Inauguramos esta nueva sección llamada “Autos de leyenda”, y para empezar, el protagonista no podía ser otro que uno de los modelos más importantes de la historia: el Ford T o Model T, vehículo que masificó el transporte personal y cuyo método de producción redujo los costos y significó un antes y después en la historia.
A continuación, te contamos cómo funcionaba el método de producción de este auto y qué tuvo de peculiar.
Ford T: masificando el auto
El Ford T se caracterizó por ser un vehículo relativamente económico, que permitió que dicho medio de transporte dejara de ser un “objeto de lujo” y se convirtiera en una herramienta asequible para la mayoría de la población, especialmente las personas de clase media. Pero ¿cómo se logró esto?
La asequibilidad del Ford T se debió a la implementación de la cadena de producción con mano de obra poco calificada, un sistema que en principio ideó el taylorismo y estrenó Ransom Olds (Oldsmobile) en 1901; hasta que en 1908, Henry Ford lo popularizó.
Mediante este método, el fundador de la marca del pudo lograr que se redujeran los tiempos de producción y aumentar la capacidad, lo que permitía ofrecer precios más asequibles a los que se acostumbraba en esa época. Otra peculiaridad de este sistema es la intercambiabilidad de piezas; es decir, que no se hacían artesanalmente para cada auto, sino que eran generales: por ejemplo, las puertas de una unidad podían usarse en cualquier otra.
La producción del Ford T
El Ford T inició su producción el 12 de agosto de 1908, salió de la fábrica el 27 de septiembre y apareció en las calles el 1 de octubre. Su producción abarcaba 84 pasos y, a medida que fueron pasando los años, se logró reducir el tiempo que implicaba producir cada unidad: en principio eran 12 horas, luego se logró bajar a 6, después a 3 y más tarde hasta los 93 minutos.
Para la década de 1920, 52.000 operarios ensamblaban los Ford T, por lo que se logró producir cada unidad en 24 minutos; pero el uso desmedido del cronómetro para medir la efectividad de cada empleado generó mucha rotación en la planta.
Uno de los tantos mitos sobre este auto es que mucha gente piensa que se hizo únicamente en negro, porque tardaba menos en secarse; si bien parte de ello es verdad, en principio se ofrecieron otras tonalidades (también oscuras) como verde o rojo. De las poco más de 15 millones de unidades fabricadas, alrededor de 12 millones fueron negras.
En 1921 este modelo representaba el 57% de la producción mundial. Además, el Ford T fue el auto que más se produjo en el mundo durante casi 45 años, hasta que el Volkswagen Beetle ("Escarabajo") lo superó en 1972.
¿Cómo era el Ford T?
El Ford T era un auto simple, pero presentaba muchas innovaciones o curiosidades, como la posición del volante, que podía estar a la izquierda, a la derecha o en el medio, aunque fue este modelo el que terminó por definir para la mayoría del mundo que la conducción fuera del lado izquierdo. Otras curiosidades fueron las ruedas de madera con cubiertas muy finas o el limpiaparabrisas, un invento de la marca.
En principio, el Ford T costaba 850 dólares y gracias a la producción masiva se pudo rebajar a unos 360, por lo que era una opción muy tentadora para la población; más si tenemos en cuenta que se ofrecieron todo tipo de variantes, desde vehículos sin techo , con capacidad para siete personas, hasta algunas con techo rígido, con platón de carga o tipo “furgón”, entre otros.
Mecánicamente, el Ford T contaba con un motor de cuatro cilindros y 2,9 litros, que entregaba 20 hp, podía alcanzar los 71 km/h y consumía un galón de combustible cada 19 kilómetros. Además, se encendía a través de una manivela.
La transmisión del Ford T: otra curiosidades
La transmisión del Ford T era de dos relaciones (más la marcha en reversa) y tenía un funcionamiento peculiar, pues la actual configuración de controles se estableció recién en 1916. Hoy se podría decir que "para manejar uno, tendrías que volver a aprender a conducir".
Si bien el auto tenía un freno de mano y tres pedales, como la mayoría de vehículos manuales actuales, la puesta en movimiento era muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Para accionar el auto, había que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- El pedal izquierdo servía para engranar la primera, embragar o poner “marcha alta”
- El pedal del medio era para la marcha en reversa
- El pedal de la derecha era el freno
- El acelerador era manual, con una palanca detrás del volante
- La palanca del freno de mano también servía para la marcha alta.
Para lograr que el Ford T se moviera, tenías que acelerar con la palanca detrás del volante y apretar el pedal izquierdo hasta el fondo para poner primera. Una vez en movimiento, para poner “segunda”, se tenía que subir la palanca del acelerador, bajar completamente la del freno de mano, soltar el pedal izquierdo y volver a acelerar. Si no quedó claro, abajo te dejamos un video de Jeremy Clarkson explicando cómo funciona.
Sin duda, el Ford T fue un vehículo icónico y marcó un antes y un después en la industria, en general. Sin la aparición de este auto, quién sabe qué hubiera pasado con los métodos productivos, o qué sería de los autos en la actualidad; pero afortunadamente existió y tuvo éxito alrededor de todo el mundo. Por fortuna, las demás marcas tuvieron que implementar su metodología (e incluso mejorarla) y muchos de sus aspectos característicos.
Jeremy Clarkson explica como manejar un Ford T en Top Gear