon-Moët y su sobrino, el Conde Frédéric Chandon de Briailles, le dieron a Juan Manuel Fangio una botella de champaña para brindar por su victoria en el Gran Premio de Francia en 1950.
Años más tarde, cuando se volvió tradición que los pilotos ganadores se bañaran con champaña en la celebración de sus triunfos, la marca francesa también estuvo ahí.
"Honramos lo extraordinario, el trabajo en equipo, la precisión ilimitada y la búsqueda de la excelencia que impulsan tanto al automovilismo como a nuestro oficio. Esta asociación es un tributo a la unidad y los logros compartidos de pilotos inspiradores, sus dedicados equipos y la comunidad global que los respalda. Moët & Chandon ocupa su lugar en el podio una vez más, con orgullo seguimos creando momentos de celebración que pertenecen a todos los involucrados en esta increíble aventura", afirmó Sibylle Scherer, CEO y presidente de la marca.
Además de proveer las botellas para la celebración en el podio, también se anunció que la firma será el patrocinador principal del Gran Premio de Bélgica.
Aunque muchos crean que el baño de champaña se originó en la Fórmula 1, en realidad fue en las 24 Horas de Le Mans, cuando el estadounidense Dan Gurney comenzó a bañar a toda la gente alrededor de él para celebrar su triunfo en 1967. A Gurney se le ocurrió hacer eso luego de que un año atrás, el alemán Jo Siffert botara el corcho de su botella y salpicara un poco.
Al poco tiempo, prácticamente cada podio en el automovilismo vive su momento cumbre cuando se agitan las botellas de champaña, se les coloca el dedo pulgar en la boquilla y todos se bañan.