Los adultos de avanzada edad son quienes sufren en mayor medida la disminución de sus habilidades para conducir. Sucede que los conductores mayores a 65 años tienen casi el triple de posibilidades de morir en un accidente de tránsito, comparados con el resto de los conductores.
A los 55 años es la edad en la cual se comienzan a apreciar los signos significativos de envejecimiento, los cuales se acentúan al alcanzar los 70. Esta época es considerada de un alto riesgo dentro la seguridad vial debido a los diferentes comportamientos que el conductor y peatón presentan.
Además, si existen lesiones que pudieran sufrir, serían más graves y el período de recuperación más largo que el de una persona joven.
¿Cómo afecta la edad en la conducción?
Conducir involucra percibir una gran cantidad de información de una manera rápida y segura. En promedio, el conductor puede tomar alrededor de 15 decisiones por kilómetro, cada una, en una fracción de segundo. Según lo anterior, la edad afecta tres aspectos de este proceso: la Percepción, la Decisión y la Acción.
Percepción. Más del 80% de la información necesaria para conducir la recibimos a través de los ojos, pero la visión se afecta progresivamente con la edad. Se estima que entre los 40 a 50 años comienza esta afección. Otro síntoma es perder la habilidad para distinguir claramente los objetos que se encuentran en la vía como son las señales de tránsito, semaforización y aquellos elementos que necesitan de nuestra atención.
Otro de los síntomas que se pueden encontrar en los conductores de edad mayor es requerir más luz y más tiempo para ajustarse a las condiciones cambiantes de luminosidad debido a que el ojo es más sensible al compararlo con un joven de 16 años. Un ejemplo de ello es que a una persona de 55 años le lleva ocho veces más tiempo en recuperarse del encandilamiento lo cual, en la conducción nocturna, no se puede percibir con certeza un elemento en la vía.
Decisión. Una vez percibida la información por medio de los sentidos, se debe procesar y tomar una decisión con el fin de evitar cualquier acto inseguro. Basado en lo anterior y llevado a la realidad, un conductor de edad avanzada procesa la información y reacciona en el doble de tiempo que una persona joven.
Acción. Todo conductor, de acuerdo con su experiencia, posee ciertas habilidades y capacidades para tomar decisiones, pero cuando existe descoordinación de movimientos, la rapidez con que realiza su acción es más lenta y puede llegar a influir en su motricidad. Esto se agudiza en conductores de avanzada edad debido a que los músculos se tornan débiles y se restringe su habilidad para girar el volante, apretar los frenos, entre otras operaciones durante la conducción, haciendo de él un conductor potencialmente peligroso en la vía.
Limitaciones causadas por la edad
Las disminuciones físicas y síquicas provocadas por la edad influyen en la seguridad vial. Es así como el sueño, la fatiga y el cansancio son más evidentes en cualquier conductor de avanzada edad, sumado a que no tiene la resistencia necesaria para soportar el estrés del tráfico.
Otra de las limitaciones es la disminución de sus facultades mentales causada por enfermedades como el Alzheimer o la demencia senil. Estudios demuestran que por lo menos la mitad de los enfermos con demencia senil ha tenido un accidente de tránsito.
La visión es otro de los sentidos que comienza a deteriorase a través de los años, porque la cantidad de luz necesaria para conducir se duplica cada 13 años, aproximadamente. Un conductor de 45 años requiere cuatro veces más luz que un conductor joven y otro de 60 años requiere aproximadamente 10 veces más.
Otra limitación es la capacidad para distinguir los colores, especialmente el rojo. Para algunos conductores de edad avanzada les lleva el doble de tiempo reconocer si las luces de frenos están accionadas, debido a que el ojo pierde la percepción de este color, generando un mayor riesgo.
El peatón de la tercera edad
Ser mayor de 65 años lleva consigo un grave riesgo de accidente de tránsito debido a que el peatón de edad avanzada tiende a no acatar las señales de tránsito, como no utilizar los puentes peatonales, circular por zonas no autorizadas, etc.
Por lo anterior es recomendable que ellos entiendan que el correcto uso de la vía genera acciones positivas para él y quienes lo rodean. La mitad de los ancianos muertos en accidentes de tránsito son peatones y las causas son una menor capacidad de reacción, disminución de sus facultades mentales, desconocimiento de las normas y deficiente educación vial.
Condiciones médicas más comunes del anciano en la preservación de la seguridad vial
· Infarto agudo del miocardio con instalación de marcapaso: debe dejar de conducir por un mes.
· Síncope (pérdida repentina del conocimiento) de origen desconocido: dejar de conducir por un año.
· AVC o ataque isquémico (anemia) transitorio: dejar de conducir por lo menos un mes.
· Epilepsia: no conducir por un año después de retirar las drogas y por tres años si conduce de noche.
· Diabetes de tipo "Mellitus" controlada con dieta: no tiene problemas para la conducción vehicular.
· Minimizar el uso de drogas o medicamentos. Si el medicamento tuviera efecto sedante, avisar al paciente de edad avanzada y sugerir no ingerir alcohol.
· Concientizar al paciente de edad avanzad de que el tiempo de respuesta para reaccionar, se incrementa con los años.
· Mantener más distancia de lo que es recomendable y dentro del límite de velocidad.
· Evitar horarios de tránsito pesado.
· Evitar conducir en la noche.
En conclusión, el adulto mayor debe visitar periódicamente al médico, el cual le dará las recomendaciones para mejorar su visión, audición y motricidad, las cuales son necesarias para conducir, además del momento de colgar las llaves.