A propósito del Campeonato Nacional de Sonido Sobre Ruedas, que por estos días se disputa en Corferias, tratemos una de las tendencias que está de moda en materia de personalización de autos; se trata de cambiar el color de la carrocería empleando películas de vinilo personalizadas y termoformables, una técnica también conocida como wrapping. Esta modalidad inició hace algunos años con el uso de trazos o gráficos sobre la carrocería, con el fin de aportar cierto grado de deportividad; sin embargo, en la actualidad esta modalidad permite cubrir por completo el auto.
Básicamente, esta técnica permite cambiar el color la carrocería pero sin afectar la pintura original, lo que permite volver al tono inicial cuando se retire el material adhesivo que lo cubre. Una ventaja adicional, es que además de cambiar de color, ciertos vinilos añaden textura al acabado.
Para los menos extremos, una posibilidad es emplear el vinilo para cubrir solo ciertas áreas (los espejos laterales, el capó, el techo, etc.) con el fin de decorar zonas o elementos específicos. Además, el wrapping ofrece una infinita variedad de colores, efectos e incluso la posibilidad de personalizar el color o los gráficos, algo que sería muy costoso o imposible de hacer con la pintura convencional.
Como suele suceder con estos temas, el buen resultado depende de la calidad de los materiales y la idoneidad de quien lo ejecute. Se debe tener en cuenta, por ejemplo, que los vinilos óptimos no reaccionan químicamente con la pintura del automóvil. También se debe considerar que los rayos UV afectan la durabilidad; las buenas películas, instaladas de manera correcta y con un óptimo mantenimiento pueden tener una durabilidad de tres años.
Aunque algunos pueden pensar que pegar un vinilo en la carrocería no tiene ciencia, la verdad es que esta técnica requiere mucha habilidad y experiencia. Cuanto mayor sea y más bordes tenga la superficie en cuestión, se requiere mayor precisión. Incluso para los gráficos más pequeños, es necesario saber cómo preparar la superficie y manipular el vinilo con objeto de conseguir los mejores resultados.
El vinilo adhesivo para vehículos debe recibir el mismo mantenimiento que la pintura. Es fundamental limpiarlo con regularidad; de lo contrario, la suciedad quedará adherida al vehículo. En general, se recomienda lavarlo a presión o lavarlo a mano con champú automotor. Por su parte, las películas mate o texturizadas necesitan más atención que las superficies brillantes, puesto que el polvo fino se deposita más fácilmente en ese tipo de acabados.