Cuando todo parecía indicar que Carlos Ghosn sería exonerado de cargos por las acusaciones de Nissan en su contra, ahora enfrenta un nuevo problema; esta vez con Renault.
En esta ocasión, las autoridades francesas emitieron órdenes de arresto internacional contra Carlos Ghosn y otras cuatro personas que presuntamente lo ayudaron a extraer millones de dólares de Renault.
Una de las órdenes tiene como objetivo al multimillonario Suhail Bahwan, propietario de un distribuidor de Renault-Nissan en Oriente Medio, por desviar fondos de Renault para el uso personal de Ghosn.
Por su parte, las otras órdenes son para los dos hijos de Bahwan y el exgerente general de Suhail Bahwan Automobiles.
Específicamente, las autoridades francesas acusan a Ghosn de usar dinero de Renault para comprar un yate y celebrar el cumpleaños de su esposa en el Palacio de Versalles. También se le acusa de malversar dinero para diversos eventos y viajes que pueden haber sido personales.
Ghosn huyó de Japón a finales de 2019 acusado de delitos financieros, ocultamiento de ingresos, enriquecimiento mediante pagos a concesionarios Nissan en Oriente Medio y uso de fondos de la empresa para pagar gastos personales.
Japón también emitió una orden de arresto contra él, pero Ghosn buscó refugio en el Líbano, puesto que Beirut no tiene un tratado de extradición con Japón. El exdirectivo tiene pasaportes francés, libanés y brasileño.
Tras la espectacular fuga de Ghosn de Japón (salió escondido en un estuche de instrumentos musicales a bordo de un jet privado), el gran peligro para él está ahora en Francia.
Ante esta situación, el abogado de Ghosn describió la orden de arresto francesa como una "sorpresa", al señalar que su cliente siempre trabajó con funcionarios de la corte francesa y que no podía salir del país, puesto que las autoridades libanesas lo prohibieron. Ghosn había negado previamente las acusaciones francesas.