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Ruta Motor: en camino hacia los sueños de empleo y calidad de vida

Este programa gratuito de formación técnica en mantenimiento automotriz, va dirigido a jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Ruta Motor: en camino hacia los sueños de empleo y calidad de vida

Kelly Martínez es una joven de 22 años, cabeza de familia y madre soltera de dos niños, que luego de cumplir las tareas del hogar, sortear el tráfico y a pesar de los obstáculos cotidianos, llega puntual, todos los días, a su clase de mecánica automotriz en el Tecnoparque del Sena de Cazucá, en Soacha.

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“Lo de mantenimiento de motores me gusta mucho, y es también como cambiar ese mecanismo de que bueno eso es solo trabajo para hombres, las mujeres son muy débiles y no pueden con esto. Nosotras tenemos muchas cualidades y muchas cosas para dar y a veces creo que tenemos más capacidades que los mismos hombres para lograr hacer esto, entonces ahí podemos cambiar esa tradición.”, manifestó Kelly, beneficiaria de Ruta Motor, una alianza público-privada que se consolidó en junio de 2015 entre la Fundación Chevrolet, la Fundación Neme, la Corporación Juntos Construyendo Futuro y el Sena, y que cuenta con la financiación de la Embajada de Suecia con recursos de cooperación internacional y empresas del sector transporte de ese país como Volvo, Trucks y Scania.

El programa busca “transformar vidas a través de oportunidades” y está dirigido a jóvenes entre los 17 y 27 años de estratos 1 y 2 en condición de vulnerabilidad y afectados por el conflicto armado en Bogotá, Medellín  y Cali, quienes acceden sin costo a un programa de año y medio de duración que incluye acompañamiento psicosocial, formación en valores y resolución de conflictos, capacitación como técnico en mantenimiento automotriz, prácticas profesionales y contacto con el mercado laboral.

“Son jóvenes que en el barrio, en sus zonas donde habitan, hay problemáticas como el consumo de sustancias, pandillas, violencia, desescolaridad. Es bonito escuchar cuando dicen: profe, gracias porque yo me alejé de amistades que no me estaban llevando a nada bueno. El hecho de ponerse su overol les hace también cambiar su pensamiento y decir: estoy acá hoy, y no estoy de pronto en la calle deambulando o haciendo nada, entonces pienso que todas las historias de vida de estos jóvenes cambiaron en este punto”, aseveró Johanna Buitrago, coordinadora de Ruta Motor para Bogotá.

Hoy son 1.200 jóvenes caracterizados en Bogotá, Cali y Medellín que siguen esta ruta hacia sus sueños. El objetivo ahora es replicar este modelo en otras ciudades de Colombia y convertirse en una herramienta clave para el postconflicto y la construcción de tejido social

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