Las marcas de autos chinas llegan a México a un ritmo nunca antes visto y es que más allá de la importancia de dicho mercado, su verdadera intención es colocar plantas en tierra azteca para aprovechar el Tratado de Libre comercio de Norteamérica para ingresar directo a Estados Unidos, país en el que realmente tienen interés, por ser el segundo mercado más grande de la industria automotriz global. Por ello mismo, EE. UU. comenzó a presionar a México para detener la construcción de tales plantas en suelo mexicano.
Según un reporte de Reuters, un grupo de funcionarios mexicanos que decidieron permancer en el anonimato, confirmaron que algunas marcas chinas ya fueron notificadas sobre la negativa a recibir ayudas federales para que instalen sus plantas en dicho país. Cuentan que BYD fue la última en ser notificada el pasado mes de enero.
Aunque las marcas chinas, el gobierno mexicano y el estadounidense no hacen una declaración oficial sobre el tema, Reuters informa que sus fuentes señalan a la Oficina de Comercio de Estados Unidos de ser la encargada de presionar a México a través de las futuras negociaciones del Tratado de Libre Comercio, para que detuvieran esas ayudas a las marcas chinas. De hecho, el tema también está en la agenda por la carrera presidencial en EE. UU.
El TLC tendrá una revisión (renegociación), en el 2026 y es la causa por la que, al parecer, México está cediendo ante la presión de Estados Unidos. Pues el TLC estipula que se puede disfrutar de un mejor trato comercial si los productos que se comercialicen entre México, Estados Unidos y Canadá tienen al menos un 75% de sus componentes hechos en la región. Mismo argumento por el que cientos de proveedores de autopartes para las marcas chinas instalan bases operativas en México.
A pesar de que en su momento la presidenta de BYD en la región, Stella Li, confirmara que la marca no tiene planes de entrar a Estados Unidos, se sabe que BYD sigue en la búsqueda de instalar su planta en México, pero ahora tratando de obtener beneficios fiscales a nivel estatal.
Lo anterior no es tan conveniente para las marcas como obtener un beneficio federal; sin embargo, puede quitar algo de carga a su esfuerzo. La última marca en hacerlo de tal forma fue Tesla, que recibió un apoyo de 153 millones de pesos mexicanos (unos 35.000 millones de pesos colombianos) en incentivos por parte del estado de Nuevo Léon.
De igual forma, Reuters reporta que Durango, Jalisco, Estados de México y Nuevo León son los estados que más abiertos se han mostrado a apoyar la llegada de estas plantas a su territorio.