En un mundo cada vez más saturado de SUV y crossovers, es refrescante y necesario destacar las pocas ofertas originales que buscan desmarcarse de las tendencias de la moda. Este es el caso del Suzuki Jimny, modelo con gran trayectoria y que se ha ganado su fama y reputación a pulso, en especial, en aquellos mercados (como el nuestro) donde tener un campero de verdad, como un Jeep Wrangler o un Land Rover resulta muy costoso.
La sencillez mecánica, su fiabilidad y su espíritu joven han llevado muy lejos al buen Jimny. En países como Estados Unidos, esto es casi incomprensible, pero aquí en Colombia, como en otros mercados, supera sin reparos a muchos encopetados vehículos con doble tracción. Tiene un sin fin de seguidores, preparaciones y anécdotas, pero lo mejor de todo es que, al contrario de lo que sucedió con el Vitara y el Grand Vitara, no sucumbió a la moda SUV.
Referirnos al Jimny es hablar de un campero en todo el sentido de la palabra y por ello no es opción para quien busca una camioneta compacta; en realidad, los dos formatos del Jimny (3 y 5 puertas) llegan para seducir a quien requiera una alternativa de movilidad, ágil, resistente, maniobrable, de bajo consumo y con destacado desempeño cuando el camino se complica. Si lo miramos desde la funcionalidad, el todoterreno de Suzuki viene a rivalizar más con las pick-up.
En esta cuarta generación Jimny, su diseño retro, sus bien pensados toques de modernidad y su fabricación funcional se materializan en un modelo que logra el equilibrio perfecto entre lo más contemporáneo y lo clásico. La nueva receta resultó tan acertada que se agotó en todos los mercados y fue tal su demanda, que a Suzuki no le quedó otro camino que apurar su producción en India para poder cumplir con las entregas. Finalmente, sucedió lo que muchos anhelaban: le crecieron dos puertas más y así, por fin, tenemos en Colombia el nuevo Jimny 5 puertas, disponible únicamente en versión GLX.
Suzuki Jimny 5 puertas: diseño y dimensiones
El Jimny es un competente vehículo off-road, liviano, durable (como los verdaderos todo-terreno originales) y que en esta nueva etapa se desarrolló para cumplir con todo lo que los entusiastas le podrían pedir, pero sin dejar de lado, la tecnología y el estilo que merece un auto de la era moderna.
El nuevo Jimny vuelve a su diseño completamente cuadrado y esto es para maximizar el espacio interior. Hay muchos detalles concebidos desde la funcionalidad; por ejemplo, sus paneles lisos y completamente rectos ayudan a que no se pegue el barro, el parabrisas es ahora más plano para atenuar el reflejo del sol, mientras que los paneles verticales de la carrocería configuran un techo más amplio, acanalado y con un reborde perimetral para que el agua escurra en los bordes y no le caiga encima a los pasajeros cuando se bajen.
Además, detallen que la antena se ubica en el extremo inferior derecho, para que no estorbe por si se quiere llevar carga en el techo.
Hablando de elementos retro, el Jimny recoge un poco de todo. Las luces frontales redondas son reminiscencia del LJ 80 original. Más adelante en la historia, se ubicó una segunda luz bajo la estacionaria, formato que el Jimny mantuvo hasta la generación anterior, pero aquí volvemos al origen.
Por su parte, la parrilla con barras es también un rasgo que se mantiene con el paso del tiempo y esto tiene que ver, no solo con la historia del Jimny, sino con la historia del todoterreno original, que es del cual derivan todos estos autos: el Jeep. De ahí que muchas marcas lo lleven, pero que no se lleve todo el crédito, puesto que el encastre plástico donde va la parrilla y las luces es una solución que nos remonta de nuevo al Samurái, a la generación de los SJ. De allí también toma el capó recto y unas pequeñas hendiduras que los más fanáticos sabrán reconocer. En la parte posterior, las luces posteriores regresan al parachoques, pero para facilitar la apertura y operatividad de la compuerta trasera, que incluye brazo telescópico.
Dimensiones
- Largo: 3.985 mm (con llanta de repuesto)
- Ancho: 1.645 mm
- Alto: 1.720 mm
- Distancia entre ejes: 2.590 mm
- Despeje al suelo: 210 mm
- Capacidad del baúl: 211 litros (332 con sillas abatidas)
¿Qué cambios hizo Suzuki para agrandar al Jimny? No muchos. Es un vehículo que creció 340 mm de distancia entre los ejes (aunque el ángulo ventral apenas se redujo cuatro grados y quedó en 28°) para poder colocar un baúl algo más grande y dos puertas, con lo que sumó 95 kilos (quedó en 1.185 kilos), frente al tres puertas. El despeje bajó imperceptiblemente en cinco milímetros. Fuera de eso, solo hay una parrilla en color gris brillante con aperturas de borde cromado. Nada más.
Como parte del equipamiento exterior, el Jimny 5 puertas incluye: luces LED con encendido automático, faros antiniebla (esta misma unidad incorpora las luces de circulación día), espejos exteriores eléctricos y abatibles, rines de aleación de 15” y lavafaros.
Suzuki Jimny 5 puertas: interior y equipamiento a bordo
El interior de este campero tiene un aspecto consecuente con su orientación: los relojes redondos, la consola y los comandos le dan un aire retro, pero la enorme y semiflotante pantalla de fábrica (9”) del sistema multimedia evidencia un salto tecnológico. Incluye computador a bordo (con un pequeño visualizador B/N), Apple CarPlay y Android Auto inalámbrico, así como conectividad Bluetooth.
Si bien el monitor central tiene una posición alta que permite usarlo y consultarlo sin que genere mayor distracción, la única observación es que carece de botones físicos, algo que parece estar en contravía con el perfil del modelo. En todo caso, los mandos que si tienen fácil acceso y manipulación son los que se ubican en la barra táctil bajo la pantalla, que incluso se pueden activar cuando el usuario tiene guantes.
Al ingresar a la cabina se aprecia que todo es muy funcional y horizontal. Solo ciertos detalles cromados permiten identificar botones y perillas. Los elevavidrios delanteros están en medio de los asientos, quizás para minimizar las instalaciones eléctricas en las puertas, considerando que el Jimny es un auto de fabricación sencilla; de hecho, los tapizados son en tela.
Por supuesto que al tratarse de la versión GLX hay algunas amenidades adicionales, como volante de cuero multifunción, aire acondicionado automático, control crucero, sensor de parqueo trasero y cámara de reversa, con guías dinámicas que proyectan incluso la ubicación de la rueda de repuesto. No esperen ningún tipo de polímero blando o terminación lujosa, en un Jimny, es algo que no nos importa.
A nuestro juicio, sin duda, lo más atractivo de la cabina son los relojes análogos dispuestos en dos cajas de piano black con remates a la vista, para darle un toque retro genial. Lástima que no sea igual para el medidor de combustible y temperatura, con testigos luminosos poco precisos.
La posición al volante es alta, nos permite tener una muy buena visual hacia al frente. El volante hay que saberlo ajustar para no afectar la visualización de los relojes, aunque uno se acostumbra; solo tiene reglaje en altura, pero no en profundidad. Los asientos son relativamente cómodos, pero con poca sujeción, aunque entendemos que se trata de un vehículo pequeño, menos ancho que un sedán o un hatchback del segmento B.
Al igual que en el modelo tres puertas, las plazas traseras solo permiten que viajen dos adultos: no hay plaza central. El respaldo se puede abatir en proporción 50/50 y tiene dos ajustes de inclinación, eso permite que personas un poco más altas puedan ganar algo de margen en la cabeza. El espacio es suficiente para las piernas, aunque quienes quieran cargar sillas para niños, deben tener en cuenta que las puertas traseras son un poco más pequeñas que las delanteras.
Comparado al Jimny de tres puertas, definitivamente esta versión “alargada” es un avance, porque los asientos posteriores son más usables, tienen más visibilidad y mejor acceso, gracias a las puertas extra. Además, la segunda fila se monta un poco más adelante del eje trasero, por el mayor espacio, con lo que resulta más cómoda la experiencia para los ocupantes.
Esta carrocería no tiene los asientos de respaldo rígido como en el Jimny de tres puertas, por lo que no se logra una superficie de carga completamente plana, pero eso también ayuda a tener una capacidad de carga de 211 litros, que se puede ampliar hasta los 332 con las sillas traseras abatidas; no es una cifra muy generosa, pero está bien para las pretensiones de este todoterreno.
Suzuki Jimny 5P 2024: motor y seguridad
El campero de Suzuki se anima con el motor K15B de cuatro cilindros y 1.462 cm3, que genera 100 hp de potencia y 130 Nm de torque, el cual se puede asociar a una caja manual de cinco velocidades o una automática de cuatro (tres más overdrive) que era la opción que equipaba nuestra unidad a prueba.
Como se trata del mismo motor que anima a su hermano el tres puertas, muchos podrían pensar que el centenar de kilos adicionales de la versión “larga” podría comprometer su rendimiento, pero como el Jimny no es un vehículo pensado exclusivamente para la ciudad, les podemos asegurar que ese peso extra no se nota ni demerita el desempeño del campero.
Con una relación peso/potencia de 11,85 kilos por cada caballo, es obvio que el Jimny no es un auto para correr ni exigir en exceso; sin embargo, si se aprovecha bien la tracción, superará tranquilamente los retos off-road que seguro no se atreverían a enfrentar SUV más reputados. Acá hemos de destacar la rigidez que ofrece su chasis independente de tipo escalera, que ofrece mayor solidez y confianza, frente a las estructuras de tipo monocasco.
En cuanto a seguridad, la versión GLX del campero cinco puertas de Suzuki cuenta de serie con frenos ABS con EBD, control electrónico de estabilidad, asistente de arranque en pendientes, asistente de descenso en terrenos resbalosos, seis airbags y anclaje Isofix.
Suma también las bondades de la tecnología All-Grip Pro, un sistema 4x4 clásico que le permite al conductor controlar el desempeño del Suzuki Jimny en todo tipo de terreno; en este caso, se puede pasar de 4x2 a 4x4 sobre la marcha y además tiene bajo, que en la versión automática cuenta con una favorable relación de transferencia de 2,644:1.
Así mismo, cuenta con un sistema de frenado LSD, el cual ayuda a bloquear de forma independiente las ruedas para enviar la potencia a las que hacen mayor trabajo de tracción. Un plus adicional: su relación de compresión de 10:1 le permite usar gasolina corriente sin ningún problema.
Suzuki Jimny 5P 2024: manejo
La sensación de manejo del Jimny no es la de un auto urbano convencional, pero tampoco es un auto insufrible al manejar en ciudad. Si bien su esquema de suspensiones con eje rígido y resortes helicoidales en ambos extremos lo faculta para salir airoso en aventuras off-road exigentes y rodar con total propiedad en el escarpado medio, puede resultar algo saltón; sobre todo al rodar a alta velocidad.
Una particularidad que percibimos es que el feeling de la dirección del Jimny está más orientado al mundo todoterreno y que se requiere “volantear” algo más que en un modelo convencional; así, para cambiar de carril o adelantar un auto, es preciso tomar el volante muy bien e incluso girarlo con una mano más abajo para generar maniobras más rápidas sin tardar tanto.
La caja automática no será la opción preferida para los más puristas, pero, por fortuna, es mucho más diligente que otras transmisiones añejas de cuatro marchas que hemos probado. Su régimen de giro se mantiene sobre las 2.000 rpm cuando se lleva en forma progresiva, pero cuando se apremia abruptamente el acelerador le toma algo de tiempo para llegar hasta las 6.000 rpm, que es cuando cambia la marcha.
Si bien todos los componentes mecánicos se hacen sentir en la cabina más de lo que se percibe en un SUV convencional, el sonido del motor evidencia que trabaja bien; es decir, que se esfuerza apropiadamente y no como si “sufriera” cuando se le exige. Con la transmisión automática logramos un registro promedio de 42,2 km/galón. Vale indicar que en la pantalla principal se pueden visualizar con gran detalle estos datos del computador a bordo.
En cualquier caso, con un radio de giro mínimo de 5,7 metros, este campero resulta mucho más maniobrable y cabe en senderos donde quedan limitadas muchas pick-up. En síntesis, es un vehículo agradable de conducir.
El Suzuki Jimny es un auto honesto y real. Tiene solo el propósito de ser un todoterreno, con algunas amenidades extra y, si bien se ubica en el espectro más analógico del mundo automotor, resulta una oferta refrescante; es confiable, simple y un buen compañero (puede halar un remolque de hasta 1.300 kilos, si este tiene frenos), que además seduce por detalles clave, como su diseño retro.
Es un campero al que uno se sube y le dan ganas de salir a hacer cosas y eso hoy en día no lo logran muchos autos. Se maneja muy bien para ser un todoterreno (más ahora que gana estabilidad con la distancia entre ejes ampliada), porque es compacto y cabe en todos lados, pero además ofrece conectividad, tracción real, luces LED y seis airbags. Puede que no sea el más espacioso ni el más refinado, pero a este Suzuki no te falta nada esencial para vivir en la ciudad y fuera de ella.