La industria automotriz es una de las que más consume agua, debido a que en el proceso de fabricación -prensa, ensamblaje, pintura, instalación del motor, montaje y revisión- de cada vehículo se gastan hasta 4.000 litros.
Los procesos de taller de pintura y prueba de lluvia (revisión) son dos de los que más agua consumen.
En el caso del proceso de pintado existe un proceso llamado cataforesis, donde la carrocería es sumergida y sometida a tensión eléctrica con lo que se atraen las partículas de pintura creando una capa que protege de la corrosión.
Para la cataforesis se necesita agua desionizada en 80 - 90% y 10 – 20% de los sólidos de pintura para luego hacer una serie de lavados en los que se enjuaga para eliminar sólidos o restos de pintura, este proceso puede llegar a utilizar hasta 60.000 litros de agua.
En la siguiente parte del proceso, la pintura se aplica sobre el vehículo, pero una pequeña parte no se queda en él y cae a una pileta, en la que con productos químicos, se separa del agua y se prepara para su reutilización. La planta de pintado está aislada, se le inyecta aire para mantener un clima invariable, con humedad constante y además se cuida que no ingrese nada que pueda generar suciedad o chispas, dado que una mínima partícula haría que la pintura no quedara bajo los niveles de calidad necesarios.
Respecto a la prueba de lluvia, ahí se simula una tormenta de 150 litros de agua por cada metro cuadrado, aproximadamente 2.500 litros de agua que se reciclan para las pruebas posteriores.
El objetivo de esta prueba es demostrar que la cabina del auto es completamente impermeable y su duración varía según cada marca, pero tiene un promedio de 10 minutos y pueden ser sometidos a ella miles de autos por día.
En nuestro país se consumen aproximadamente 10 mil millones de litros de agua anuales solamente en las plantas de un estado, aunque existen empresas que emplean tecnología en sus procesos para la reutilización, tratamiento y reciclaje de agua.
Tal es el caso de Ford Motor Company quien redujo el uso de agua en más de 10 mil millones de galones desde 2000 e intenta alcanzar una reducción adicional del 30 por ciento por vehículo entre 2015 y 2020. A largo plazo busca el cero uso de agua potable en procesos de manufactura.
Para mejorar la eficiencia y reducir el consumo de agua en la planta de ensamble en Chicago, Ford se asoció con Nalco Water.
La marca estadounidense se propuso mejorar los baños de tratamiento previo, en los que el metal se trata antes de ser pintado controlando constantemente el flujo excesivo de agua cuando los baños se volvían a llenar por lo que emplearon la tecnología 3D TRASAR. En total, Ford ahorró más de 87 millones de litros de agua en sólo cuatro meses, equivalente al consumo anual de 79.000 personas; lo que representó disminución en los costos por casi 200 mil dólares.