Marilyn Monroe era conocida por muchas cosas, desde ser la rubia más famosa y querida de todo Hollywood hasta convertirse en un ícono de la cultura pop, luego de ser retratada por Andy Warhol, así como por sus mediáticas relaciones con personajes como el legendario beisbolista Joe DiMaggio, el dramaturgo Arthur Miller e incluso el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy.
Sin embargo, hay una faceta de Marilyn que quizás no muchos conozcan y es la que tiene que ver con su amor por los autos, particularmente los Ford y Lincoln.
Estas dos marcas, que se unieron en 1922 cuando Henry Ford llevó a cabo la adquisición de Lincoln Motor Company, en ese entonces dirigida por el distinguido inventor e ingeniero automotriz Henry Leland, produjeron algunos de los autos más queridos por Marilyn:
Lincoln Capri 1955
Pintado de un ligero tono de rosa y con interiores en blanco, el Lincoln Capri de 1955 de Marilyn Monroe se volvió tan icónico, que el legendario modificador de autos George Barris, conocido por diseñar el primer Batimóvil, produjo una segunda versión modificada del Capri inspirado en el original que condujo Marilyn Monroe.
Ford Thunderbird 1956
Sin duda uno de los autos más icónicos de Marilyn. El auto fue un regalo del fotógrafo Milton Greene, quien logró capturar la verdadera esencia de Marilyn como persona y no como producto de Hollywood.
En este convertible de color negro y con capacidad para dos personas, que alcanzaba los 180 km/h gracias a su motor V8 con 225 caballos de potencia, Marilyn Monroe se paseaba con el guionista Arthur Miller, con quien la actriz contrajo matrimonio en ese entonces.
Ford Super De Luxe 1948
Tal como el famoso “Greased Lightning” que aparece en la película Grease o Brillantina, Marilyn tenía un Ford Super De Luxe de 1948. Es muy probable que la icónica actriz sintiera un afecto especial por este auto en particular, puesto que fue de sus primeros autos y la acompañó a todos lados en los inicios de su carrera.
Sin duda el carácter elegante, distinguido combinado con el carisma y espíritu aventurero de la rubia más famosa de todas las épocas están en total sintonía con el espíritu de Ford y Lincoln, marcas que evolucionaron a lo largo de 100 años, compartiendo orgullosamente el volante con personajes de la talla de Marilyn Monroe.