En algunos lugares de EE. UU. ya circulan los robotraxis, autos que te movilizan sin que ningún conductor humano esté a cargo, algo que aprovechó JD Power para hacer un estudio que permita medir la confianza y satisfacción de los usuarios con tal servicio.
Lo primero que revela el estudio es el grado de conformidad de los conductores que comparten la vía pública con los vehículos autónomos, pues solo el 27% se mostró cómodo manejando junto a robotaxis.
Hablando de pasajeros, curiosamente solo el 2% perdió su fe en la conducción autónoma después de usarla, mientras que 47% ganó confianza y 51% confirmó su percepción favorable.
Si bien los llamados early adopters, usuarios que desean utilizar la novedad antes que otros, son los más propensos a confirmar que la nueva tecnología es la mejor, el estudio muestra que el amor no es incondicional, pues se reportan varias quejas.
Mientras que buena parte de los pasajeros destacó la seguridad de una conducción que respeta todas las normas de tránsito, al 60% le molestó el tipo de manejo, al mencionar aspectos como frenar innecesariamente.
El estudio no detalla más, pero sospechamos que el mayor problema está en el acostumbrarse a una conducción muy conservadora, de esa en la que todos vemos que es posible una maniobra, pero para el sistema más conservador es mejor no realizar, como si se tratara de un conductor novato o superdefensivo.
Los resultados de este estudio nos hacen pensar: ¿estamos preparados para abrazar la seguridad a ultranza de sistemas autónomos con el costo de una conducción más… “aburrida”?