En agosto pasado, Porsche de Colombia, importador local de Volkswagen, anunció la llegada oficial al país del esperado VW Polo Track, modelo que tiene la gran responsabilidad de reemplazar al legendario Gol. Precisamente, para comprender la importancia de este reto, vale recordar que dicho hatchback nació en Brasil en 1980, se produjo en forma ininterrumpida durante 42 años y se comercializaron más de ocho millones de unidades en todo el mundo.
En el plano nacional, se estima que cerca de unos 7.700 Gol (incluyendo las versiones sedán, Voyage) ruedan en el país y, de ellas, tan solo el año pasado, la marca logró matricular cerca de 5.000 unidades; con ello, se convirtió en el tercer hatchback más vendido y alcanzó una participación de mercado en su segmento del 12,26%.
La tarea del nuevo Volkswagen Polo Track no es nada fácil, pero para ello, este simpático modelo demuestra que tiene lo suyo y, por ahora, se ofrece en el país en una única versión, que se caracteriza por exaltar ciertos detalles en negro y con ello, apropia cierto aire de rebeldía y deportividad, que tanto gusta a los jóvenes. Veámoslo en detalle.
Volkswagen Polo Track: diseño
El nuevo hatchback se desarrolló sobre la adaptable y conocida plataforma modular MQB del Grupo Volkswagen, que se conoce desde 2012 y la cual sustenta a cerca de una veintena de modelos de las marcas del conglomerado automotor.
Con 4.079 mm de largo, 1.751 mm de ancho, 1.471 mm de alto y 2.566 mm de distancia entre ejes, el nuevo Polo Track resulta 158 milímetros más largo que el Gol y tiene 100 mm más de distancia entre ejes. Con respecto a sus principales rivales de patio, es más largo en 86 mm y 9 mm, frente al Renault Sandero y el Chevrolet Joy, respectivamente. Asu vez, el Polo Track también es más ancho en 46 mm y en 24 mm que los hatchback de Chevrolet y de Renault.
En cuanto a su estilo, como decíamos, el nuevo modelo de Volkswagen se distingue por ese aire deportivo y moderno que le brindan los accesorios negros, como su parrilla de tipo panal, las manijas de las puertas, las carcasas de los espejos retrovisores, el contorno de los vidrios y el paral central, así como los embellecedores tipo fibra de carbono de los rines de 15” (los del Joy son de 14”). Un detalle que nos gustaría que VW considerara incluir en su nuevo hatchback son las luces día LED.
Volkswagen Polo Track: interior y equipamiento
Puertas adentro, lo primero que se percibe es un espacio generoso en todas las dimensiones hasta para cuatro pasajeros; en todo caso, un quinto ocupante puede ir cómodo si sus compañeros de los lados no son muy robustos. Al acceder al auto se percibe de inmediato que la pantalla central, la consola, la barra de cambios y los controles tienen clara orientación hacia el conductor; así mismo, el reglaje manual en altura de la silla principal y el del timón favorecen la ergonomía y la visibilidad.
En este punto se puede decir que el hatchback de Volkswagen es más bajito que sus rivales directos (-59 mm frente a Joy y -6 mm con respecto a Sandero); en todo caso, la base de los asientos está lo suficientemente baja para favorecer la comodidad y el espacio para la cabeza de los ocupantes, incluso los traseros. Otro detalle interesante es que, si bien el Polo Track tiene 24 mm menos de distancia entre ejes frente al Sandero (supera al Joy en 38 mm), resulta tan bien dispuesto que parece mayor en ese rubro.
Con respecto a la calidad y suavidad de los plásticos, cubiertas y materiales interiores, creemos que hay gran oportunidad de mejora, pues resultan muy rígidos y algo toscos al tacto. En el caso de los tapizados en tela, se abona el tono deportivo que aporta el diseño de las sillas delanteras, con sus apoyacabezas integrados (salvo el de la quinta plaza), las costuras rojas y la muy buena sujeción lateral que ofrecen.
En cuanto a los recursos a bordo, es una falla que no disponga de elevavidrios eléctricos atrás (como sí los ofrece el Renault), pero sí cuenta con cuatro parlantes, retrovisor interior con ajuste antideslumbrante, computador de abordo y visor del radio MP3 en B/N (las versiones LT del Joy y la Life+ del Sandero cuentan con pantalla táctil), Bluetooth, lector de tarjeta SD, entrada auxiliar, volante multifuncional, dos puertos USB (tipo C) de carga adicional, bloqueo central con control remoto, aire acondicionado (de muy buena gestión, que se agradece, pues la cabina tiende a ser calurosa) y, así como el Sandero, cuenta con un funcional indicador de cambio de marcha.
No estaría de más disponer de una consolita en medio de los asientos delanteros, incluso se podrían acomodar apoyabrazos para dichas plazas. Por otra parte, digamos que los 300 litros de capacidad de carga del baúl están dentro del promedio que maneja el segmento, frente a los 280 litros de Joy y los 320 litros de Sandero.
Volkswagen Polo Track: motor y seguridad
En cuanto a tren de potencia, el nuevo hatchback de Volkswagen se la juega con una propuesta conocida y de buenos réditos en confiabilidad; se trata del bloque a gasolina de 1,6 litros y 16 válvulas que genera 108 caballos de potencia y 155 Nm de torque, poderío que se gobierna a través de una caja manual de cinco marchas. Las especificaciones mecánicas del Polo Track son similares a las que ofrece el Sandero y sensiblemente superiores a los 97 caballos y 126 Nm que genera el motor 1,4 litros del Joy.
En cuanto a seguridad, la propuesta de Volkswagen es justa para su segmento: cuatro airbags, asistente para arranque en pendientes, control electrónico de estabilidad (ESC), frenos ABS, distribución electrónica de frenado (EBD) alerta de cinturón de seguridad y sistema de anclaje Isofix, entre otros. Considerando el segmento al que llega, obvio que no se puede pedir ningún tipo de asistente de conducción avanzado, pero nos gustaría que el listado incluyese el control de tracción, con el que sí cuenta el Sandero.
Volkswagen Polo Track: desempeño
Como buen hatchback moderno, el puesto de conducción del Polo Track es muy agradable y con un nivel de ergonomía bien aplicado; nos gustó mucho el correcto alcance y la altura de la palanca de cambios, al mejor estilo racing (incluso el volante es ligeramente achatado en la parte inferior); así mismo, la visualización de los instrumentos resulta clara y bien orientada hacia el conductor. Es cierto que la buena visibilidad perimétrica colabora en las maniobras de reversa, pero en este segmento sería un gran diferencial la oferta de una cámara de reversa o incluso de sensores traseros, que tampoco traen el Sandero LIfe+ ni el Joy.
Sobre la marcha, digamos que el Polo Track se favorece de una relación peso/potencia de 9,74 kilos por cada caballo (la del Sandero es de 9,64 y la del Joy de 10,7). Su planta de potencia se orienta hacia la funcionalidad urbana, con una primera marcha que deja llevar la aguja del tacómetro por encima de las 6.000 rpm y nos permite llegar hasta los 50 km/h, cuando se mete la segunda marcha (un tanto larga) la caída es de 2.500 giros.
En régimen normal, ya se rueda a 80 km/h en quinta marcha y en un régimen de 2.000 rpm, que es el indicado para circuitos urbanos; en caso de autopista, con 2.500 giros se planea con total comodidad.
Uno de los puntos que más nos gustó del Polo Track es la buena puesta a punto de la suspensión, con un robusto esquema independiente de tipo McPherson, adelante, y semi-independiente, atrás. Puede que la rodadura sea perceptible de más al interior de la cabina, pero la acertada filtración de baches e irregularidades lo hace ideal para el tránsito por nuestra deteriorada malla vial; incluso, se deja llevar muy bien sobre destapado moderado. Así mismo, el esquema de frenos cumple a cabalidad con sus responsabilidades y transmite esa cuota de confianza que se requiere en la conducción.
Por ahora, las primeras unidades del Polo Track llegaron al país en una única edición especial, pero, a futuro, ojalá llegue con una oferta adicional de equipamiento, como sí la tienen Sandero y Joy, que permita ampliar las amenidades de este hatchback, que resulta bien orientado para reemplazar al Gol.