Los equipos tienden a correr con niveles medio a altos de fuerza hacia abajo para obtener las mejores velocidades en curva posibles a través de la primera mitad de la vuelta, con su secuencia de curvas rápidas.
Silverstone es un circuito de alta energía, ya que la naturaleza rápida y fluctuante del circuito significa que las llantas están sujetas constantemente a diferentes fuerzas: algunas fuerzas muy diferentes al mismo tiempo. Aceleraciones laterales alcanzan los 5g mientras la temperatura de la superficie de las llantas puede exceder los 110 grados centígrados.
La llanta medium es un compuesto de un bajo rango de trabajo, capaz de alcanzar un óptimo desempeño incluso en bajas temperaturas. La llanta hard es de un alto rango de trabajo, adaptable a altas temperaturas y a condiciones de pista más extenuantes. Las temperaturas en Silverstone están entre las más variadas del año: algunas veces puede ser un cambio de más de 15 grados de temperatura en la pista entre sesiones, haciendo que la estrategia sea difícil de predecir.
La pista de Silverstone es utilizada intensamente durante la temporada, especialmente con las carreras de apoyo durante el fin de semana del Grand Prix, así que la evolución no es un gran factor como si lo es en otros circuitos.
