Que un automóvil de producción sea recordado es impresionante ciertamente, pero que un auto concepto, que nunca se fabricó y que sólo fue exhibido de forma puntual, pase a la historia, eso sí es realmente épico. De seguro, alguna vez, caíste rendido ante los encantos de un vehículo de formas increíbles, tecnología futurística y soluciones poco menos que dementes.
Antes de avanzar, hay que recordar que un concept car es un vehículo creado con la misión de que el fabricante pueda demostrar al público de lo que es capaz en materia de diseño y tecnología. En algunos casos también sirven para sondear al público cuando se quiere llevar a cabo un proyecto arriesgado y otras tantas sólo sirve para llamar la atención o para hacernos soñar con el futuro.
Los primeros automóviles conceptuales de los que se tiene registro son el Volvo Venus Bilo (1933) y el Buick Y-Job (1938), siendo este último el más célebre y conocido, ya que, en él, su diseñador Harley J. Earl encontró la forma de convencer a los directivos del estilo que debía adoptar la marca de los tres escudos en aquella época.
Por ello, en Autocosmos, nos dimos a la tarea de recopilar a los 15 mejores autos conceptuales de toda la histora. La decisión no fue fácil y nos costó una larga y apasionada discusión. Pero, no te mentiremos, estamos contentos con el resultado final. Sólo un favor, nos gustaría conocer tu opinión de cuál modelo debería estar en este recopilatorio y porqué.
Buick Centurion (1956)
Como hemos visto General Motors es pionera en cuanto a concept cars se refiere. Por ello, entre 1949 y 1961 realizaba un Motorama exclusivo donde se mostraban prototipos que anticipaban el futuro de la marca estadounidense. Fue en la edición de 1956 cuando se presenta el Buick Centurion, un automóvil inspirado en los cohetes y la efervescente carrera especial. Además de su increíble diseño con grandes aletas, tenemos otros destacados como la carrocería fabricada en fibra de vidrio, así como la cúpula transparente inspirada en un avión de caza. Esto sin olvidarse de una cámara de televisión en la parte trasera que proyectaba imágenes del trágico en una pantalla colocada en el tablero. En cuanto al motor, se recurría a un V8 capaz de entregar 325 Hp. Pero lo más increíble es que puedes conocerlo en vivo sin salir de nuestro país, ya que es uno de los grandes protagonistas de La Carrera Panamericana.
Dodge Deora (1967)
Uno de los conceptos más extravagantes y épicos que jamás se hayan construido. Su desarrolló se empezó a gestar desde 1964, cuando en la mente del diseñador Harry Bentley Bradley comenzó a revolotear la idea de plasmar cómo sería la pickup del futuro. El producto final, construido sobre una Dodge A100, luce espectacular incluso al día de hoy. Esto se debe a que cuenta con algunas características increíbles como una cabina frontal sin puertas laterales, ya que el acceso se realizaba a través de un portón frontal. Al interior, se tenía un habitáculo más propio de un deportivo que de una camioneta de trabajo. El puesto de conducción se encontraba frente de las ruedas delanteras. Por cierto, el motor de seis cilindros en línea estaba colocado en posición trasera y para su refrigeración el radiador se encontraba por delante del eje trasero rígido, donde recibía el flujo de aire de las tomas de aire laterales de la carrocería. La transmisión era una caja de tres relaciones. Este prototipo se hizo muy famoso gracias a Hot Wheels, ya que lanzó su propia versión a escala la cual es altamente codiciada por los coleccionistas. Incluso, Mattel se animó a reinterpretar el concepto con el Deora II, que se ha convertido en todo un icono para la firma.
Lancia Stratos Zero (1970)
Presentado en el Salón de Turín de 1970, este auto conceptual es considerado una obra maestra de la automoción. El diseño le fue encargado a Bertone, quien a su vez le adjudicó la tarea a nada más y nada menos que a Marcello Gandini, quien siguió la primicia de que la estética era mucho más importante que la funcionalidad. El Stratos Zero es catalogado como el auto de techo duro más bajo de la historia y es que solamente tenía 84 centímetros de alto y 3.59 metros de largo. Era un auto diminuto, de eso no hay duda. El perfil lateral tiene forma de flecha y sólo lo reconocemos como un auto gracias a las discretas tomas de aire laterales y a los enormes neumáticos de competición. El motor era un V4 de 1.6 L capaz de entregar 132 Hp. Una cifra baja, pero al combinarse con un peso de sólo 700 kg y una puesta a punto “racing”, lo hacían un auto muy divertido. Debido a sus caprichosas formas, el acceso al habitáculo se realizaba a través del parabrisas frontal. Algunas personas lo consideran el mejor concepto jamás creado. Muchos elementos fueron “suavizados” para el Stratos de producción, que igualmente, lucía espectacular.
Ferrari 512 S Modulo (1970)
Su presentación fue en el Salón de Ginebra de 1970. Si hoy parece una nave espacial, no me quiero imaginar el impacto que generó al momento de su presentación. Como su nombre indica, este auto toma como punto de partida al Ferrari 512 S, del cual sólo conserva el chasis y motor. De ahí en más, estamos frente a un ovni sobre ruedas con un afilado perfil, una altura bajísima y un diseño sorprendente obra del diseñador Paolo Martin cuando trabajaba para Pininfarina. Medía 4.48 metros de longitud y 2.04 metros de ancho. Su peso era de 900 kilogramos. Como curiosidad el acceso se daba a través de su techo deslizable. El motor era un V12 de 5.0 litros con 550 Hp, que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 3.1 segundos. Sin duda, uno de los Ferrari más peculiares de toda la historia.
Chevrolet Corvette CERV III (1990)
Cuando se presentó el Corvette C8, los más tradicionalistas se llevaron las manos a la cabeza. Según ellos, el motor central no tiene cabida en el deportivo más icónico de General Motors, esto a pesar de los enormes beneficios en materia de desempeño que ello conlleva. Pero lo que no saben, es que con los Chevrolet Engineering Research Vehicles (CERVs) GM lleva años experimentando con esta mecánica. El primer prototipo fue presentado en 1959 y el segundo en 1964. Pero, el más espectacular llegó en 1990, cuando se presentó el Corvette CERV III, demostrando que desde entonces Chevrolet ya pensaba en esta configuración mecánica para su icónico deportivo. Desarrollado con Lotus, equipaba un V8 twin-turbo de 5.7 litros productor de 650 hp y 655 libras-pie de torque. Este motor combinado con la carrocería y chasis hechos de hecho de fibra de carbono, kevlar y aluminio, permitía al CERVIII alcanzar una velocidad máxima de 362 km/h.
BMW Nazca C2 (1992)
En realidad, se trata de una serie de conceptos cuyo nombre se inspira en la localidad de Perú. El primero fue presentado en 1991 y su misión era sondear al público ante un posible superdeportivo de BMW. Por ello, en su construcción se usaron materiales ligeros y se eligió el V12 de 5.0 litros con 300 Hp del 850i para darle vida. No obstante, la idea evolucionó y es en 1992 cuando aparece el Nazca C2 que protagoniza esta semblanza. Básicamente, se trataba de una versión de competición con un diseño mucho más agresivo y atractivo. Pero lo realmente impresionante, es que el motor fue modificado por Alpina, elevando su potencia hasta los 350 Hp. Esto en combinación con un peso de 1,000 kg, teóricamente le conferían un desempeño de otro mundo. Por cierto, en 1993 se presentó el último prototipo de la serie que no era otra cosa que la versión Spyder, la cual incrementaba aún más el atractivo, al mismo tiempo que incrementaba el poder hasta los 380 caballos de fuerza.
Renault Espace F1 (1994)
Corría el año de 1994 y Renault estaba de manteles largos. Por un lado, aún celebraba el campeonado de F1 conseguido en 1993 con el Williams-Renault FW15C y por el otro, su exitosa Espace, pionera de las minivan, cumplía sus primeros 10 años de vida. Conceptos completamente diferentes, pero hubo un genio que creyó que era posible celebrar estos hitos al mismo tiempo y es así como naca la espectacular e irracional Espace F1 Concept, un monovolumen movido por el motor V10 de 3.5 litros del monoplaza campeón de la máxima categoría. Su potencia de 820 Hp era poco menos que demencial. Incluso hoy, es sorprendente y más que respetable. En su construcción se recurrió al uso masivo de elementos ligeros como la fibra de carbono, al mismo tiempo que se mejoró la aerodinámica para que no fuera sólo un tabique potente. Al final, esta bestia era capaz de acelerar de 0 a 100 km/j en 2.8 segundos y alcanzar los 312.2 km/h de velocidad máxima. Podías manejarlo en los primeros títulos del videojuego Gran Turismo.
Ford GT90 (1995)
Con la intención de rendir homenaje al GT40 que ganó las 24 Horas de Le Mans cuatro veces consecutivas entre los años 1966 y 1969, Ford presentó en e Salón de Detroit de 1995 este conceptual denominado GT90, el cual fue anunciado como “el superdeportivo más poderoso del mundo”. De inmediato acaparó los reflectores gracias a su rompedora estética inspirada en los aviones de caza. De hecho, este concepto estrenó el lenguaje de diseño New Edge. Estilísticamente combinaba elementos que en aquel entonces eran poco menos que futurísticos, como los faros LED, con otros clásicos, como las tomas de aire del cofre o la trasera que evocaban al GT40 original. Según Ford, en su construcción se usaron materiales aeroespaciales. Tal vez eso expliqué el porqué Ford gastó 3 millones de dólares en un auto concepto. El motor V12 turbo erogaba 720 Hp. Esta potencia, le permitía lograr una velocidad máxima de 379 km/h, aunque la leyenda dice que en realidad era capaz de superar los 400 km/h. Sin duda, era una joya tecnológica que sentó las bases para el GT de producción, que, aunque menos complejo, seguía siendo una maravilla.
Audi Rosemeyer (2000)
Con la llegada del nuevo milenio, Audi decidió que era el momento perfecto para rendir homenaje a su legado en el mundo motor a lo largo del siglo XX. Para ello, desarrolló un modelo que combinara un diseño retro con lo último en tecnología. Cabe destacar que este conceptual toma su nombre en honor a Bernd Rosemeyer, piloto de carreras de Auto Union y quien falleciera el 28 de enero de 1938 cuando trataba de batir un récord de velocidad en Frankfurt. De hecho, la estética de este Audi se inspira directamente en los autos de carreras que manejaba el propio Bernd. Pero no sólo era una imagen hermosa, sino en realidad, era todo un laboratorio sobre ruedas, ya que en el apartado mecánico era impulsado por un W16 de 8.0 litros que entregaba 700 Hp, los cuáles eran repartidos a las cuatro ruedas a través de un sistema de tracción Quattro. Y si esto se te hace conocido, es que este auto es una de las semillas que a la postre dieron vida al Bugatti Veyron.
Cadillac Sixteen (2003)
A título personal, siempre he creído que Cadillac es una marca infravalorada, ya que, si bien es premium, por su historia e importancia, debería jugar en la misma liga de los grandes sedanes de super lujo como Bentley y Rolls Royce. Creo, que no soy el único que piensa eso y es que, a principios de siglo, se presentó este increíble y enorme sedán que pretendía regresar a la firma de los laureles al olimpo automotriz. Este gigantesco auto mostraba al mundo el nuevo estilo de diseño que tomaría Cadillac a partir de ese momento. Su nombre, hacía alusión al motor en V de 16 cilindros de 13.6 L que yacía en su largo y ancho cofre, el cual mandaba los 1,000 Hp de potencia a las ruedas traseras a través de una caja automática de cuatro velocidades. Curiosamente, su consumo era moderado considerando sus características, ya que contaba con la tecnología de desconexión de cilindros. Medía alrededor de seis metros y pesaba más de dos toneladas y media. Por cierto, este auto se inspiraba en el Cadillac Fleetwood de 1930, el primer motor de 16 cilindros de la historia. Lamentablemente, los altos costos de producción impidieron que llegase a las líneas de producción.
Chrysler ME412 (2004)
Frente a ti, tienes al mejor Chrysler de la historia. No importa, que no se haya producido en masa, ya que es de esos conceptuales que arrancan suspiros y hacen soñar. En lo particular, podría decir que es de mis favoritos. Este deportivo de estilo neoclásico fue presentado cuando recién el Grupo Chrylser y Daimler acababan de unirse. Todo, en él era exótico comenzando por su motor V12 de 6.0 Litros (de origen AMG) capaz de entregar 850 Hp. La potencia, era enviada al eje trasero a través de una caja de doble clutch de siete relaciones desarrollada por el especialista Ricardo. Por su parte, gracias al uso extensivo de aluminio y fibra de carbono sólo pesaba 1,310 kg. Esto en combinación con una cuidada aerodinámica le permitían acelerar de 0 a 96 km/h en 2.9 segundos, hasta los 160 km/h en 6.2 segundos y lograr una velocidad máxima estimada en 399 km/h. Con ello, este prototipo funcional era capaz de respirarle en la nuca al mismísimo Bugatti Veyron. Se dice, que el hecho de haber sido más rápido que el contemporáneo Mercedes-Benz SLR McLaren, fue el principal factor que impidió su llegada a las líneas de producción. En Alemania, no querían que un Chrysler fuera superior ¿Se imaginan si se hubiese construido? Seguramente, si eso hubiese pasado, hoy, la firma estadounidense no estaría en abandono.
Ford Super Chief (2006)
La Super Chief es una legendaria locomotora que durante la primera mitad del siglo XX conectó a varias ciudades de Estados Unidos, ganándose el estatus de leyenda por su fiabilidad, poder y lujo. Es así, que, inspirándose en este tren, en el marco del Salón de Detroit de 2006, Ford presentó una enorme y poderosa pickup que no sólo rendía homenaje a la máquina férrea, sino que adelantaba el estilo que tomarían sus camionetas a partir de ese momento. Incluso, en la actualidad luce más que vigente. Sus dimensiones, eran poco menos que mastodónticas largo medía 6.70 m; de ancho 2.40 m y de alto 1.98 metros. Ford, sabedora del enorme tamaño desarrolló el sistema BlockerBeam, que mitigaba los daños en caso de chocar contra un vehículo más pequeño. En el apartado mecánico era impulsada por un motor V10 con sistema Tri-Flex, que funcionaba indistintamente con gasolina, etanol E85 o hidrógeno. La potencia era de 558 caballos de fuerza.
Peugeot Onyx (2012)
Se trata de un superdeportivo que explora la belleza, nuevos materiales y eficiencia necesarios para el Siglo XXI. Su debut internacional se da en el Salón de Paris 2012. Estéticamente, presentaba el nuevo lenguaje de diseño de la marca, sólo que, para la ocasión, lucía una atractiva carrocería que combinaba un acabado mate negro con algunas piezas en cobre brillante. Esto junto a su afilada figura, hacían que el Onyx pareciera una mamba negra sobre ruedas. En el interior, presumía superficies suaves realizadas a base de lana y una especie de madera creada a partir de papel de periódicos reciclados. Además de ser atractivo, el Onyx era rápido gracias a un 3.7L V8 HDi FAP -turbodiesel con filtro de partículas- que entrega 600 hp al eje posterior. Además, podía ofrecer momentáneamente 80 Hp adicionales aprovechando un motor eléctrico y baterías que se cargaban recuperando energía en desaceleraciones. Fabricado en carbono solo pesaba 1,100 kilogramos. Antes de la decadencia de los diésel, el Onyx representaba un sueño bastante aterrizado de como sería un superdeportivo impulsado por este combustible.
Mazda RX-Vision (2015)
Presentado en el Salón de Tokyo de 2015, de inmediato enamoró por su impresionante y atractiva estética, no por nada fue elegido como el concepto más bello de ese año. Con 4,389 mm de largo, 1,925 mm de ancho y 1,160 mm de alto el Mazda RX-VISION resaltaba por su larguísimo cofre, salpicaderas abultadas y una trasera corta. En donde se encuentra la verdadera revelación del RX-VISION Concept es bajo el cofre, ya que ahí habitaba un motor rotativo de nueva generación, por lo que más que uno se ilusionó con la posibilidad de que se lanzara un RX-9 o en su defecto regresara el mítico RX-7. Los ejecutivos de la marca nunca dieron detalles técnicos, pero al parecer el motor, podría retomarse para ser usado como un extensor de rango para el MX-30, el primer eléctrico de la firma japonesa.
Mercedes-Maybach Vision 6 (2017)
En el 2016, durante Pebble Beach, Mercedes-Benz presentó un majestuoso coupé que dejó a todos fascinados. Bien pudo cerrar con broche de oro este recuento, si no fuera porque en 2017, la firma alemana se auto superó con el Vision Mercedes-Maybach 6 Cabriolet. Con el mismo estilo retro art-decó de su hermano coupé, este descapotable da una idea de cómo serán los modelos de Maybach cuando Mercedes-Benz decida que de nuevo es hora de darle una identidad propia a su división de superlujo. Se trata de un modelo de grandes dimensiones, con una carrocería de 5.8 metros de largo que descansa sobre gigantescos neumáticos de 24 pulgadas. Sólo como referencia, es más largo que un Rolls-Royce Dawn. En el interior se aprecia una mezcla entre moderno y antiguo. El diseño es envolvente y destaca tanto la gran separación entre los asientos como la iluminación ambiental azul sobre fondo blanco. No hay tantas pantallas como podría suponerse en un auto tan moderno, y en cambio se aprecian botones de diseño retro. En materia mecánica, equipa cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, que en total erogan 750 Hp de potencia. Todos se alimentan de una enorme batería situada bajo el piso, capaz de ofrecer 320 km de autonomía, pudiendo agregarse otros 100 km en sólo 5 minutos con un cargador rápido.