¿“Hay alguna anécdota interesante que hayan dejado las guerras mundiales”? le pregunta Tomás a su abuelo, mientras ojea un libro con fotografías de la época.
⁃ Claro mijito, aunque no lo creas hay historias de gente pujante que nunca se dio por vencida y en medio de la guerra libró su propia batalla para sacar adelante sus ideas, generar empleo y ayudar a la gente, convirtiéndose en grandes visionarios y líderes mundiales. ¿Haz escuchado hablar de Mercedes-Benz?
- Sí abuelito. Los carros bonitos que llevan la estrella por delante. Cuando sea grande voy a trabajar y me compraré uno.
Que bueno hijo porque esta marca sí que ha hecho historia, mejorando la forma de movernos por todo el mundo mundo. En 1886 inventó y patentó un vehículo de tres ruedas, impulsado por un motor de gasolina. Se llamaba el Benz Motorwagen; era toda una novedad.
Pero debes saber que Mercedes-Benz no nació con estrella y tuvo un camino bien difícil para lograrla y llegar a donde está hoy, pues su precursor, Karl Benz, tuvo competidores fuertes que, en una carrera por patentar el automóvil, enfrentaron batallas jurídicas y económicas, como la apelación de una patente a un motor de cuatro tiempos presentada por un empresario de apellido Otto, que fue aprovechada por Benz para avanzar en su propio desarrollo y convertirse en el primer fabricante del automóvil en el mundo, tras ganarle el pulso a los ingenieros Gottlieb Daimler y Niklolaus August Otto.
La felicidad de Benz al ver consolidado su sueño se empañó rápidamente por las críticas que tuvo el vehículo por considerarse incómodo, ineficiente y hasta peligroso por su sistema de encendido de alto voltaje. Fue el primer traspié de esta empresa que con sólo tres años de fundada ya enfrentaba una situación económica bastante preocupante. Pero como dicen por ahí, “detrás de cada gran hombre hay una gran mujer” y fue su esposa Bertha Benz la que salvó el negocio al recorrer 160 kilómetros en este vehículo, por un camino que hasta entonces sólo era transitado por caballos. Podría decirse que fue la primera mujer en hacer un ‘Test Drive’ para identificar las modificaciones técnicas que necesitaba el carro y poder venderlo en su país, Alemania.
Gracias a esta mujer la fábrica empezó a recibir pedidos y a recuperar su rumbo. Según la historia, registrada en un libro de Jorge Medellín y Erick Hansen, el primer carro que se produjo en serie para todo el mundo fue el Benz Velo, creado en 1894, que vendió más de 1.200 unidades a finales del Siglo XIX.
Karl Benz era un hombre visionario pero muy conservador, consideraba que sobrepasar los 24 kilómetros de velocidad era poner en riesgo la vida de los ocupantes porque -según su teoría- “el cuerpo humano no podría resistirlo”. Esto lo llevó a enfrentarse con otro dilema porque su competidor Daimler oprimió el acelerador y presentó una oferta de carros que alcanzaban los 40 km/h de velocidad, tomando ventaja comercial frente a sus propuestas.
A esto se sumaba el estallido de la Primera Guerra Mundial que vislumbraba nuevas angustias para los empresarios de la industria automotriz, que ante el receso de la economía, la baja capacidad de compra de los carros producidos por Benz y por Daimler y las dificultades de supervivencia para estas empresas, motivó la unión de los dos visionarios para avanzar unidos por un mismo camino. De este modo, nace en junio de 1926 Daimler-Benz AG y en 1927 el mundo conoce el Mercedes S, que marcó un hito en la historia esta compañía.
¿Y por qué le pusieron Mercedes? Pregunta el niño
Esa es otra historia bien interesante, protagonizada por el vice-cónsul austriaco en Mónaco, Emil Jellinek, quien solicitó múltiples configuraciones para hacer más rentables y atractivos los primeros autos. Su habilidad para los negocios impulsó las ventas de Daimler, ganandose un espacio importante en esa empresa, no solo como agente exclusivo de ventas, con participación de las utilidades generadas en varios países, sino que ganó el derecho a hacer exigencias sobre el nombre que debían llevar los carros.
Jellinek pidió que los carros se llamaran “Mercedes” en honor a su hija Mercedes Adrianne Manuela Ramona. Fue tal la aceptación del nombre como símbolo de una marca élite que se mantuvo después de la unión de las dos empresas y se fortaleció con un atractivo emblema que ha evolucionado en el tiempo, mediante ocho versiones en sus 135 años de historia.
¿Nunca más volvieron a tener problemas abuelo?
Claro que los tuvieron, incluso hubo diferencias y desacuerdos entre el hijo del fundador de Daimler y Jellinek por supuesta deslealtad con la empresa. Hubo cambios de mando, diferencias, innovaciones y nuevas estrategias que los llevaron siempre a encontrar la salida. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial estuvieron nuevamente en aprietos porque la empresa fue señalada y cuestionada e incluso perdió a muchos de sus directivos que fallecieron bajo el régimen Nazi.
Para aquel entonces Mercedes ya tenía presencia en varios países del mundo, entre ellos Colombia, donde se vendían a través de la empresa Automercantíl, creada en agosto de 1948. Sin embargo, la Guerra lo cambió todo, se frenaron las importaciones de carros y los fabricantes de automóviles tuvieron que dedicarse a producir armas para sobrevivir.
¿Y qué pasó con la empresa y los carros que ya estaban en Colombia?
En 1952 empezaron a sacar los primeros avisos publicitarios promocionando el Mercedes 170 (W 191) que había ganado la carrera panamericana de eso mismo año, pero muy pocas personas se podían dar el lujo de comprar estos carros porque eran muy costosos. Por eso, las ventas se enfocaron en el sector público y entre 1954 y 1974 lograron que los altos mandatarios del Estado se transportaran en un Mercedes-Benz 300 Cabriolet D 1954, que también fue usado por el Papa Pablo VI, el recién fallecido príncipe Felipe Duque de Edimurgo, el vicepresidente de Estados Unidos Richard Nixon y el presidente de Francia Charles de Gaulle que por aquella época estuvieron de visita por Colombia. Esto permitió reactivar las importaciones de vehículos Mercedes, incluso libres de impuestos, lo que movió de nuevo la producción y las ventas en todo el mundo.
A esta estrategia se sumó la iniciativa gubernamental de repatriar a Colombia numerosos cebrebros que se habían fugado, atrayéndolos con beneficios, entre los que se encontraba el de poder tener en Colombia un auto alemán, mediante una alianza con Mercedes-Benz, con la campaña ‘Su Mercedes a la Mano’, logrando vender 1.300 carros de la serie W201, conocidos como los ‘BabyBenz’, cuyo precio se equiparaba a los Renault 18 de la época.
En 1998 Daimler-Chrysler (dueño de la marca Mercedes) compró el 49% de Automercantil y se propuso consolidar el mercado de automóviles en Colombia bajo un nuevo nombre: Mercedes-Benz Colombia S.A. Desde entonces la marca ha vendido una gran cantidad de vehículos en Colombia y sigue sorprendiendo por su innovación, que se complementa con tecnología, seguridad, confort y elegancia. Esos valores que lo hacen supremamente atractivo y deseable para todas las personas.
Bueno Tomás, aquí termina la historia, así que a soñar en grande, a trabajar y ahorrar para que compres el carro de tus sueños. Si miras en aquel libro, verás cómo ha evolucionado la marca y los carros tan hermosos que tenemos hoy en día. ¿Cuál quieres comprar?