La guerra por el mejor muscle car es una de esas "guerras buenas", aunque como todas carece de sentido, excepto el de satisfacer el ego de las tres grandes de Detroit y su legión de fanáticos, esos a los que se les infla el pecho al saber que su modelo o marca favorita es superior, aun cuando lo único que manejen es, con suerte, una SUV.
Esta interminable lucha nos ha dejado algunos de los vehículos norteamericanos más codiciados y legendarios, y sin temor a equivocarme, está llegando a su clímax. Para las versiones de producción masiva (con precios iniciales relativamente accesibles) o las series especiales y extremas, los muscle cars de hoy son los mejores de la historia.
El Chevrolet Camaro ZL1 que nos convoca se encuentra dentro de la cumbre gracias al V8 LT4 de 6.2L con 650 CV y 650 Lbf. Por mecánica, capacidades y exclusividad tiene apenas un par de rivales: el Ford Shelby Mustang GT350 y el Dodge Challenger SRT Hellcat.
El ZL1 es 124 Hp y 221 Lbf más poderoso que el Shelby GT350
Es cierto que se puede argumentar que el verdadero rival del ZL1 por parte del óvalo azul será el futuro Shelby GT500, ya que con 124 Hp y 221 Hp menos, el Shelby GT350 se queda muy atrás del Camaro, y eso que en el precio la diferencia es marginal. Por su parte, el Hellcat, tiene 57 CV más que el ZL1, sin embargo el torque es igual y el 0 a 100 es de 3.6 segundos (según Dodge), una centésima más lento que el Camaro según Chevrolet.
Chevrolet Camaro ZL1, milagro de la tecnología
El motor V8 LT4 es el mismo que conocimos en el Corvette Z06, y como mencionaba, eroga 650 caballos y 650 lb-pie de torque, exactamente los mismos números que el Z06, lo cual resulta increíble. En el pasado nunca hubiéramos creído que un Camaro tendría la autoridad de reclamar para sí la misma potencia que el Corvette más poderoso de la gama. Sin embargo el Camaro ha probado ser una vaca sagrada para General Motors, con lo cual se ha hecho acreedor a este tipo de privilegios. Este mismo motor es el que impulsa al soberbio Cadillac CTS-V, aunque en esa aplicación sí es ligeramente menos potente.
GM desarrolló la caja en conjunto con Ford
Empero, la gran novedad no es el motor sino la caja a la que se acopla. Se trata de la nueva automática de 10 relaciones que aunque suene extraño, GM desarrolló en conjunto con Ford y que ya conocimos en la nueva SVT Raptor. La casa madre de Chevrolet hizo algunos cambios que incluyen modificaciones en los engranes, las válvulas y una gestión electrónica única para el Camaro ZL1. Con lo cual la firma segura que es más rápida que la PDK de Porsche; un 36% en el cambio de 1ª a 2ª, un 27% de 2ª a 3ª y un 26% de 3ª a 4ª.
Y sí, es espectacular, rapidísima. En cierto sentido, pareciera que el Camaro ZL1 tuviera dos transmisiones, ¿cómo es posible? Debido a que sus cambios son muy cortos entre el 1º y el 6º, la caja funciona con un enfoque 100% deportivo, mientras que la séptima tiene una relación más directa a manera de transición. Por último, los últimos tres cambios tienen un radio mucho más largo, lo cual es apropiado para proteger los consumos. De hecho, el 10º tiene una relación más larga que la octava del Camaro SS, con lo cual en teoría el ZL1 podría girar a menor régimen y así gastar menos a velocidades crucero.
Las llantas Goodyear Eagle Supercar 3 tienen un compuesto especial para el ZL1
La cosa no para ahí, el Camaro ZL1 no es nada más que un buen motor y caja. La suspensión fue completamente revisada, es más baja, evidentemente el sistema adaptativo en tiempo real Magnetic Ride está presente pero con un ajuste distinto, más firme, que no sacrifica tanto la comodidad en la calle, salvo por el hecho de que el vehículo en sí es más bajo.
Las llantas también merecen una mención aparte. Los neumáticos son inmensos, modelo Goodyear Eagle Supercar 3, con un compuesto especial para el ZL1 y con 305 mm atrás. Se agarran cual si fueran chicle, y así envían efectivamente los 650 HP al asfalto.
El nuevo rey de los Muscle Cars, y punto
Si hiciéramos una analogía entre autos deportivos y herramientas, tendría que decir que el Chevrolet Camaro ZL1 es el martillo: destrucción brutal y al mismo tiempo muy placentero (esa extraña satisfacción que nos produce destruir cosas). Es muy diferente a manejar un Porsche. El 911 es ballet, suavidad y delicadez; el Camaro es una pelea de box de Muhammad Alí, que te golpea y se pelea con la calle al mismo tiempo que despliega una gracia y un encanto innegable.
He de confesar que soy mucho más partidario de este muscle car que del Challenger Hellcat, y es que aunque esos 707 HP hipnotizan, el Camaro ZL1 se coloca dentro de la realeza de los superdeportivos más exclusivos y prestigiosos. Me refiero a, por ejemplo, que su tiempo en Nürburgring de 7m29s06, lo hace más rápido que los Porsche 911 Turbo S y 911 GT2, el Pagani Zonda, e incluso que el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. Para ponerlo en contexto contra lo mejor de su estirpe, es 3segundos más rápido que el Shelby GT 350R, esa edición extrema que tiene llantas de fibra de carbono.
Es más rápido en Nürburgring que un Porsche 911 Turbo S o un Pagani Zonda
El ZL1 genera respeto, ¿da miedo ir a fondo? Sí. Es como un caballo indomable y si se confía demasiado podría matarlo. La verdad no sentía esta sensación que combina emoción con terror desde que manejé al Corvette ZR1. Sin embargo el Camaro ZL1 se porta mucho mejor, un verdadero auto de reyes.
Los modos de manejo que ya conocemos están presentes, es decir: Normal, Sport, Track y Snow. Sin embargo, a diferencia de muchos otros vehículos cuyo acelerador se hace mucho más sensible en modo deportivo, el Camaro ZL1 es diferente, ya que de lo contrario sería demasiado agresivo y difícil de controlar. El ZL1 dosifica la respuesta del pedal para permitir al conductor aprovechar mejor la potencia y obtener un manejo más fino y efectivo. Claro que aquí también entra en juego el Diferencial Electrónico de Derrape limitado que pareciera hacer magia para gestionar eficientemente tanto poder bajo cualquier condición.
Finalmente, los frenos incansables son de Brembo, y miden 15,4" adelante y 14,4" (con pinzas de seis pistones) atrás.
Diseñado en el túnel de viento
Para el Camaro ZL1, los ingenieros de Chevrolet invirtieron más de 100 horas en el túnel de viento para lograr las mejoras necesarias tanto en términos de enfriamiento como de aerodinámica que esta versión necesita.
Los ingenieros de GM invirtieron más de 100 horas en el túnel de viento
GM realizó un complejo trabajo de diseño para garantizar que el V8 del Camaro ZL1 no se calentase jamás. Para ello cuenta con disipadores, radiadores, inmensas entradas y salidas de aire que lo evitan. Por su parte, las llantas de 20" son más ligeras, mientras que en la parte posterior encontramos un gran alerón para incrementar el downforce en altas velocidades.
Cabina conocida
Puertas adentro, el Camaro ZL1 es virtualmente idéntico al resto de la gama. Se mantiene el pequeño habitáculo en el que prácticamente no entra nadie. Lo que sí sucede es que la calidad de materiales y de ensamble son muy superiores a su predecesor, aunque todavía podría ser mejor. Las diferencias en relación a sus hermanos menos potentes empiezan por el volante, que está forrado en alcántara con detalles en color rojo, con una parte inferior chata con la inscripción “Fifty” que hace alusión a los primeros cincuenta años del modelo.
Los asientos firmados por Recaro ofrecen excelente sujeción lateral, además de estar forrados en cuero y alcántara, manteniendo el mismo patrón de costuras rojas que se repite en los paneles de las puertas y la parte central del tablero de alcántara. Adicionalmente, los cinturones de seguridad son rojos. Sin embargo, el plástico de la consola central es duro y de tacto bastante áspero, no es agradable. Adicionalmente hubiera sido lindo incorporar fibra de carbono para fortalecer la imagen deportiva de la cabina.
Ofrece los mismos elementos de diseño y confort del Camaro Six, como las enormes perillas en el centro que regulan la temperatura del climatizador dual, o mismo los mandos del volante. La pantalla ubicada en el tablero de instrumentos ahora cuenta con un apartado denominado “Performance” que muestra las fuerzas G, los tiempos de aceleración de 0 a 100, a 200, el cuarto de milla, estado de los neumáticos, etc.
Pasando al sistema multimedia, tenemos el ya tradicional Chevrolet MyLink con pantalla táctil de 8”, un sistema muy fácil de usar con una interfaz muy similar a la de cualquier Smartphone, y desde donde podemos controlar navegador, teléfono, audio, Onstar y más ajustes. Adicionalmente, agrega una app, la Performance Data Recorder, que permite grabar los tiempos en pista con telemetría para luego analizarlos desde un computador.
Conclusión
La guerra de los muscle cars está en su cénit, y todavía faltan algunas manos por jugarse. Es cierto que el Dodge Challenger SRT Demon con sus 840 HP se muestra como el candidato a reinar en el segmento, pero es importante aclarar que por muy impresionante que sea, el Demon está hecho especialmente para el cuarto de milla, por lo que su desempeño en calles y circuitos va a estar lejos de ser el mejor.
En contraste, el Camaro ZL1 fue desarrollado con el objetivo de ser tremendamente efectivo no solo en un pique, sino también en una ruta sinuosa y en un circuito, un acercamiento más parecido al de Ford con el Shelby GT350, que en la práctica queda abajo del Chevrolet, que se lleva una contundente victoria...por lo menos hasta la próxima jugada de Ford y Dodge.
Chevrolet Camaro ZL1- Una bestia brutal y poderosa