Por fin se presentó el Taycan 2020 y vaya que la marca ha logrado generar expectativa al respecto. Tuve oportunidad de viajar a Atlanta, a las oficinas centrales de Porsche Norteamérica, para participar en un workshop de tecnología, en donde nos revelaron todos los detalles técnicos del nuevo modelo de la marca y también pude subirme a uno de los prototipos finales de pruebas, para mi desgracia, no detrás del volante. Peor aun fue que tampoco me permitieron tomar fotos o grabar video de la experiencia.
El Taycan va mucho más allá de ser solo el primer eléctrico de Porsche, representa un nuevo concepto en términos de conectividad, manufactura y propuesta de movilidad. Todo eso, mientras tiene que mantener los valores de un auto de la marca; es decir, debe ser un deportivo integral y lujoso a la vez.
Hasta ahora sabíamos que se trata de un sedán con formas de cupé que, en términos de diseño, está fuertemente inspirado en el Mission E Concept, modelo que debutó en el lejano auto show de Fráncfort de 2015.
El Taycan es solo la punta del iceberg, pues el próximo año Porsche tendrá un segundo modelo eléctrico, el cual estará basado en el Mission E Cross Turismo, y también se confirma que la próxima generación de la Porsche Macan será eléctrica.
Por otro lado, el nuevo modelo eléctrico supone un cambio importante a nivel manufactura, puesto que la icónica planta de Zuffenhausen en Stuttgart, donde se fabricaron iconos como el 356, 959 o Carrera GT y en donde actualmente se hacen los 911, requirió inversiones y modificaciones profundas para albergar la manufactura de este nuevo eléctrico. Por cierto, la producción de este modelo tiene huella de carbono neutra, en virtud a que sus fuentes de energía son solar y eólica.
El nuevo Taycan no solo está inspirado, sino que salvo por las manijas de las puertas, que son las mismas del nuevo Porsche 911 (992), o la presencia de espejos retrovisores convencionales, prácticamente luce igual al prototipo que sirve de plataforma, lo cual es una gran noticia, pues sobra decir que es un auto muy atractivo. Eso sí, las proporciones no son exactamente las mismas, Porsche tuvo que modificar algunas medidas, como la altura, para poder acomodar atrás a un par de adultos de talla grande.
Decía que, muy a mi pesar, no tuve oportunidad de manejar el nuevo Porsche Taycan 2020; en esta ocasión tuve que conformarme con viajar de pasajero en uno de esos autos camuflados que han estado rodando por todo el mundo, rompiendo récords y demostrando que las limitaciones de autonomía para los eléctricos son cosa del pasado. Aunque tenía calcomanías y demás artilugios que escondían su apariencia final y en el interior también llevaba unas cubiertas de tela para que no viéramos la forma final de la cabina, se notaba que era prácticamente ya un auto de producción final.
En el Experience Center de Porsche en Atlanta, tienen un inmenso escenario de pruebas, pero no se trata de una pista de carreras creada para ir a toda velocidad; más bien tiene un diseño que permite llevar a cabo muchos ejercicios de distinto tipo en forma simultánea y en diferentes sectores: hay espacio para hacer aceleraciones con el launch control, hay otro de curvas muy exigentes y de poca adherencia para aprender a controlar y desubicar el auto; también disponen de una gran plataforma circular que inundan para poder hacer drifting, y en el borde exterior, un circuito que es muy parecido a uno de competencias más formal y fue ahí en donde nos dieron un par de vueltas en el Taycan.
La gente de Porsche sabe montar espectáculos, de eso no me queda la menor duda: en cuanto me subí, el piloto me empezó a hablar de cualquier cosa superficial que me distrajera un poco, pero al entrar a la pista pisó el acelerador a fondo y la idea era que me tomara por sorpresa la brutal capacidad de aceleración del Taycan; y es que un 0 a 200 km/h en 9,8 segundos es muy rápido.
Esto es posible gracias al sistema de dos motores eléctricos que generan 750 hp y 107 kg-m de torque (en la versión Turbo S) y que se alimentan de una batería de iones de litio de 93 kW/H
Un par de curvas más adelante y ahora sí, un arranque con launch control; aquí si el piloto te advierte y hasta cuenta de forma regresiva, puesto que si te toma desprevenido te podría causar una lesión cervical. Acelera con una fuerza impresionante, la presión en el estómago es enorme, tanto que sentí como si mis tripas hubieran volado al asiento trasero.
Acto seguido, llegamos a un espacio circular en donde el piloto, con mucha facilidad (o así me pareció), lanzó el eje trasero para “driftear” hasta completar los 360°, luego un par de curvas lentas, seguidas de otro par más rápidas y listo, de regreso a la recta principal para una vuelta más.
Es cierto que la capacidad de aceleración del Tesla Model S P100D es muy parecida, es incluso según cifras oficiales dos décimas de segundo más rápido que el Taycan en el 0 – 100 km/h, una diferencia completamente imperceptible para cualquier ser humano, aunque en el 0 – 200 km/h el Taycan es más rápido que el Tesla.
En todo caso, y esto lo puedo decir con cierto conocimiento de causa, pues ya he tenido oportunidad de manejar un P100D en pista, este nuevo Porsche, en condiciones de manejo deportivo serio, creo que pulverizaría al Tesla. Aunque no lo manejé, en este primer instante abordo sentí que se planta mejor y que su enorme masa no parece representar un problema para enlazar curvas a toda velocidad, algo que no puedo decir del Model S, que se siente muy pesado, con cierta falta de capacidad de frenado y grip para ir rápido en un circuito.