Tuvimos la oportunidad de estar tras el volante de la Mazda CX-5 Turing 2.5 AWD y pudimos conocer las cualidades que han hecho que este modelo se convierta en uno de los más premiados durante lo corrido de 2018. Entre las características más destacadas se encuentran: la respuesta inmediata de su conjunto mecánico, su eficaz insonorización, el alto nivel de equipamiento y sus acabados de alta calidad, entre otros.
A primera vista impacta su diseño exterior, es bastante imponente y más en el color rojo diamante del vehículo de prueba que nos facilitó la marca. KODO, alma en movimiento, es el nombre de la filosofía que inspira las formas de la CX-5, mediante la cual Mazda pretende proyectar que un auto es una estructura que contiene vida. Esto permite crear un vínculo emocional entre el conductor y su vehículo, comparable con la forma en que un jinete se relaciona con su caballo.
Lujo y confort a bordo de la CX-5
Cuero de color negro, es el material predominante en el interior de esta SUV, tanto en las sillas como en el tablero, timón y cobertura interior de las puertas, lo cual transmite una sensación de lujo y confort por la suavidad de este material, además se combina con tapizados color crema en el techo y parales interiores, haciendo que se vea más amplio el interior de la SUV.
El diseño interior, además de los excelentes materiales, es ergonómico y facilita la manipulación de todos los elementos que requiera el conductor y ocupantes durante los recorridos, permitiendo mejor maniobrabilidad, reducción de la fatiga y mayor seguridad.
Un modelo lleno de conceptos filosóficos
Con la premisa de maximizar la facilidad de uso y respuesta, entre el vehículo y el conductor, base del concepto “Jinba-Ittai”, la Mazda CX-5 permite un manejo intuitivo y sensible por la aplicación de la TECNOLOGÍA SKYACTIV, que se enfoca en 3 aspectos esenciales:
Previsibilidad, asegurando que el vehículo responda fielmente a los comandos e intenciones del conductor.
Sincronización, obteniendo una respuesta precisa desde la primera acción y realizando una transición suave a la siguiente operación.
Armonía, en el que se busca asegurar que el conductor disfrute del verdadero placer de la conducción en cualquier situación.
Pudimos comprobar la acertada aplicación de estas premisas que facilitan tener el control total del vehículo en cualquier situación y en diferentes tipos de terreno, también gracias a l Control G-Vectoring, el cual suaviza la sensación de fuerzas G sobre los ocupantes del vehículo, ya que realiza una distribución dinámica de la carga al acelerar, girar o frenar en una curva.
El corazón de la SUV
Un motor SKYACTIV-G 2,5L que ofrece 188 caballos de potencia a 6.000 r.p.m. y un torque máximo de 185,88 lb-pie a 4.000 r.p.m., acoplado al sistema inteligente de tracción en las cuatro ruedas (AWD), es el encargado de poner a rodar a la CX-5. Este sistema de tracción ayuda a evitar el deslizamiento de las llantas y a reducir al mínimo la pérdida de energía, distribuyendo instantáneamente la energía de manera óptima entre las ruedas delanteras y traseras.
Una transmisión automática, SKYACTIV-DRIVE de 6 velocidades es la encargada de dosificar y transmitir la energía del motor al sistema de tracción.
A pesar de que nos faltó rodar durante más kilómetros este modelo, encontramos muchos puntos a su favor, entre los que destacamos el diseño, el gran equipamiento, los sistemas de seguridad, el sistema de infoentreteniminto y los desarrollos tecnológicos que se centran en el consumo eficiente de gasolina corriente (otro punto destacable), lo cual la posicionan como una de las mejores opciones en el competido segmento de las SUV que rondan los 100 millones de pesos.