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Retro Concepts: Tapiro, el Porsche Italiano

Un estilo nada alemán y dos interesantes historias envuelven a este vehículo conceptual.

Retro Concepts: Tapiro, el Porsche Italiano

El Porsche Tapiro (Tapir) es producto de los estudios y estilos de diseño incubados en los años sesenta, el vehículo se presentó en el marco del Salón de Turín en 1970 en el stand de Italdesign.

El auto que nos ocupa en esta ocasión fue a diferencia de muchos conceptos, completamente funcional, construido sobre la plataforma de un Porsche 914, que fue el primer vehículo de la marca alemana en ofrecer de serie un motor central. La mecánica provenía de un Porsche 911S, un poderoso motor bóxer de seis cilindros enfriado por aire, dotado con dos carburadores Weber IDEA triples y con una transmisión de cinco velocidades que enviaba el poder y la tracción hacia el eje posterior.

De la mecánica hay poco que hablar, ya que al provenir de Porsche, la potencia y la confiabilidad eran implícitas - ¡o eso suponía Giugiaro! (sigan leyendo y se enterarán).

El diseño poco nos remite a las líneas redondas de un Porsche, la forma de cuña nos hace pensar en otras marcas como De Tomaso o Maserati e incluso vienen a la mente los primeros estudios estilísticos de Lamborghini Countach, que huelga comentar NO es obra de Italdesign.

Gracias a la localización de todos los componentes mecánicos –al centro- el diseñador tuvo muchísima libertad en el área frontal del Tapiro, las líneas empiezan muy cerca del suelo y suben en un ángulo recto y agudo hasta llegar al parabrisas que modifica un poco ese grado de inclinación. La zona lateral nos muestra un diseño muy bajo y aerodinámico, las salpicaderas delanteras dan cabida a unos rines de magnesio muy usados en esa época en autos de competición firmados por Mini Light de 15 pulgadas, de ocho de ancho para las ruedas delanteras y de nueve para las traseras,  en esas zonas del vehículo es donde notamos los únicos trazos curvos, las demás líneas son dramáticamente rectas.

Lo verdaderamente innovador y propositivo del Porsche Tapiro es la enorme área acristalada, empezando por un parabrisas con un grado de inclinación agresivo que enmarca las ventanillas laterales con vidrios curvos, que están empotradas en puertas cuya apertura es al más puro estilo del Mercedes-Benz 300SL “Alas de Gaviota” de los años cincuenta, pero no solo las puertas del Tapiro se abrían así, también el área del propulsor levantaba sus “tapas” al vuelo y éstas también tenían los vidrios curvos que permitían al más curioso observar la zona del motor, al más puro estilo de los Audi R8 o “Lambos” modernos.

Otro detalle interesante del Tapiro es que la carrocería fue hecha de acero, soldada al bastidor, a diferencia de muchos de los vehículos conceptuales de la época que se fabricaban en fibra de vidrio.

Como lo comenté líneas arriba, el Porsche Tapiro era completamente funcional y los interiores, además de que eran muy luminosos gracias a las enormes ventanas ofrecían una tapicería de piel con un distintivo color llamado “pico de ganso” y ofrecía espacio cómodo para dos pasajeros.

El Porsche italiano se expuso en muchos salones del automóvil en Europa y América, y fue en el Salón de Barcelona en 1973 en donde el músico y productor argentino Waldo de los Ríos se enamoró  de él y se lo compró a Gio Giugiaro.

Aparentemente aquí acaba una historia, pero empieza otra con un final incierto.

Contaba la viuda de Waldo de los Ríos que su marido iba feliz a bordo de su extravagante Porsche circulando cerca de su finca de fin de semana cercana a Madrid, cuando de pronto vio al Tapiro envuelto en llamas –ella circulaba en otro vehículo-, el Porsche se quemó sin remedio, pues recordemos que la motorización provenía de un motor Boxer de seis cilindros alimentado por carburadores Weber triples que tenían una falla en los flotadores y solían desbordarse de gasolina, debido a ese defecto, el problema fue que la gasolina derramada fluía sobre algunos cables con corriente y… ¡todos sabemos que pasa cuando un fluido inflamable- como la gasolina- hace contacto con la electricidad!

Tras el incidente, del cual de los Ríos salió ileso, el Porsche Tapiro fue guardado en la finca de Waldo y no se supo nada más del vehículo hasta que en 1977 tras el suicidio del compositor, el vehículo salió rumbo a una restauración que jamás se hizo.

El Tapiro, o los restos del mismo obran en propiedad de Italdesign, nunca se restauró y según la investigación hecha para ésta nota la viuda del compositor jamás cobró un centavo por el vehículo que hoy permanece exhibido en una galería en las instalaciones propiedad de Grupo Volkswagen y que comanda el propio Giorgetto Giugiaro, creador del Tapiro hace casi 45 años.

¡Disfrute las imágenes, que son un paseo por los locos años setenta!

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