Los automóviles siempre han tenido un lugar preponderante en las series de televisión, sin lugar a dudas el más famoso es el Batimóvil creado por George Barris en los años sesenta utilizando un viejo auto conceptual que Lincoln llamó Futura, creado en 1955 para mostrar las tendencias de diseño en los años cuya marca lleva el apellido del decimosexto presidente de EE.UU.
El Futura fue arrumado en una bodega, para ser vendido 10 años después por un dólar. En esa misma época nace otro icono sobre ruedas, quizá menos conocido, pero no por ello menos espectacular, el auto el Avispón Verde, un vehículo con una gran cantidad de armas, evidentemente blindado, que llevaba a su destino en contra de los malhechores al mismísimo Avispón Verde, estelarizado por Britt Red, así como a su fiel y noble ayudante Cato, protagonizado por Bruce Lee, el auto fue construido sobre un Chrysler Imperial Crown 1966.
Llegan los setenta y con ellos no podían faltar las series de TV que tenían un automóvil como hilo conductor, por ejemplo recordemos la serie Starsky & Hutch, en donde un par de detectives llamados David Michael Starsky (Paul Michael Glaser) y Kenneth “Hutch” Hutchinson (David Soul), muy distintos en su forma de ser y carácter, se transportaban en un Ford Grand Torino 1975 rojo, con una franja blanca a los costados, hoy pocos recuerdan la serie, pero el Gran Torino Rojo los ha inmortalizado.
Otra serie de los setenta tardíos es una de lindas detectives: Los Ángeles de Charlie, una miniserie en donde la belleza de las tres protagonistas, rivalizaba en escenas con autos Ford. ¡Cómo olvidar a la despampanante Jill Monroe (Farrah Fawcett) quien perseguía a los malos a bordo de su Mustang Cobra II, la no menos bella Kelly Garret (Jacklin Smith) que hacía lo propio con su Mustang II Hard Top con toldo de vinil, y por último y quizá eclipsada por la belleza de la rubia y la morena, nos encontramos a Sabrina Duncan (Kate Jackson) quien tuvo que conformarse con un humilde Ford Pinto.
Como dato cultural hay que saber que Ford Motor Company, en esos años dirigida por Henry Ford II, gastaba una enorme fortuna para que sus vehículos aparecieran en series de TV producidas por Hollywood, en donde los protagonistas usaban autos de la marca del óvalo azul. En su autobiografía, Lee A Iacocca escribe: Ese "Product Placement" en donde pagábamos una fortuna para que los "buenos" fueran en Fords, evidentemente los "malos" siempre iban en Chevrolets o Chryslers, y a ambas compañías rivales no les costaba un solo dólar que sus autos aparecieran a cuadro... ¡Caprichos del nieto del Patrón! citaba Iacocca.
Llegamos a los ochenta, y en esa década arribaron los carros más emblemáticos de las series estadounidenses, el orden de los factores no altera el producto, así es que empecemos con el auto que usaban los primos Bo y Luke Duke, interpretados por John Schneider y Tom Wopat, en la serie Los Duques de Hazzard, el conductor casi siempre era Bo Duke, quien hacía miles de peripecias con un Dodge Charger R/T 1969 apodado General Lee, en honor a Robert E. Lee comandante supremo del ejercito confederado en la Guerra Cilvil de EE.UU. En el toldo se podía ver la bandera confederada –ahora retirada debido a los trágicos sucesos en Charleston, en Carolina del Sur- y en las puertas el 01, otra gran característica del General Lee, es la melodía de su pito, que emitía las notas de Dixie Land, el himno confederado, generalmente los primos Duke hacían sonar las cornetas de aire mientras el “General” volaba por los aires, y a coro se escuchaba el inconfundible Yeeehaaa!!!
Otro auto que no puede escaparse es el Ferrari 308 GTS que acompañó al detective privado Thomas Magnum, interpretado por Tom Selleck, quien recorría la isla de Oahu, Hawái en él.
Automan, una serie netamente ochentera que pasó sin pena ni gloria, nos dejó el recuerdo del auto que usaba el héroe, el vehículo en cuestión era un Lamborghini Countach LP400 cuya virtud, además de aparecer y desaparecer a voluntad podía dar repentinas vueltas a 90º a toda velocidad sin perder el control.
Así llegamos con la estrella de este artículo, el más emblemático de la década de los ochenta, el auto, el amigo, el compañero y el protector de Michael Knight, el inolvidable K.I.T.T. una serie en donde el paladín viaja en una fenomenal máquina… pero es mejor que empecemos por el principio.
La serie llamada Knight Rider, que podríamos traducir como Caballero Andante, en México se llamó “El Auto Increíble” y en Colombia "El Auto Fantástico", duró cuatro años al aire, de 1982 a 1986 y se produjeron 90 capítulos que hicieron las delicias de aquellos que fuimos adolecentes en el primer lustro de los ochenta.
Aquí va la parte que casi nadie sabe de la historia: Un policía encubierto llamado Michael Long se infiltra en una organización criminal para investigar un caso de espionaje industrial, Long es emboscado y descubierto, cuando trata de escapar le disparan en la cabeza y sufre lesiones graves, que le deforman el rostro.
Wilton Knight, un millonario creador de la fundación para la Ley y el Orden decide ayudar al investigador abatido y costea todos los gastos de cirugía plástica que le dan un nuevo rostro al protagonista, legalmente Michael Long está muerto, así que “La Fundación” le otorga una nueva identidad, su nuevo nombre es Michael Knight (David Hasselhoff) y le ofrece un inigualable trabajo en contra del crimen organizado, y para ello lo provee de un vehículo invencible llamado K.I.T.T. (Knight Industries Two Thousand).
El benefactor de la fundación –Wilton Knight- fallece repentinamente, no sin antes ceder todo el poder a Devon Miles (Eduard Mulhare), quien era el que asignaba peligrosas misiones que llevarían a cabo los protagonistas –Michael y K.I.T.T.-
Ahora hablemos un poco de la espina dorsal de la serie, evidentemente el carro, que antes de ser un artefacto dotado de miles de gadgets era un simple y común Pontiac Trans Am 1982, con motor V8, el cual fue modificado severamente por la mencionada fundación para la Ley y el Orden, la encargada del mantenimiento y las mejoras de K.I.T.T. era la hermosa mecánica Bonnie Barstow (Patricia McPherson), y que siempre viajaba a bordo de un tráiler, que llevaba un laboratorio móvil muy complejo y sofisticado que interceptaba la ruta de Knight y en la mitad del camino abría sus puertas y el vehículo negro ingresaba, aun estando en movimiento.
¿Qué tenía K.I.T.T. de especial?
La lista es bastante larga, y no debemos olvidarnos que eran los gloriosos años ochenta, el auto estaba equipado con TODO lo imaginable desde una pintura con protección térmica “Pyroclastic” que soportaba temperaturas hasta de 426ºc, evidentemente era antibalas, contaba con un botón que decía Turbo Boost, que al pulsarlo el auto salía disparado a más de 322 km/h. La característica voz de K.I.T.T. se emitía mediante un procesador de voz (Anharmonic Synth) y la inteligencia artificial le permitía entender y contestar diálogos en inglés, francés y español, además de que contaba con microscanners que le permitían detectar mediante la emisión de calor de seres vivos y todo un sistema de comunicaciones a bordo que interpretaba las ordenes que Knight le daba al auto cuando se encontraba lejos, el vínculo de comunicación entre el paladín y su auto era un rudimentario reloj de cuarzo, mediante comandos por voz. Con el paso de los años se le fueron adicionando accesorios que mejoraban el desempeño dinámico de K.I.T.T. muchas de ellas servían para hacer análisis químicos, detección de bombas y comunicación de video vía satelital, emisión de ondas de alta y baja frecuencia para inutilizar a los "malos" mientras llegaba Michael para abatirlos a puñetazos, amén de un sinfín "gadgets" que nos hacían soñar mientras no perdíamos detalle de cada capítulo.
De manera extraoficial se sabe que la productora adquirió y modificó más de 90 Pontiac Trans Am, si bien algunos vehículos usados –y destruidos- en escenas de acción eran chasises tubulares con carrocería de fibra de vidrio, que aparecían haciendo saltos impensables y que al aterrizar causaban severos daños al auto, pero gracias a un buen trabajo de edición, la escena continuaba y gracias a otra toma se veía a Michael Knight y K.I.T.T. salir avante sin el menor daño.
Uno de esos adolescentes que quedó maravillado con el insuperable K.I.T.T. decidió hacer su sueño realidad y tener una réplica exacta del Auto Fantástico en su garaje, eligió por gusto propio el auto que apareció en la segunda temporada de la serie, consiguió un Trans Am 1984 en estado regular y con mucha ilusión acudió con nuestros buenos amigos de Hangar1 y les puso sobre el restirador la idea y su sueño.
El proyecto mexicano de K.I.T.T.
Como nos comenta Fernando Miller, el capitán de Hángar1, la realización del Auto Increíble ha sido uno de los proyectos más apasionantes en toda su historia como preparador de autos, ya que el proceso de más de tres años estuvo lleno de sorpresas, sinsabores, angustias y muchas satisfacciones.
El objetivo era crear una reproducción idéntica al auto de la serie, 100% fiel no importando obstáculos, nada debía ser distinto a la versión usada de la segunda temporada de la serie.
¿Por dónde empezar?
Un proyecto de esa magnitud debe hacerse por etapas, la primera fue investigar si en Estados Unidos había alguna compañía que se dedicara vender kits para transformar un Trans Am en K.I.T.T. ¡Bingo! Gracias a Google se encontró la empresa de Rob Lousell, quien ofrece al público el tablero característico, hecho en fibra de vidrio, y cuyos moldes fueron sacados del tablero de un vehículo hecho por Universal Estudios, la casa productora de la serie, se hizo el pedido del tablero completo y el fabricante contestó que un proyecto de esa magnitud tomaría un año en concretarse –en realidad se tardó más de dos en entregar el tablero completo-, mientras el “gringo” se tardaba en hacer el tablero, el Trans Am fue sometido a un proceso completo de restauración, el cual constó en hojalatería y pintura general, con el vehículo completamente desarmado, se restauró, lijó y pinto hasta el más recóndito lugar del vehículo.
Las partes que hacen que el Trans Am pierda su identidad y se convierta en K.I.T.T. son básicamente cuatro, la coraza delantera, que es la que alberga el famoso ojo rojo o Scanner con el que siempre está en alerta, los seis faros de niebla que auxilian a la óptica principal que está oculta, y que emerge cuando se enciende, los costados del vehículo son similares al auto de producción, y en donde también apreciamos modificaciones severas es en la parte trasera, que alberga una nueva coraza de fibra de vidrio, que oculta las luces posteriores tras un acrílico negro. Las piezas son similares a las utilizadas por los Estudios Universal, también provistas por Rob Louisell Enterprises, ¡si es el mismo gringo que se colgó más de dos años en entregar el tablero!
¿Qué tiene el K.I.T.T. de Hangar1 en el corazón?
Lo primero que se hizo fue sustituir el V8 de 305 Pulgadas Cúbicas (5.0 Litros Chevrolet Small Block,) que entregaba discretos 145 caballos de fuerza en el rango de las 4,000 rpm y ofrecía un torque de 240 Lb-pie a as 2,000 rpm por un V8 “Stroker” 383 Pulgadas Cúbicas (6.3 litros Chevrolet Small Block) que genera 500 hp entre las 5,700 y las 6,200 rpm y entrega una fuerza de torque de 502 Lb-Pie a las 4,700 rpm y para lograr esas cifras y buen desempeño se modificaron también las cabezas del motor, se sustituyó el múltiple de admisión, se instaló un carburador Holley 850 CFM de cuatro gargantas, árboles de levas con un “corte” más Racing para hacerlo eficiente y rápido en bajas revoluciones, y un demonio en alta, también se le adicionaron tapas de punterías y filtro de aire Edelbrock fabricado en acero inoxidable, bomba de gasolina Holley, encendido electrónico MSD (Nascar), y el múltiple de escape (Headers) calculados y desarrollados por Hangar1, con protector cerámico, los depósitos de fluidos del motor también fueron desarrollados por Hangar1 y fabricados en aluminio aleación 6063.
La tracción evidentemente llega al eje trasero gracias a una transmisión automática de cuatro velocidades, reforzada para competencia y con partes B&M desarrollada para autos de cuarto de milla
¿Los frenos?
Para parar la fuerza de 500 HP se necesita mucho, y a K.I.T.T. se le instalaron frenos nuevos, un sistema SSBC que consta de discos ranurados y perforados de 12 pulgadas en cada una de las esquinas del auto, con calipers de cuatro pistones, con líneas blindadas hechas por Hangar1
¿La suspensión?
Este vehículo no está pensado para saltar grandes distancias como el auto de la serie, pero ya que todo iba a ser nuevo, la suspensión se sustituyó en su totalidad, cambiando los amortiguadores hidráulicos por unos Bilstein de gas, los resortes, barras y refuerzos de chasis son Hotchkis.
Así pues el auto ya estaba listo, y el gringo del tablero aun no lo entregaba, y como lo comentamos líneas arriba, el atraso fue de más de un año… Un buen día el tablero llegó en unas enormes cajas, ahora la titánica labor de instalarlo y hacer que todos y cada uno de los botones presentes fueran funcionales, el diagrama de conexión era más complicado que el electroencefalograma de una persona con un IQ de 180, y solo un iniciado en electrónica podía interpretarlo, y así fue, tras meses de trabajo, cientos y cientos de metros de cables y arneses multicolores el tablero de K.I.T.T. cobró vida.
Esa fue la etapa final del proyecto, que cristalizó el sueño de un adolescente, que quiso hacerlo realidad -sin importar el costo- y que gracias a la entrega y paciencia de un apasionado se pudo llevar a cabo.
Disfrute las impresionantes imágenes que tomamos para usted, y ponga atención en el video, en donde su creador nos explica paso a paso la transformación.
El Auto Fantástico llega a Autocosmos