Aunque su tamaño es pequeño, la bujía tiene una enorme responsabilidad en la entrega de potencia, rendimiento, confiabilidad y eficiencia en el motor del automóvil. Ante su gran importancia es muy importanante reemplazarlas periódicamente.
Como parte de su trabajo, una bujía puede disparar su chispa unas 400 veces por minuto en cada cilindro, lo que representa 1.600 descargas por minuto en un motor de cuatro cilindros.
Un grave error, que muchas veces se comete, es retrasar la reparación de las bujías en los vehículos, incluso después que presentan fallas. Hay que tener en cuenta si una de las bujías esta dañada las responsabilidades antes mencionadas no estarán cubiertas 100%. Además de la falta de eficiencia y un rendimiento deficiente, este descuido puede ocasionar fallas en el encendido y una aceleración lenta.
Bien sea por defecto o por no cambiarlas a tiempo, la falla de una bujía puede ocasionar los siguientes síntomas en el motor del automóvil:
Sonidos de sacudida o golpes
Cuando las bujías comienzan a fallar es posible percibir ruidos inusuales debido a la fuerza de los pistones y la combustión que no funciona correctamente. Los pistones viajan a alta velocidad y si la bujía no se enciende en el momento equivocado, esto podría provocar un ruido constante, un pitido o golpes.
Arranque del vehículo
Si el automóvil tiene problemas para arrancar o simplemente se siente brusco, es posible que las bujías no funcionen correctamente. Esto puede llevar a fallas y un rendimiento errático.
Rendimiento reducido
Las bujías de encendido se disparan cuando se acelera y cambia de marcha. Si la chispa que genera este dispositivo no funciona al 100%, el rendimiento del vehículo será bajo, experimentará una conducción lenta y desperdiciará combustible.
Mayor gasto de combustible
Muchas cosas pueden afectar negativamene el consumo de combustible. En el caso de las bujías viejas, el combustible se desperdicia porque su vehículo no recibe la chispa adecuada que genera calor en el momento adecuado.