Cuando empiezan a ver en este vehículo a una fiel amiga y compañera de viaje, sus miedos se convierten en adrenalina; aprenden, aprecian, y valoran cada sensación que el paisaje del camino se encarga de transmitirles; se transforma en una emoción que aumenta con la vibración que llevan las Royal Enfield en su ADN. Este sentimiento que prevalece, cuando se encuentran en el recorrido a otros moteros que las saludan, sin saber quiénes son, de dónde vienen o a dónde van.
En el momento en que se decide hacer algo diferente y pertenecer a un grupo de mujeres que no solo son cabezas de familias, sino también, moteras empoderadas; ese saludo implica compañía en la travesía.
“Viajar en moto genera una red de los amantes de las dos ruedas, que crean solidaridad, admiración y camaradería”, manifestó Eliana Vásquez, motera Royal Enfield.
Nunca es tarde para iniciar un viaje en moto, para salir de la comodidad e ir tras una oportunidad que las puede hacer sentir vivas.