Apenas cuatro meses después de su destape oficial realizado en el Salón de Ginebra, llegó a Chile la nueva Santa Fe, uno de sus modelos más icónicos a nivel mundial, el que se acaba de lanzar en un evento regional realizado en San Pedro de Atacama; - en agosto arribará a Colombia, y sin duda será una de las vedettes de la firma asiática en el Salón de Bogotá 2018, en noviembre-.
Desde su lanzamiento en 2000, la Santa Fe ha comercializado en todo el mundo alrededor de 4 millones de unidades, 37.500 de ellas en nuestro país. Si esa primera generación apuntaba meter a la marca en el segmento ofreciendo un SUV de buen tamaño, la segunda (2006) se destacó por incorporar un diseño moderno y más global, mientras que la tercera (2012) incluyó mayor calidad y más tecnología.
Con estos antecedentes llega ahora la cuarta iteración de la Santa Fe, cuyo objetivo principal es brindar confort permanente a sus ocupantes, ofreciendo servicios de conveniencia y de seguridad innovadores y orientados a los ocupantes. O al menos eso es lo que pretende la marca.
Lo mejor, el nuevo diseño
He escrito hasta el cansancio que el diseño es uno de los pocos atributos subjetivos de un vehículo, pero en este caso podremos concordar que el rediseño al que Hyundai sometió a la Santa Fe le quedó soberbio.
No sólo se ve más elegante y amplia, sino que se moderniza al punto de que hoy el target es llegar a familias jóvenes.
Fluidic Sculpture 2.0 se denomina a esta evolución del lenguaje de diseño, que nació con el nuevo Tucson hace un rato ya, y que luego ha ido migrando con sus particularidades al nuevo modelo. En este caso, hay poco de Tucson y mucho de Kona, todo por los Millenials, ¿no?
La parrilla hexagonal tipo cascada adquiere una nueva interpretación para lucir imponente. Sobre ella se extiende una barra cromada que separa el frontal del capó, uniendo los grupos ópticos. O parte de ellos, porque lo más novedoso de todo es que Hyundai se decide por dos ópticas separadas o en niveles: arriba las luces diurnas LED y las posicionales, abajo las bajas, altas y neblineros, que dependiendo de la versión pueden ser LED.
Un parachoques esculpido con líneas agudas cierra un paquete que de verdad luce bien, al menos en vivo.
En la zona posterior destacan los mismos elementos del frontal, con faros LED en dos niveles, una barra cromada y un parachoques más anguloso.
La silueta es más o menos semejante al de la Santa Fe anterior, aunque diversas decoraciones cromadas y una línea de carácter larga que va de faro a foco, y que eleva los hombros, haciendo resaltar los pasos de rueda, que también están más marcados.
En general se ve más larga y dinámica, y no es sólo una ilusión óptica, ya que la Santa Fe creció en tamaño. Hoy mide 4.770 mm de largo, 1.890 mm de ancho, 1.680 mm de alto y tiene 2.765 mm entre los ejes. Si lo comparamos con la anterior generación, crece 70 mm de largo (65 entre los ejes) y 10 de ancho, ganando más espacio en el interior.
La construcción no es completamente nueva, ya que se aprovecha la misma plataforma anterior, aunque la marca dice que la inclusión de más cantidad de aceros de alta resistencia le permite mejorar en un 15% la rigidez torsional, lo que se manifiesta en un mejor andar.
Un mejor habitáculo
Con cada generación que se lanza, sin importar el modelo, Hyundai presenta una mejora evidente en los materiales y acabados, y en este caso no es la excepción.
Todos los materiales se muestran agradables al tacto, la construcción y armado se percibe sólido, y ya no hay de esos ruidos parásitos que eran casi parte del ADN de Hyundai hasta no hace mucho.
No sólo hay un diseño más elegante y funcional, sino que la percepción de que se está en un vehículo de gama alta es notoria. Polímeros blandos al tacto, mezcla de texturas y colores, una nueva disposición de los elementos para hacer su funcionamiento más intuitivo es parte de la experiencia Santa Fe.
El volante es multifunción, tanto tacómetro como velocímetro son análogos con un display central, salvo en la variante tope de gama que es una gran pantalla de 7”; hoy cuenta de serie con una pantalla multifunción flotante, con conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, y ofrece asientos con ajuste eléctrico, ventilados y calefaccionados, y head-up display, todo esto último según versión.
Los asientos son cómodos como para viajar por muchas horas, hay una mejora grande en espacio en las plazas traseras (especialmente a la altura de los hombros), un mejor acceso a la segunda y tercera corrida de asientos, y un mayor confort en cosas tan simples como un respaldo trasero ajustable en su reclinación.
Las siete plazas son mejores ahora, aunque las dos finales siguen siendo pequeñas para adultos. Sí se accede mejor a ellas, y se guardan más fácil también, dejando un amplio baúl con 625 litros, esto es 40 litros más que en la anterior Santa Fe.
Otro dato relevante es la mayor cantidad de elementos aislantes con que cuenta ahora, generando un nivel de silencio que no recordábamos en la Santa Fe anterior.
Más tecnología, mismos motores
Hyundai no dice que este vehículo cuenta con un múltiples elementos novedosos en tecnología, pero a priori nos sorprenden dos que están enfocados en cuidar a nuestros niños.
El primero es el asistente de seguro en salida, que básicamente detecta si viene un auto por el costado y bloquea la apertura de las puertas traseras, evitando un accidente. El segundo es el sensor de plazas traseras, que indica al conductor cuando ha apagado el auto si queda alguien sentado atrás.
Baúl eléctrico manos libre, asientos eléctricos, techo panorámico, seis airbags, cámara de reversa en 360º, sensores delanteros y traseros, aviso de punto ciego y tráfico cruzado… nada nuevo en el segmento.
Respecto de los bloques con que se moverá la nueva Santa Fe, la marca decidió no innovar decididamente, y por lo mismo se mantienen el impulsor a gasolina de cuatro cilindros y 2.4 litros, con 172 Hp y 225 Nm de par, asociado a cajas mecánica y automática de seis velocidades, y tracción simple o total.
También sigue el turbodiésel 2.2 litros, con 200 Hp y 441 Nm de par, con caja mecánica o una nueva transmisión automática de ocho velocidades.
Para saber más detalles de esta imponente camioneta, debemos esperar poco más de un mes, cuando se estima que se presente en suelo colombiano.