Una parte fundamental en el desarrollo de un automóvil, especialmente en el de los superautos, es controlar la forma en la que el aire fluye sobre, debajo y alrededor de la carrocería.
Esto con el objetivo de refrigerar los componentes del motor, disipar el calor y también para manipular la fuerza que ofrece estabilidad al manejar a alta velocidad.
Para lograr esto, los diseñadores buscan lograr la máxima aerodinámica, siempre inspirados en la aviación para minimizar la resistencia al avance y alcanzar la mejor carga aerodinámica.
Además de trazos curvilíneos, los superautos y los vehículos deportivos hacen uso de elementos que ayudan en este trabajo, como es el caso del alerón. Por simple que parezca, este elemento (también conocido como spoiler) no solo mantiene el flujo de aire y reduce la resistencia, sino que también disminuye la elevación y crea una zona de baja presión que "pega" el auto al piso.
Otro dispositivo aerodinámico que ayuda en la aerodinámica de los autos es el splitter o labio frontal, que reduce la resistencia al avance y envia el flujo de aire hacia la parte trasera del auto; su geometría asegura que el flujo siempre se separe en el mismo punto para maximizar la eficiencia.
Entre los aspectos aerodinámicos también destacan las aletas aeroelásticas. Estas pueden adoptar diferentes configuraciones dependiendo de si genera carga aerodinámica en las curvas o reduce la resistencia en las rectas.
También están las paletas giratorias a ambos lados de la fascia delantera, se trata de pequeñas alas aerodinámicas delante de las ruedas traseras para aumentar la carga vertical, así también como un alerón trasero rediseñado con una superficie más grande.
Finalmente, algunos autos también incluyen tomas de refrigeración para los frenos sobre las aberturas de los faros, paletas giratorias y alerón trasero activo para incrementar la carga aerodinámica sin agregar resistencia; también se valen de generadores de vórtice adicionales en los bajos del chasis.